Con gozo celebramos el Tridu Pascual de Resurrección

En esta Octava de Pascua hacemos memoria del gozo recibido en el Tridu Pascual de Resurrección vivido en la semana santa de 2024. La Iglesia de Santa María de Montalegre los tres días se ha llenado de fieles, que con recogimiento, piedad y silencio han participado activamente en las tres celebraciones.

La solemnidad de la Cena del Señor

El día 28 de marzo de 2024 fue el Jueves Santo. Para esa tarde los cánones de la Iglesia Católica tienen establecida una sola celebración, la llamada La Cena del Señor. En la celebración Eucarística se hace el memorial de la institución de dos sacramentos, el de la Eucaristía y el del sacramento del Orden Sacerdotal. Además, Jesucristo instituye un mandamiento nuevo, el de la Caridad. Por lo tanto, las vestiduras de los sacerdotes son blancas. No obstante, siendo el gozo muy grande, el Evangelio según san Juan nos sitúa en las palabras, gestos, diálogos, ocurridos en la Cena del Señor, acontecimientos previos a la traición de Judas, a la que siguen los hechos de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

En la homilía, Mn. Lluís Tusquellas, nos dijo que el Jueves Santo es uno de los días más grandes del año. Hoy, rezando con Jesús, Él se hará presente en nuestra vida pues instituirá la Eucaristía. Con esas palabras que decimos en la Consagración de la misa, Jesús nos regala su cuerpo y su sangre. En la Eucaristía podemos unirnos a Jesús. No podemos rechazar la venida del Señor. Es la acción más grande y trascendente, nuestra unión con la sangre y el cuerpo del Señor nos transporta a otra realidad. Dios te quiere porque eres tú, Dios nos ama a cada uno. Tal cual eres te quiere a ti con tu intimidad. Hoy es la revelación, Dios se hace como apariencia de cosa y quiere saber de ti y de tu interior. Le diremos sí al Señor.

En el Jueves Santo, el Señor da ese poder a los discípulos: Haced esto en memoria mía, desligados de las ataduras de la tierra. A su vez hoy es el día del Amor fraterno, lo que hace feliz a los demás, a todo el mundo. Al lavar los pies a sus discípulos les dice Jesús que solo ama quien sabe servir. Hermanos, pidamos la gracia para poder participar en la Eucaristía con un corazón sensible capaz de servir.

Siguió la santa misa hasta el final, pero con la particularidad de llevar al Señor en procesión por el pasillo central del templo hasta el sagrario de la Capilla del Santísimo, precedido de la cruz procesional, grandes candelabros, laicos y los sacerdotes celebrantes, todo ello acompañado del canto Pange Lingua, gloriosi, Corporis mysterium que cantamos todos los fieles, dirigidos por la soprano Rosa Parellada.

El Monumento de la capilla lucía especialmente por los arreglos florales y de ramas aromáticas, el brillo del sagrario, el incienso humeante y el amor de los asistentes que se trasmitía con fe y recogimiento. Una vez cerrado el sagrario, el rector se puso al cuello la llave para guardarla y protegerla hasta la Vigilia Pascual.

Las cruces se cubren, ha muerto el Señor

Al día siguiente, en la mañana del Viernes Santo se rezó el Via Crucis. Por la tarde, nuevamente a las 17h. numerosos fieles acudieron a Montalegre ataviados de color oscuro, por respeto a los hechos que se iban a vivir, en el memorial de la Crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. La Capilla del Santísimo estaba sin iluminación. El Señor había muerto por nosotros. El celebrante que presidía el Oficio explicó que tenía tres partes: La liturgia de la Palabra, en la que se leyó la Pasión de Nuestro Señor según san Juan; la Adoración a la Cruz y por último la Comunión, que estaba en la Reserva desde el día anterior, pues en el Viernes Santo no se realiza la consagración.

En la homilía, Mn. Manel Mallol nos dijo que habíamos seguido el relato de La Pasión, no solo hoy mismo sino también en el Domingo de Ramos y en el Via crucis de esta mañana. La vivimos con fe, y conocimiento histórico de que los hechos fueron así. Podemos preguntarnos quién es el otro protagonista, además de Jesús ¿santa María? ¿los apóstoles? ¿san Juan que estuvo al pie de la Cruz con María y otras mujeres? No. Somos cada uno de nosotros el otro protagonista junto a Jesús. Al leer el Evangelio y meditarlo no debemos hacerlo como algo que ha pasado, sino leer el Evangelio como si estuviera sucediendo ahora mismo. Sin ti, sin mi tampoco habría habido La Pasión, pues Jesús muere para salvarnos.

Fomentemos la lectura de la Pasión viviéndola, así estaremos en cada encuentro con Jesús y las personas que le salen al paso en la subida al calvario, como el Cireneo, la Verónica, las santas mujeres, dejando nuestros pesos y nuestros cargos. Pensemos en los detalles que le brindaron, llevar la cruz, secar la sangre y el sudor, de esta manera también nosotros podremos hacer obras de caridad. Para resucitar hemos de morir primero, para la conversión es necesario morir a muchas cosas, pues nadie resucita sin haber muerto antes, es decir, se trata de morir a uno mismo con la esperanza de la resurrección.

La adoración a la Cruz

La procesión de la Cruz se inició al fondo de la nave, detrás caminaban los celebrantes y los laicos llevando los candelabros encendidos. Llegados del altar se inició la adoración. A continuación, los fieles con pausa y recogimiento, fueron acercándose para besarla, para hacer una reverencia o una genuflexión, a su vez dos laicas recogieron las limosnas que los adoradores iban depositando.

Después recibimos la comunión.

Al día siguiente, sábado, fue el Día del Silencio, todas las iglesias católicas se mantienen cerradas hasta la celebración de la Vigilia Pascual.

 Lumen Chisti, Deo Gratias

 Al atardecer se inició la Vigilia Pascual, adelantándonos a los hechos que iban a producirse al tercer día, es decir, al alba del domingo. La Iglesia de Santa María de Montalegre quedó a oscuras, al fondo de la nave se prendía el fuego con el que se iban a iluminar el Cirio Pascual y todas las velitas de los fieles asistentes, se iniciaba así una celebración larga, pero los presentes lo sabíamos.

Mientras se encendían las velas, la procesión del Cirio inició su marcha desde el fuego incensado al altar mayor. Los cantos se repetían Lumen Chisti, Deo Gratias. El rector leyó por entero el Pregón Pascual. A continuación, se anunció la Liturgia de la Palabra, consistente en siete textos del Antiguo Testamento (extractos del Génesis, del Éxodo, y de los profetas Isaías, Baruc y Ezequiel) con sus correspondientes salmos, tres de los cuales fueron cantados, y siete oraciones después de los salmos. Seguidamente, se leyó un fragmento de la epístola de san Pablo a los romanos y el Evangelio según san Marcos.

El rector, Mn. Xavier Argelich, en su homilía dijo que el Pregón y las lecturas del Antiguo Testamento nos explican la historia de la salvación la cual se ha cumplido en el Nuevo Testamento. Repitiendo Lumen Chisti, Deo Gratias nos abrimos paso hacia la luz de la Resurrección, como aquellas santas mujeres se abrieron paso y vieron a Jesús resucitado, Salomé, María Magdalena, María de Santiago. San Pablo nos dice que caminemos hacia una nueva vida y ahora la empezamos. Dejémonos renovar por el Señor.

Esas mujeres se encuentran a un hombre vestido de blanco y les explica la Novedad. Que sea Novedad también para nosotros para que nos renueve interiormente renovando de nuevo nuestra fe. Seremos anunciadores de Cristo, provoquemos la revolución del amor de la familia, con ese anuncio volverán muchos a Cristo, amemos al Hijo de María.

Fue una noche santa llena de signos el fuego, el cirio, la Luz y la Palabra. La renovación de las promesas bautismales, la aspersión del agua bendita y el humo del incienso, nos envolvió a todos los presentes y nos sentimos pletóricos y preparados para renovar nuestra fe.

Detalles de las celebraciones

Todos los servicios litúrgicos de las celebraciones fueron realizados por numerosos laicos y laicas de Montalegre: portadores de candelabros, cruces procesionales, velas, bandejas de comunión y el agua bendita; todas las lecturas de textos muy diversos y salmos; monaguillos y otros servicios del altar; recogidas de las limosnas; el encendido del fuego en la Vigilia Pascual; el cubrimiento de la Cruz en el Viernes Santo; y especialmente la soprano y el organista, que con sus cantos y músicas no cesaron de ayudar a nuestras almas y al ánimo para elevarlos al cielo.

Se agradece a todos ellos su inestimable colaboración pues sin ellos no se hubiera podido celebrar tal como se hizo.

Por otra parte, han concelebrado de cuatro a cinco sacerdotes en cada celebración, otro presbítero hizo de maestro de ceremonias, y dos más confesando siempre, de la Prelatura del Opus Dei.

El conjunto de todo ello nos ha producido un gran gozo, que será duradero ¡gracias a Dios!

Isabel Hernández Esteban

¡El Señor ha resucitado!

Este es el anuncio que la Iglesia proclama desde hace siglos, el mismo que durante estos días de Pascua resuena sin cesar en la Liturgia, como un canto de alegría que llena de esperanza nuestra vida. Una esperanza que es sobrenatural y, por lo tanto, no es un simple deseo de alcanzar algo que no se tiene, como las esperanzas puramente terrenas, que a menudo no llegan a realizarse y, cuando se cumplen, dejan siempre un poso de insatisfacción. No, es una esperanza teologal y por lo tanto cierta, segura y de la cual ya disfrutamos en esta vida porque la resurrección de Cristo nos pone en condición de conocer y de gustar los bienes eternos que esperamos alcanzar con plenitud en la vida eterna.

La Santa Misa nos hace presente constantemente esta esperanza, por eso, la comunión eucarística es prenda de vida eterna. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, así nos lo ha asegurado el mismo Cristo. Además, la Santa Misa es el memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo. Es memorial, no sólo memoria o recuerdo de algo que pasó. La palabra memorial significa que el Sacrificio del Calvario y la Resurrección de Cristo se hacen presentes cada vez que se celebra la Misa. Es decir, la Santa Misa es el mismo sacrificio de la Cruz que se renueva sobre el altar. Cristo se vuelve a ofrecer a Dios Padre por nosotros.

La misa, al ser el memorial del misterio pascual de Cristo, nos convierte en partícipes de su victoria sobre el pecado y la muerte y da significado pleno a nuestra vida. Nos llena de esperanza y nos impulsa a llevar esta esperanza a los demás. El tiempo pascual que iniciamos es un tiempo eminentemente eucarístico y, si lo vivimos así, nos ayudará a buscar en todo lo que hacemos a Dios y nos impulsará a anunciar que Cristo vive y nos invita a seguirle llenando de verdadera esperanza nuestra existencia.

¡Feliz Pascua de Resurrección!

Mn. Xavier Argelich

La Cruz es la culminación de la divinidad de Cristo

La frase de san Josemaría Escrivá BUSCAR a CRISTO, ENCONTRAR a CRISTO, AMAR A CRISTO nos anima en esta Semana Santa 2024 a meternos como un personaje más en la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo para culminar con la Pascua de Resurrección.

La celebración del Domingo de Ramos es especial y única, no hay otra igual en la liturgia de la Iglesia. Vemos como Jesús entra en Jerusalén, las gentes lo aclaman, ponen sus vestidos en el suelo para que su pollino no pase por encima de barro u otras cosas, basura o excrementos de los animales, sino que entre en la ciudad santa como un rey, aclamado con gritos de alegría.

El pueblo conocía sus milagros y habían oído sus Palabras de Vida. A pesar de todo ello, Jesús ya sabía que en pocos días sería clavado en la Cruz según lo habían anunciado los profetas. A los tres días resucitará tal como Él mismo había predicho. El celebrante lee textos, salmos, el Evangelio y después, los fieles también aclamamos con cantos, movemos las palmas, palmones, los ramos de laurel y hierbas aromáticas y el celebrante los bendice, también nos bendice a nosotros con mucha alegría y agua bendita.

Sigue una procesión con más cantos y los fieles entramos ya en el templo y continúa la santa misa con más lecturas y salmos cantados. A continuación, se proclama el Evangelio que es toda la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo que termina con la Resurrección. Con todo tipo de detalles, los evangelistas relatan los hechos ignominiosos de la Cruz. En este año 2024, que es el Año Litúrgico B, se lee la Pasión de san Marcos.

A lo largo de la Semana Santa se profundiza en la entrega de Jesús al hacer la voluntad de Dios hasta el extremo pues, siendo Dios, se deja crucificar por este pueblo de corazón duro, sordo y olvidadizo que ya no se acuerda de los grandes bienes que Jesús ha hecho por ellos.

Pero más que nunca, recordemos que la Cruz de Cristo no es un fracaso: La Cruz es la culminación de su divinidad y con la Resurrección demuestra su Gloria.

Isabel Hernández Esteban

Encarga una misa: Rezamos por los vivos y por los difuntos

Una de las siete obras espirituales de misericordia nos invita a orar por los vivos y por los difuntos. La santa Misa es la renovación del santo sacrificio de Cristo en la Cruz, donde Jesús dio por Amor su vida por cada uno de nosotros.

Encargar una misa es la mejor forma que tenemos de rezar por quien amamos y hemos amado, ya que la misa es oración y amor. La Eucaristía es el acto de Amor más sublime y santo que se celebra todos los días en la tierra.

Ofrecer la santa misa por algún motivo o persona es una bonita tradición muy antigua. Son muchas las razones por las que se puede ofrecer una misa. Desde solicitar una gracia particular, pedir por la salud de un enfermo, dar gracias por la intercesión de un beato o santo y, por supuesto, por el descanso en paz de un ser querido.

Como bien nos enseña la Iglesia, cuando algún muerto, aunque éste puede dejar su vida terrenal en el estado de amistad con Dios, podría darse la situación de que no se encontrara completamente santificado.

Los católicos creemos convencidos de que la misa tiene efectos de reparación.

En numerosas ocasiones esta es la razón que anima al donante a ofrecer la misa, ayudar a esa alma a salir del purgatorio, liberarla de sus penas y así poder disfrutar lo antes posible de la Gloria eterna.

Como dejó por escrito el santo cura de Ars, Mn. Juan María Vianney: La santa misa tiene un valor infinito, alegra a toda la corte celestial, alivia a todas las almas más olvidadas del purgatorio, lleva sobre todos nosotros toda clase de bendiciones y, por encima de todo, da gloria a Dios.

¡Encargar una misa es, sin duda, el regalo más bonito que podemos hacer! Cuando el sacerdote celebra la Eucaristía allí estamos todos los asistentes en nombre de todo el pueblo de Dios, y supone un verdadero consuelo para quien ha encargado esa misa, saber que son muchos los que se unen a esa oración.

Por último, recordemos que, en el caso de querer encargar una misa o un conjunto de misas por una intención, se puede:

Llamar a Secretaría de lunes a viernes en el teléfono 933014347.

Enviar correo electrónico: secretariamontalegre@gmail.com

Pedir en la Sacristía directamente.

 

Comunicación Montalegre

 

Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros

Nos acercamos a la Semana Santa. Estamos recorriendo el camino cuaresmal que nos prepara para vivir el momento más sublime de nuestra fe. Tal como nos recuerda el apóstol Juan, Jesús “habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo”.

El misterio del amor de Dios por nosotros culmina con la Pasión, muerte y Resurrección de nuestro Señor. Es ahí donde se manifiesta este amor extremo, al dar su vida en rescate por nuestros pecados. Jesucristo “desea ardientemente” cargar con todas nuestras ofensas para obtenernos el perdón de Dios y hacernos Hijos de Dios, llamados a la vida eterna. No podemos más que agradecérselo.

Este acto sublime de su amor, muriendo en la Cruz, lo anticipa sacramentalmente la tarde del jueves santo, instituyendo la Eucaristía. Durante la celebración de la Última Cena el Señor nos entrega el memorial de su muerte y resurrección y lo hace entregándose a nosotros como alimento de Vida eterna. Lleva a cumplimiento su discurso eucarístico: “El que come mi Carne y bebe mi Sangre tiene vida eterna y Yo lo resucitaré el último día”. Bien claro y preciso. Por eso, la noche anterior a su muerte, tomó pan, lo bendijo y se lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo entregado por vosotros” y lo mismo tomando el cáliz: “Esta es mi Sangre derramada por vosotros”. Para luego perpetuar este momento a lo largo de los siglos encomendándoselo a los apóstoles y a sus sucesores: “haced esto en memoria mía”.

Ante tan grandioso regalo de Dios a los hombres, no podemos más que caer de rodillas ante el Santísimo Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Lo adoramos, lo alabamos y lo respetamos profundamente. Por eso, procuraremos participar de este gran misterio con toda la limpieza del alma y del cuerpo posible, con reverencia y veneración y con un profundo agradecimiento. Amemos y cuidemos nuestras comuniones como manifestación evidente de nuestra fe en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Mn. Xavier Argelich

Josep Maria Simón: “Si uno desea cambiar el mundo debe cuidar su familia”

Josep María Simón, presidente emérito de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas, manifestó que “la principal función de cada uno es cuidar a su familia. Si uno quiere cambiar el mundo debe cuidar a su familia”. Hizo esta manifestación en la conferencia que pronunció en la sala de actos de Montalegre sobre el tema “Cómo podemos influir positivamente los católicos en la esfera internacional”.

Simón afirmó que “este mensaje de cuidar a la familia es lo más importante que deseo transmitir. La mayor parte de los dictadores, aparte de algunos que pudieron tener una base de problemas genéticos, fueron niños infelices”. Animó por ello a dar ejemplo priorizando la atención a la familia sobre otras actividades, aunque sean interesantes y positivas, proponiendo dedicar tiempo a los niños, a los abuelos, a los enfermos.

Simón, que es oftalmólogo, autor del libro “Ojos para siempre” y coautor de un tratado de Neuroftalmología, así como de diversos artículos en revistas de su especialidad, fue presidente de la Federació de Metges Cristians de Catalunya, miembro del Consejo Pontificio de Asuntos Sanitarios y presidente de la Federación Internacional de Médicos Católicos. Fue presentado por el presidente de la Plataforma per la Família, Daniel Arasa. Este recordó la importancia de que los cristianos estén presentes en la vida pública en todos los ámbitos para mejorar la sociedad, pero especialmente en aquellos asuntos que tocan de manera directa la dignidad de la persona, como el derecho a la vida, la familia, el derecho de los padres a decidir la educación de sus hijos, la libertad religiosa y otros.

“Para participar en las organizaciones internacionales hace falta tener la cabeza bien amueblada y buscar la verdad. Hay verdades absolutas”, dijo Simón, recordando que en diversas ocasiones personas hostiles a sus ideas les han impedido intervenir en foros internacionales. En otro momento de su conferencia señaló que “el mal existe, y en algunos casos no es mal humano”, citando el islamismo radical, la masonería, el comunismo, el modernismo, el consumismo.

Josep Maria Simón se centró de forma especial en asuntos referentes al campo médico, tales como el aborto, la eutanasia y la mentalidad anticonceptiva, recordó que algunas píldoras anticonceptivas son abortivas e antiimplantatorias y tienen efectos secundarios importantes, y destacó el valor de los métodos naturales para espaciar la natalidad. Sobre la píldora anticonceptiva explicó que está contribuyendo a disminuir la fertilidad masculina. En referencia al testamento vital señaló que es un arma de doble filo y animó a que sean los familiares o amigos del enfermo terminal quienes, en caso de personas que están en su última etapa, comuniquen a los médicos que aquel enfermo no desea que se le aplique la eutanasia.

Animó a los asistentes a sumarse a organizaciones que trabajan en la promoción de valores positivos. En relación a las entidades que actúan a nivel internacional reconoció que no siempre es posible para todos participar en ellas, dado que en muchos casos se requiere conocimiento de idiomas, disponer de unos medios y tiempo que no está al alcance de todos, etc., pero ejemplarizó la posible actuación diciendo que “quizás no podemos hacer nada para la paz entre Rusia y Ucrania, aparte de rezar, pero quizás sí podemos ayudar a que haya amistad entre dos personas que han estado enfrentadas”.

Texto y  foto, Daniel Arasa

Charlas divulgativas sobre el MATRIMONIO y FAMILIA

Un nuevo equipo de colaboradoras se ha incorporado a la pastoral de la Iglesia de Santa María de Montalegre con mucho entusiasmo. Su tarea principal es divulgativa y también formativa. Con dicho fin, han preparado un calendario muy interesante de charlas sobre temas relacionados con la FAMILIA y el MATRIMONIO, que como sabemos tienen muchísimas facetas que se pueden desarrollar, económica, doméstica, jurídica, eclesiástica, doctrinal, etc.

Las charlas están previstas para los sábados por la tarde, una vez al mes, en la sala de actos de Montalegre.

Igualmente, han creado una cuenta en la red social Instagram, desde la que se difunden los eventos. Será un buen instrumento para conocer estas actividades y darlas a conocer a nuestros seguidores y amigos:   @iglesiademontalegre.

Comunicación Montalegre

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