Santa Ana y san Joaquín, los abuelos de Jesús, así lo celebra la Iglesia

En el día 26 de julio de 2024 la Iglesia nos invita a celebrar la solemnidad de santa Ana la madre de la Virgen María. En la misa del día la liturgia de la Palabra es propia. Y las plegarias son invocaciones por el bien de las familias y sus miembros. Recordamos las que se han leído en la Iglesia de Santa María de Montalegre:

1.Para que el Señor fortalezca el amor y la fidelidad de los esposos cristianos y les conceda vivir siempre unidos, en las alegrías y en las pruebas. Roguemos al Señor.

2.Para que Dios conceda a las madres de familia acierto para educar a sus hijos en la rectitud humana y en la integridad de la fe. Roguemos al Señor.

3.Para que Dios se compadezca de las familias desavenidas y proteja a los hijos de los matrimonios separados. Roguemos al Señor.

4.Para que en nuestra comunidad abunden esposos que, a imitación de santa Ana y san Joaquín, eduquen a sus hijos en la piedad, alegren a la Iglesia y cooperen al bien de la sociedad. Roguemos al Señor.

Escucha nuestras oraciones, Señor Dios nuestro, y a quienes hoy recordamos a la madre de la Virgen María, concédenos los bienes que te hemos pedido. Por Jesucristo Nuestro Señor.

Estas bellas oraciones las podemos hacer nuestras para rezar por nuestras familias.

Asimismo, la Iglesia celebra el 28 de julio de 2024 la IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores con el lema, En la vejez no me abandones (cf. Sal 71,9). El papa Francisco estableció en 2021 la celebración de esta Jornada el cuarto domingo de julio, en torno a la fiesta, el día 26, de los Santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús.

Además, el Santo Padre ha concedido la indulgencia plenaria a los fieles que asistan a las misas dedicadas a este propósito o visiten a las personas mayores que están solas.

Para esta celebración el Santo Padre envió un Mensaje el 25 de abril de 2024, el cual referimos literalmente de la web de la Conferencia Episcopal Española:

Queridos hermanos y hermanas:

Dios nunca abandona a sus hijos. Ni siquiera cuando la edad avanza y las fuerzas flaquean, cuando aparecen las canas y el estatus social decae, cuando la vida se vuelve menos productiva y corre el peligro de parecernos inútil. Él no se fija en las apariencias (cf. 1 S 16,7) y no desdeña elegir a aquellos que para muchos resultan irrelevantes. No descarta ninguna piedra, al contrario, las más “viejas” son la base segura sobre las que se pueden apoyar las piedras “nuevas” para construir todas juntas el edificio espiritual (cf. 1 P 2,5).

La Sagrada Escritura, en su conjunto, es una narración del amor fiel del Señor, del que emerge una certeza consoladora: Dios sigue mostrándonos su misericordia, siempre, en cada etapa de la vida, y en cualquier condición en la que nos encontremos, incluso en nuestras traiciones. Los salmos están llenos del asombro del corazón humano frente a Dios, que nos cuida a pesar de nuestra pequeñez (cf. Sal 144,3-4); nos aseguran que Dios nos ha plasmado en el seno materno (cf. Sal 139,13) y que no entregará nuestra vida a la muerte (cf. Sal 16,10). Por tanto, podemos tener la certeza de que también estará cerca de nosotros durante la ancianidad, tanto más porque en la Biblia envejecer es signo de bendición. 

Y, sin embargo, en los salmos encontramos además esta sentida súplica al Señor: «No me rechaces en el tiempo de mi vejez» (Sal 71,9). Una expresión fuerte, muy cruda. Nos lleva a pensar en el sufrimiento extremo de Jesús que exclamó en la cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27,46).

En la Biblia, pues, hallamos la certeza de la cercanía de Dios en cada etapa de la vida y, al mismo tiempo, encontramos el miedo al abandono, particularmente en la vejez y en el momento del dolor. No se trata de una contradicción. Mirando a nuestro alrededor no nos resulta difícil comprobar cómo esas expresiones reflejan una realidad más que evidente. Con mucha frecuencia la soledad es la amarga compañera de la vida de los que como nosotros son mayores y abuelos. Siendo obispo de Buenos Aires, muchas veces tuve ocasión de visitar residencias de ancianos y me di cuenta de las pocas visitas que recibían esas personas; algunos no veían a sus seres queridos desde hacía muchos meses.

Las causas de esa soledad son múltiples. En muchos países, sobre todo en los más pobres, los ancianos están solos porque sus hijos se han visto obligados a emigrar. Pienso también en las numerosas situaciones de conflicto; cuántos ancianos se quedan solos porque los hombres —jóvenes y adultos— han sido llamados a combatir y las mujeres, sobre todo las madres con niños pequeños, dejan el país para dar seguridad a los hijos. En las ciudades y en los pueblos devastados por la guerra, muchas personas mayores se quedan solas, como únicos signos de vida en zonas donde parece reinar el abandono y la muerte. En otras partes del mundo, además, existe una falsa creencia, muy enraizada en algunas culturas locales, que genera hostilidad respecto a los ancianos, acusados de recurrir a la brujería para quitar energías vitales a los jóvenes; de modo que, en caso de que una muerte prematura, una enfermedad o una suerte adversa afecte a un joven, la culpa recae sobre algún anciano. Esta mentalidad se debe combatir y erradicar. Es uno de esos prejuicios infundados, de los que la fe cristiana nos ha liberado, que alimenta persistentes conflictos generacionales entre jóvenes y ancianos.

Si lo pensamos bien, esta acusación dirigida a los mayores de “robar el futuro a los jóvenes” está muy presente hoy en todas partes. Esta también se encuentra, bajo otras formas, en las sociedades más avanzadas y modernas. Por ejemplo, hoy en día está muy extendida la creencia de que los ancianos hacen pesar sobre los jóvenes el costo de la asistencia que ellos requieren, y de esta manera quitan recursos al desarrollo del país y, por ende, a los jóvenes. Se trata de una percepción distorsionada de la realidad. Es como si la supervivencia de los ancianos pusiera en peligro la de los jóvenes. Como si para favorecer a los jóvenes fuera necesario descuidar a los ancianos o, incluso, eliminarlos. La contraposición entre las generaciones es un engaño y un fruto envenenado de la cultura de la confrontación. Poner a los jóvenes en contra de los ancianos es una manipulación inaceptable; «está en juego la unidad de las edades de la vida, es decir, el real punto de referencia para la comprensión y el aprecio de la vida humana en su totalidad» (Catequesis 23 febrero 2022).

El salmo citado anteriormente —en el que se suplica no ser abandonados en la vejez— habla de una conspiración que ciñe la vida de los ancianos. Parecen palabras excesivas, pero comprensibles si se considera que la soledad y el descarte de los mayores no son casuales ni inevitables, son más bien fruto de decisiones —políticas, económicas, sociales y personales— que no reconocen la dignidad infinita de toda persona «más allá de toda circunstancia y en cualquier estado o situación en que se encuentre» (Decl. Dignitas infinita, 1). Esto sucede cuando se pierde el valor de cada uno y las personas se convierten en una mera carga onerosa, en algunos casos demasiado elevada. Lo peor es que, a menudo, los mismos ancianos terminan por someterse a esta mentalidad y llegan a considerarse como un peso, deseando ser los primeros en hacerse a un lado.

Por otra parte, hoy son muchas las mujeres y los hombres que buscan la propia realización personal llevando una existencia lo más autónoma y desligada de los demás que sea posible. Las pertenencias comunes están en crisis y se afirman las individualidades; el pasaje del “nosotros” al “yo” se muestra como uno de los signos más evidentes de nuestro tiempo. La familia, que es la primera y la más radical oposición a la idea de que podemos salvarnos solos, es una de las víctimas de esta cultura individualista. Pero cuando se envejece, a medida que las fuerzas disminuyen, el espejismo del individualismo, la ilusión de no necesitar a nadie y de poder vivir sin vínculos se revela tal cual es: uno se encuentra en cambio teniendo necesidad de todo, pero ya solo, sin ninguna ayuda, sin tener a alguien con quien poder contar. Es un triste descubrimiento que muchos hacen cuando ya es demasiado tarde.

La soledad y el descarte se han vuelto elementos recurrentes en el contexto en el que estamos inmersos. Estos tienen múltiples raíces: en algunos casos son el fruto de una exclusión programada, una especie de triste “complot social”; en otros casos se trata lamentablemente de una decisión propia. Otras veces también se los sufre fingiendo que se trate de una elección autónoma. Estamos perdiendo cada vez más «el sabor de la fraternidad» (Carta enc. Fratelli tutti, 33) e incluso nos cuesta imaginar algo diferente.

En muchos ancianos podemos advertir ese sentimiento de resignación del que habla el libro de Rut, cuando relata que la anciana Noemí —después de la muerte del marido y de los hijos— invitó a sus nueras, Orpá y Rut, a regresar a sus países de origen y a sus casas (cf. Rut 1,8). Noemí —como tantos ancianos de hoy— teme quedarse sola, pero no consigue imaginar algo distinto. Como viuda, es consciente de valer poco ante la sociedad y está convencida de ser un peso para esas dos jóvenes que, al contrario de ella, tienen toda la vida por delante. Por eso piensa que sea mejor hacerse a un lado y ella misma invita a las jóvenes nueras a dejarla y a construir su futuro en otros lugares (cf. Rut 1,11-13). Sus palabras son un concentrado de convenciones sociales y religiosas que parecen inmutables y que marcan su destino.

El relato bíblico nos presenta en este momento dos opiniones diferentes frente a la invitación de Rut y, por tanto, frente a la vejez. Una de las dos nueras, Orpá, que le tiene cariño a Noemí, con un gesto afectuoso la besa, pero acepta lo que ella también cree que es la única solución posible y sigue su propio camino. Rut, en cambio, no se separa de Noemí y le dirige palabras sorprendentes: «No insistas en que te abandone» (Rut 1,16). No tiene miedo de desafiar las costumbres y la opinión común, siente que esa mujer anciana la necesita y, con valentía, permanece a su lado, dando inicio a una nueva travesía para ambas. A todos nosotros —acostumbrados a la idea de que la soledad es un destino inevitable— Rut nos enseña que a la súplica “¡no me abandones!” es posible responder “¡No te abandonaré!”. No duda en trastocar lo que parece una realidad inmutable, ¡Vivir solos no puede ser la única alternativa! No es casualidad que Rut —la que se quedó acompañando a la anciana Noemí— sea un antepasado del Mesías (cf. Mt 1,5), de Jesús, el Emanuel, Aquel que es “Dios con nosotros”, Aquel que lleva la cercanía y la proximidad de Dios a todos los hombres, de todas las condiciones y de todas las edades.

La libertad y la valentía de Rut nos invitan a recorrer un camino nuevo. Sigamos sus pasos, hagamos el viaje junto a esta joven mujer extranjera y a la anciana Noemí, no tengamos miedo de cambiar nuestras costumbres y de imaginar un futuro distinto para nuestros ancianos. Nuestro agradecimiento se dirige a todas esas personas que, aun con muchos sacrificios, han seguido efectivamente el ejemplo de Rut y se están ocupando de un anciano, o sencillamente muestran cada día su cercanía a parientes o conocidos que no tienen a nadie. Rut eligió estar cerca de Noemí y fue bendecida con un matrimonio feliz, una descendencia y una tierra. Esto vale siempre y para todos: estando cerca de los ancianos, reconociendo el papel insustituible que estos tienen en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, también nosotros recibiremos muchos dones, muchas gracias, muchas bendiciones.

En esta IV Jornada Mundial dedicada a ellos, no dejemos de mostrar nuestra ternura a los abuelos y a los mayores de nuestras familias, visitemos a los que están desanimados o que ya no esperan que un futuro distinto sea posible. A la actitud egoísta que lleva al descarte y a la soledad contrapongamos el corazón abierto y el rostro alegre de quien tiene la valentía de decir “¡no te abandonaré!” y de emprender un camino diferente.

A todos ustedes, queridos abuelos y mayores, y a cuantos los acompañan, llegue mi bendición junto con mi oración. También a ustedes les pido, por favor, que no se olviden de rezar por mí.

Roma, San Juan de Letrán, 25 de abril de 2024

 

nota. La foto del templo es la Iglesia de Santa Ana en Jerusalén.

Comunicación Montalegre

Señor envía tu espíritu y tu fuerza para que los haga santos

Celebramos la fiesta de la patrona de la Iglesia de Santa María de Montalegre el día en que la Iglesia conmemora la Visitación de la Virgen, que coincide siempre con el día 31 de mayo y con las confirmaciones de los jóvenes y algunos adultos que se han preparado para recibir el sacramento del Espíritu Santo. En el vigente 2024 se trataba de veinte cuatro confirmantes, en su  mayoría eran de Montalegre, Terral y Braval . En esta celebración también hicieron la primera comunión tres jóvenes.

La ceremonia se inició a la siete de tarde, previamente el rector había recibido al Cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, el cual iba acompañado de su secretario Mn. Marc Labori.  Se detuvieron en la Capilla del Santísimo, y a continuación pasaron a la sacristía. Allí el Cardenal saludó a varios colaboradores de Montalegre, muy especialmente al Sr. Pep Masabeu del cual se han publicado en medios digitales de las últimas semanas varias entrevistas sobre los buenos métodos de estudio, trabajo e inserción social que se desarrollan en Braval desde hace más de 25 años, con buenísimos resultados en sus proyectos. Mn. Bombardó, como maestro de ceremonias, antes de los ritos iniciales, animó a los confirmantes a que se preparasen para recibir el Espíritu Santo.

 La liturgia de la Palabra y la homilía del Cardenal

Las lecturas del día se referían a la Virgen Santísima, y las leyó una de las catequistas. La primera lectura de Sofonías 3,14-18: Regocíjate, hija de Sion. El salmo de Isaías 12:  Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel. Y el santo Evangelio de san Lucas 1,39-56: En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Tomó la palabra el maestro de ceremonias y explicó la preparación que habían recibido los confirmantes para este acto, por medio de las catequesis, el estudio y la frecuencia de los sacramentos, así como haciendo obras de misericordia, por lo que han recibido la formación adecuada. Dijo el nombre de cada uno de ellos y acudiendo a la llamada se pusieron de pie.

A continuación, el Cardenal Omella pronunció una homilía muy bonita dedicada a la Virgen Santísima y a la santidad de los confirmantes. En primer lugar, les dio la enhorabuena por la decisión que habían tomado. Se refirió a que la Virgen Santísima visitó a su prima Elisabeth y ahora a nosotros nos visita también en esta iglesia. Recordó las apariciones de la Virgen en Fátima por las que fue a visitar a unos jóvenes niños Francisco, Jacinta y Lucía. A ellos les pidió sacrificios y que rezasen el santo rosario. La Iglesia tiene por Madre a María y la Humanidad ha ganado una Madre. También se le apareció a Diego en Guadalupe de Méjico y en el lienzo que él llevaba se quedó para siempre grabada la imagen de la Virgen y en los ojos está él, Diego, y muchísima gente, que somos nosotros.

María no se olvida de nosotros.  No dejéis de rezar, hacer oración y sacrificios y rezar por la paz, especialmente el santo rosario. Y en la contrariedad y tentación, el padrenuestro y la avemaría, Dios no coge a nadie a traición. También se refirió a la primera manifestación de la divinidad de Jesús que fue precedida de la intervención de María, en las Bodas de Caná, diciendo a los que servían Haced lo que él os diga.

Seamos apóstoles haciendo el bien, yendo a misa y diciendo quién es Jesucristo. Recordó al beato Carlos Acutis, un joven que murió por una enfermedad grave a los 15 años, era un hombre normal, hacía deporte, iba en patinete y se divertía como vosotros, y en redes sociales hablaba de Jesucristo, la Virgen, un apóstol que próximamente será declarado santo. Pidamos la fuerza del Espíritu Santo y que la Virgen nos ayude a ser santos.

Las Confirmaciones

Antes de recibir los confirmantes el Sacramento de la Confirmación, se nos invitó a renovar las promesas del Bautismo. A continuación, se invocó al Espíritu Santo: Señor envía tu espíritu y tu fuerza para que los haga santos. Y tras explicaciones del maestro de ceremonias: Ser crismado con la cruz y los óleos es fermento de santidad.

Cada uno de los confirmantes, acompañados de sus padrinos fueron acercándose al presbiterio para que el Cardenal Omella le impusiera el óleo consagrado en la Misa Crismal que se celebra en la Semana Santa, de cada año, al tiempo que el Cardenal Omella decía: Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo, la paz sea contigo.

Las plegarias elevadas a Dios Nuestro Padre, fueron leídas por los ya confirmados. Una vez acabada la Liturgia de la Palabra y las Confirmaciones, se inició la Liturgia de la Eucaristía.

Pequeños detalles

 

Fue una celebración muy gozosa y feliz para los protagonistas, pero también para todos los que estábamos allí, pues participábamos de algo irrepetible pues el Sacramento de la Confirmación se recibe solamente una vez en la vida, y es la ocasión propicia para que también pidamos la intervención del Espíritu Santo para cada uno de nosotros.

Hemos de agradecer al Cor de Betlem de voces femeninas y al organista Pere Mateu Xiberta su participación continuada en toda la celebración aglutinando con sus voces el ambiente de oración y sosiego.

Bienaventurada eres Virgen María, que creíste, porque se cumplirá lo que te fue dicho de parte del Señor

Isabel Hernández Esteban

La Virgen del Santuario de Torreciudad acogió a ochenta personas del barrio del Raval de Barcelona

Cada año en la primera semana del mes mayo, dedicado universalmente a la Virgen María, la Iglesia de Santa María de Montalegre organiza una romería al Santuario de Torreciudad, ubicado en el Pirineo de Huesca. En esta ocasión la romería se organizó para el primer día de mayo de 2024.

Se siguió el programa establecido. A las 7 de mañana se reunieron todos los peregrinos en la Ronda de Sant Antoni de Barcelona, en su mayoría del barrio del Raval de Barcelona, relacionadas con las entidades de Terral, Braval y Montalegre. Ochenta personas llenaron dos autocares, rumbo a Torreciudad.

Fueron recibidos en el punto de acogida del santuario por el rector D. Ángel Lasheras. A continuación, los peregrinos pudieron ver un vídeo de testimonios que se habían encomendado a la Virgen de Torreciudad, siendo sus relatos muy emotivos. Seguidamente procesionaron con la réplica de la Virgen de Santa María de Montalegre de Barcelona, la cual forma parte de las imágenes del Museo de Imágenes del Santuario, que también es visitable por los peregrinos. La procesión finalizó cuando la imagen de la Virgen se depositó al pie del presbiterio.

Una vez en el interior del templo los peregrinos pudieron visualizar el Video-maping del retablo de alabastro que es siempre una gran catequesis, la capilla del Cristo Vivo o darle un beso al medallón de la Virgen. A su vez, los fieles pudieron ir confesarse, un momento muy apropiado para ponerse en paz con Dios, como así fue para muchas personas.  La celebración de la santa misa culminó aquella mañana llena de emociones y gracias recibidas.

El almuerzo se hizo con los propios avituallamientos en un local del santuario. Antes  del rezo del santo rosario en el templo, hubo tiempo libre para pasear por el nuevo sendero del Vía Crucis, o por el camino que lleva a la ermita de Nuestra Señora de Torreciudad.

¡No llovió! A pesar de ciertas previsiones y de un trayecto largo como es el de ir de Barcelona hasta el santuario, y volver al inicio del encuentro. Tanto al ir como al volver se rezaron los rosarios para completar la romería, rezando muy especialmente por los más necesitados, en la que abundaron las peticiones, los agradecimientos y la humildad en el perdón, no importándole a Nuestra Madre común el origen multicultural de todos los fieles.

 

Isabel Hernández Esteban

Fotos, Florentino Ysern

La Cruz es la culminación de la divinidad de Cristo

La frase de san Josemaría Escrivá BUSCAR a CRISTO, ENCONTRAR a CRISTO, AMAR A CRISTO nos anima en esta Semana Santa 2024 a meternos como un personaje más en la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo para culminar con la Pascua de Resurrección.

La celebración del Domingo de Ramos es especial y única, no hay otra igual en la liturgia de la Iglesia. Vemos como Jesús entra en Jerusalén, las gentes lo aclaman, ponen sus vestidos en el suelo para que su pollino no pase por encima de barro u otras cosas, basura o excrementos de los animales, sino que entre en la ciudad santa como un rey, aclamado con gritos de alegría.

El pueblo conocía sus milagros y habían oído sus Palabras de Vida. A pesar de todo ello, Jesús ya sabía que en pocos días sería clavado en la Cruz según lo habían anunciado los profetas. A los tres días resucitará tal como Él mismo había predicho. El celebrante lee textos, salmos, el Evangelio y después, los fieles también aclamamos con cantos, movemos las palmas, palmones, los ramos de laurel y hierbas aromáticas y el celebrante los bendice, también nos bendice a nosotros con mucha alegría y agua bendita.

Sigue una procesión con más cantos y los fieles entramos ya en el templo y continúa la santa misa con más lecturas y salmos cantados. A continuación, se proclama el Evangelio que es toda la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo que termina con la Resurrección. Con todo tipo de detalles, los evangelistas relatan los hechos ignominiosos de la Cruz. En este año 2024, que es el Año Litúrgico B, se lee la Pasión de san Marcos.

A lo largo de la Semana Santa se profundiza en la entrega de Jesús al hacer la voluntad de Dios hasta el extremo pues, siendo Dios, se deja crucificar por este pueblo de corazón duro, sordo y olvidadizo que ya no se acuerda de los grandes bienes que Jesús ha hecho por ellos.

Pero más que nunca, recordemos que la Cruz de Cristo no es un fracaso: La Cruz es la culminación de su divinidad y con la Resurrección demuestra su Gloria.

Isabel Hernández Esteban

Encarga una misa: Rezamos por los vivos y por los difuntos

Una de las siete obras espirituales de misericordia nos invita a orar por los vivos y por los difuntos. La santa Misa es la renovación del santo sacrificio de Cristo en la Cruz, donde Jesús dio por Amor su vida por cada uno de nosotros.

Encargar una misa es la mejor forma que tenemos de rezar por quien amamos y hemos amado, ya que la misa es oración y amor. La Eucaristía es el acto de Amor más sublime y santo que se celebra todos los días en la tierra.

Ofrecer la santa misa por algún motivo o persona es una bonita tradición muy antigua. Son muchas las razones por las que se puede ofrecer una misa. Desde solicitar una gracia particular, pedir por la salud de un enfermo, dar gracias por la intercesión de un beato o santo y, por supuesto, por el descanso en paz de un ser querido.

Como bien nos enseña la Iglesia, cuando algún muerto, aunque éste puede dejar su vida terrenal en el estado de amistad con Dios, podría darse la situación de que no se encontrara completamente santificado.

Los católicos creemos convencidos de que la misa tiene efectos de reparación.

En numerosas ocasiones esta es la razón que anima al donante a ofrecer la misa, ayudar a esa alma a salir del purgatorio, liberarla de sus penas y así poder disfrutar lo antes posible de la Gloria eterna.

Como dejó por escrito el santo cura de Ars, Mn. Juan María Vianney: La santa misa tiene un valor infinito, alegra a toda la corte celestial, alivia a todas las almas más olvidadas del purgatorio, lleva sobre todos nosotros toda clase de bendiciones y, por encima de todo, da gloria a Dios.

¡Encargar una misa es, sin duda, el regalo más bonito que podemos hacer! Cuando el sacerdote celebra la Eucaristía allí estamos todos los asistentes en nombre de todo el pueblo de Dios, y supone un verdadero consuelo para quien ha encargado esa misa, saber que son muchos los que se unen a esa oración.

Por último, recordemos que, en el caso de querer encargar una misa o un conjunto de misas por una intención, se puede:

Llamar a Secretaría de lunes a viernes en el teléfono 933014347.

Enviar correo electrónico: secretariamontalegre@gmail.com

Pedir en la Sacristía directamente.

 

Comunicación Montalegre

 

Charlas divulgativas sobre el MATRIMONIO y FAMILIA

Un nuevo equipo de colaboradoras se ha incorporado a la pastoral de la Iglesia de Santa María de Montalegre con mucho entusiasmo. Su tarea principal es divulgativa y también formativa. Con dicho fin, han preparado un calendario muy interesante de charlas sobre temas relacionados con la FAMILIA y el MATRIMONIO, que como sabemos tienen muchísimas facetas que se pueden desarrollar, económica, doméstica, jurídica, eclesiástica, doctrinal, etc.

Las charlas están previstas para los sábados por la tarde, una vez al mes, en la sala de actos de Montalegre.

Igualmente, han creado una cuenta en la red social Instagram, desde la que se difunden los eventos. Será un buen instrumento para conocer estas actividades y darlas a conocer a nuestros seguidores y amigos:   @iglesiademontalegre.

Comunicación Montalegre

Feliz Navidad junto al Niño Jesús

Un extracto del Evangelio del Evangelista san Lucas, 2, 16-18 cuando se produjo la Epifanía del Señor, el día que la Iglesia celebra la visita de los Reyes Magos al portal de Belén, relata lo siguiente:

Fueron, pues, deprisa y encontraron a María, José y el Niño tumbado en el pesebre. Al verlo, supieron lo que les habían dicho sobre ese niño; y todos los que lo oyeron quedaban maravillados de lo que les contaban los pastores.

De este modo, nosotros nos hemos asombrado en la pasada Nochebuena y hoy mismo en la Navidad, la Natividad del Señor. Por ello queremos compartir con todos nuestros lectores y seguidores este gran acontecimiento, deseándoles de todo corazón Una Feliz Navidad y que el Niño Jesús nos aporte la paz interior y la paz al mundo.

Isabel Hernández Esteban

Actividades de la celebración del 95 aniversario de la Obra

El lunes día 2 de octubre de 2023 celebramos en la Iglesia de Santa María de Montalegre el 95 aniversario del Opus Dei con dos actividades informativas sobre la Obra. A las 19h se celebró la santa misa.

A cinco años vista de cumplirse el centenario de la Obra y el deseo del Santo Padre Francisco de que reforcemos el carisma y el espíritu del Opus Dei, preparamos, por un lado, la charla sobre Qué es ser Cooperador del Opus Dei, y por otro Las consideraciones meditadas del Carisma y el Espíritu de la Obra.

Ser cooperador del Opus Dei

La charla se impartió en la sala de actos. La que suscribe apoyándose en los contenidos del sitio web oficial de la Obra, opusdei.org, y en el libro Historia del Opus Dei, de la editorial Rialp, recientemente publicado, cuyos autores, son José Luis González Gullón y John F. Coverdale. La ponente explicó mediante una presentación digital que los Cooperadores de la Obra son un tesoro, son mensajeros de las enseñanzas de San Josemaría y que gracias a su oración, trabajo voluntario y aportaciones económicas hacen posible que se desarrollen en el mundo más de 300 entidades sociales, sanitarias, educativas desde colegios a universidades, y de culto. Consideró citar la definición que, como tal, encuadra a todos los cooperadores y cooperadoras del mundo, donde está extendido el Opus Dei:

Los cooperadores son personas de todas las razas, culturas y religiones; católicos y no católicos, cristianos o no, y también no creyentes, que con los fieles de la Prelatura y otros ciudadanos promueven numerosas iniciativas de carácter formativo y social.

Los cooperadores católicos aprecian también el sentido espiritual y apostólico de estas actividades, al servicio de Dios, de la Iglesia y de todas las almas. Entre ellos, se cuentan, no sólo fieles laicos, sino clérigos de muchas diócesis del mundo entero y comunidades religiosas, que colaboran con su oración.

Se refirió, entre otras entidades, a Terral, Braval, Acció Social Montalegre, Fundació Raval Solidari, Fundació Planas y Casals, Fundació Montblanc, Harambee, Proyecto Kamalini, Saxum, citando además lugares de culto, colegios y universidades.

Al final de la charla, la que suscribe explicó que para ser cooperador se ha de conocer esta información, pedirle a un miembro de la Obra que lo inscriba mediante una ficha con sus datos personales, y una vez valorada la propuesta presentada al Vicario regional, éste lo nombrará como Cooperador o Cooperadora.

Consideraciones sobre el Carisma y el Espíritu del Opus Dei

A continuación, el rector de Montalegre Mn. Xavier Argelich en la nave central, de pie y en el atril de las plegarias, expuso las siguientes consideraciones:

El 2 de octubre de 1928, un joven sacerdote, en Madrid haciendo unos días de ejercicios espirituales, entre plática y plática, ordenando los papeles que contenían las inspiraciones recibidas en su oración personal durante los años anteriores, Josemaría Escrivá vio el Opus Dei como una luz en su mente. No fue fruto de un razonamiento humano, tampoco como consecuencia de una labor pastoral con jóvenes u otras personas, ni fruto de una planificación de un proyecto, vio el Opus Dei proyectado en el futuro. Lo recibió como una gracia concreta, un don, como diríamos hoy un Carisma.

El Carisma sobresale a las gracias habituales que Dios concede, distinta a la gracia santificante que otorgan los sacramentos. Es una gracia especial para llevar a cabo una misión concreta: PUES TODOS ESTAMOS LLAMADOS A LA SANTIDAD.

El Espíritu del Opus Dei está fundamentado en la Filiación divina, somos hijos e hijas de Dios. Las características se desarrollan en el trabajo ordinario de cada uno, cualquiera que sea digno, en la vida cotidiana, muy semejante a la de los primeros cristianos, que la iniciaron con el Bautismo. Siempre seculares, siempre laicos pues la secularidad es una nota significativa, no se trata de una orden religiosa en la que se reza Ora et labora, cosa que también hacemos, pero los miembros del Opus Dei estamos en medio del mundo, no en un convento. La libertad es un elemento importante de la vida cotidiana, cada uno es libre de tomar sus decisiones y ser responsable de ellas. Y como a todos los cristianos en Cristo, unidad de vida, no solo dentro de los templos, sino fuera de ellos, en casa, en familia, en el trabajo, en la enfermedad, en todo momento, bajo el manto de la Virgen María, aquí el de la Virgen de Montalegre.

La Santa Misa

Acudieron un buen número de fieles, no solo las personas que habían asistido a las actividades ya citadas, sino que se fueron incorporando más personas pues el 95 aniversario de la Obra bien lo merecía, además de celebrarse en la Iglesia Universal el día de los Santos Ángeles Custodios.

El rector en su homilía nos dijo que Deberíamos dar gracias a Dios por ese ángel custodio que cada uno de nosotros tenemos y que nos ayude a mantener esa alegría propia del cristiano por saberse hijo e hija de Dios. Asimismo, dar gracias por hacer ver a San Josemaría el Opus Dei, y que sepamos llevar nuestro camino de santidad hacia Dios que es lo más bello que podemos descubrir en nuestra vida.

Las voces masculinas y la música del órgano romántico de Montalegre interpretado por Josep Masabeu, imprimieron carácter a la ceremonia. Y como viene siendo habitual en estas celebraciones, colaboraron en la liturgia de la Palabra Ángel Gómez-Sala y la que suscribe.

Isabel Hernández Esteban

fotos de la ceremonia, Gómez-Sala

Formación catequética para el curso 2023-2024 en Montalegre

Camino del final del mes de agosto, recordaremos una serie de actividades pastorales de la Iglesia de Santa María de Montalegre que ya se han de desarrollado otros años, pero siempre con visos de continuidad: La formación catequética.

En primer lugar, la catequesis del sacramento de la Primera comunión. Sigue la catequesis para recibir el sacramento de la Confirmación, así como la formación para adultos para recibir los sacramentos de iniciación cristiana desde el bautismo a la confirmación.

La formación de Primera comunión para los niños y las niñas es el sábado por la mañana de 11 a 12 h. En caso de adultos, lo mejor es pactar con el formador el mejor horario para ambos.

En todos los casos, la formación la dirigen los sacerdotes de Montalegre, junto con catequistas laicos con suficiente preparación para ello.

En relación a la formación de los matrimonios, en Montalegre se desarrolla el proyecto llamado FAMILIAS SIN BARRERAS. Una vez al mes se reúnen algunos miembros de esta organización, que ya es internacional, con los matrimonios y parejas que se han inscrito. Se trata de desarrollar una serie de temas que vienen pautados o que los asistentes proponen. Es muy interesante pues se trata de un encuentro de familias con el ánimo de mejorar su matrimonio y la educación de sus hijos, intercambiando propuestas y explicando sus vivencias, en un ambiente de amistad y ayuda mutua.

En relación a la formación prematrimonial, se realizan 4 cursos al año (otoño, invierno, primavera y verano). Su duración es de cinco días de una misma semana, de 19.30 a 21h. Oportunamente se anunciarán las fechas

Para todas estas actividades hay que inscribirse, contactando con algunos de los sacerdotes que atienden en Montalegre o bien en la secretaria u oficinas de la iglesia. Todas las actividades comienzan en el mes de octubre de 2023.

En caso de duda, puede escribir un correo a: montalegre@montalegre.org

 

Isabel Hernández Esteban

¿Cómo puede afectar la inteligencia artificial a nuestra espiritualidad?

Conferencia efectuada por el Sr. Albert Cortina, el pasado 25 de mayo de 2023, en la sala de actos de la Iglesia de Santa María de Montalegre. Transcribimos la conferencia facilitada por el propio Sr. Cortina.

 

La inteligencia artificial (IA) nos ofrece enormes potencialidades. Sin embargo, delegar nuestras decisiones a las máquinas esconde peligros que solo estamos comenzando a vislumbrar. Por ejemplo, con la inteligencia artificial generativa denominada ChatGPT que ha irrumpido aceleradamente en nuestras vidas, se han encendido todas las alarmas. La inteligencia artificial ha empezado a adquirir notables capacidades para manipular y generar lenguaje, ya sea con palabras, sonidos o imágenes.

No debemos olvidar que el lenguaje es la materia de la que está hecha casi toda la cultura humana. Por ejemplo, los derechos humanos son artefactos culturales que creamos contando historias y escribiendo leyes. ¿Qué sucederá cuando una inteligencia no humana sea mejor que el ser humano común contando narrativas, componiendo música, escribiendo novelas, poesías y ensayos, redactando leyes, elaborando discursos de contenido político, expandiendo noticias falsas, dibujando imágenes, redactando homilías y sermones para los distintos cultos religiosos, construyendo relatos míticos y espirituales o escribiendo nuevos “textos sagrados”?

No hace falta que la IA tenga sentimientos propios, consciencia o autoconsciencia. Basta con que los humanos creamos que, si los tiene y que nos sintamos emocional e íntimamente unidos a ella, cayendo en la fascinación por su dominio del lenguaje y por su capacidad de influir en nuestras opiniones y creencias.

Tenemos un ejemplo en Blake Lemoine, el ingeniero de Google que en el año 2022 afirmó públicamente que el Chatbot IA LaMDA, en el que estaba trabajando, se había vuelto sintiente y consciente. Si un simulacro de dialogo como el que tuvo Lemoine con la IA Lamda pudo influir lo suficiente como para que dicho técnico creyese el relato construido por la IA y arriesgase incluso su trabajo en Google hasta conseguir que lo despidiesen por defender que LaMDA se había vuelto consciente. Cabe pues preguntarse, ¿hasta dónde puede llegar la influencia de la IA y cómo puede inducirnos a hacer todo aquello que se proponga?

Por otra parte, me viene a la memoria la ginoide AVA (robot antropomorfo de aspecto femenino) de la película Ex Machina. En el guion del film, también la IA logra manipular al experto programador que debía comprobar si realmente AVA tenía consciencia y, por lo tanto, podía relacionarse con ella.

Llegados a este punto, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Podrá la IA llegar a apoderarse algún día de la cultura y de nuestra espiritualidad? Debemos ser conscientes que la IA es un instrumento fundamentalmente diferente a otras tecnologías anteriormente ideadas por el ser humano ya que la IA, cuando vaya siendo genérica o fuerte, es decir, cuando pueda emular a la inteligencia humana, podrá crear ideas y relatos culturales y espirituales completamente nuevos.

Tal y como ha señalado recientemente Yuval Harari respecto a esta herramienta, si la IA consigue hackear el lenguaje humano, es decir, el sistema operativo de la civilización humana, podría llegar a aniquilar nuestro mundo mental y social, nuestra capacidad de mantener conversaciones significativas, destruyendo así la democracia. Yo incluso añadiría a los comentarios del historiador de cabecera de las élites transhumanistas, que probablemente esa IA también pretenderá destruir nuestra inteligencia espiritual.

Es necesario un mayor desarrollo de la algor-ética y de la inteligencia espiritual humana.

 

Es a partir de esa preocupación esencial por lo que el papa Francisco apremia a un mundo globalizado y secularizado para que sea capaz de desarrollar lo que ha denominado una “algor-ética” (desarrollo ético de los algoritmos) para que la inteligencia artificial y las máquinas estén al servicio del hombre y no al revés. En cierto modo, Francisco nos insta a desarrollar unos algoritmos con conciencia social y sentido del bien común.

Si los cerebros artificiales llegaran algún día a superar a los cerebros humanos en inteligencia general, entonces esta nueva inteligencia llegaría a ser muy poderosa y el destino de nuestra especie probablemente pasaría a depender de las acciones de esa “Superinteligencia artificial”. Quizás ese sería el último invento que la especie humana realizaría ya que esta, más tarde, se ocuparía de la civilización en todos sus aspectos.  Por primera vez en la civilización humana, la cultura y la espiritualidad quedarían en manos de un ente inteligente no humano.

Es por este motivo que la comunidad tecno-científica se está planteando desarrollar métodos de control para la inteligencia artificial, aunque esta siga haciéndose más y más inteligente. Sin embargo, existe una contradicción si la inteligencia artificial se hace más inteligente que los humanos. ¿No encontrará formas de burlar ese control? Además, estamos hablando de máquinas que serán capaces de auto programarse y de construir otras máquinas inteligentes. ¿Aceptaran las máquinas ser controladas por los humanos, para que estén alineadas con ellos, y más aún cuando descubran que los humanos no están alineados entre sí?

Por otro lado, la conciencia humana es algo más complejo de lo que pretende emular la bioideología emergente del transhumanismo. En efecto, la persona humana tiene la capacidad específica de discernir lo bueno, es decir, el bien.

El cristianismo, denomina “sindéresis” a la capacidad que tiene el alma para distinguir el bien del mal y para captar y reconocer los principios morales, puesta en el hombre y la mujer por el Creador como un sello que lo impulsa a hacer el bien. Movido por ella, el ser humano está llamado a desarrollar su conciencia mediante la formación y la acción para orientarse libremente en su existencia, fundándose en las leyes esenciales, que son la ley natural y la ley moral.

En este sentido, la denominada “inteligencia” o “conciencia” artificial, nunca alcanzará la complejidad y plenitud de la auténtica inteligencia y conciencia humana. Y es que el hombre (varón y mujer) tiene inteligencia espiritual a diferencia del resto de seres vivos y de los robots, los algoritmos o los entes biotecnológicos o post humanos que puedan aparecer en el futuro.

Por otra parte, estamos convencidos que el aumento de la inteligencia espiritual será esencial en las sociedades biotecnológicas emergentes para mantener la preeminencia de la razón iluminada por la fe como fundamento de la inteligencia humana que, como hemos señalado anteriormente, siempre será superior a una inteligencia artificial centrada en la fría razón tecnocrática.

¿Cómo puede ser que el transhumanismo ofrezca al mundo contemporáneo, como una novedad, los super poderes del “humano aumentado” por las biotecnologías exponenciales y la Super inteligencia artificial, y sin embargo, los cristianos muchas veces no sepamos transmitir al mundo la potencia de los dones y carismas que concede el Espíritu Santo al “humano cristificado” a través de la gracia santificante?

El gran acontecimiento de Pentecostés nos recuerda al hombre y mujer contemporáneos la gran verdad de que no habrá inteligencia artificial no humana que pueda superar a nuestra inteligencia espiritual humana asistida por la gracia e inspirada por el Espíritu Santo.

Comunicación Montalegre

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