El Modernismo en Montalegre

Nadal 2010 en Montalegre

Este año el pesebre de la iglesia se instaló en el mismo lugar que en la Navidad anterior. Creemos que es el mejor sitio para ubicarlo ya que  solo al entrar en el templo por la calle Valldonzella se ve de forma muy atractiva. Y como suele pasar en todas partes, cada año el belén tiene un aire diferente, tanto si son o no los mismos artistas que lo prepararon. 

Habíamos visto estas figuras sin decoración de ningún tipo, pero al tratarse de unas figuras de valor artístico, la austeridad en la presentación también le prestaba belleza y austeridad. En la Navidad del 2009, el ambiente que habían propiciado los artistas era el de una haima del desierto, no muy lejos de la realidad que podía haber sido hace más de dos mil años. De igual manera, D. Antoni Gaudí en un viaje por el norte de África, debido a un encargo que le hicieron, y que después no se hizo, durmió en una haima y contemplando el cielo estrellado pensó que allí se estaba bien o muy bien. Y tanto fue así que el sagrario de la Cripta de la Basílica de la Sagrada Familia lo diseñó como una haima, y la construyó en hierro, cosa que posteriormente doraron. 

El Sagrari de la Cripta de la Basílica de la Sagrada Família

Hoy podemos contemplar el pesebre de Montalegre con la sagrada familia de Jesús, María y Josep y unas lucecitas que recrean un fuego incandescente, junto al buey y la mula, dentro de una cueva de corcho, decorada con hojas y flores de eucaliptos, materiales muy propios de los montes catalanes. 

Las figuras son de resina, elaboradas sobre moldes del gran escultor barcelonés D. Josep Llimona i Bruguera (1864-1934), contemporáneo  de D. Antoni Gaudí, con  el que colaboró entre 1903 y 1916 en la escultura del Cristo Resucitado del Primer Misterio de Gloria del Rosario Monumental de Montserrat. El trabajo fue realizado por alumnos d’Arquitectura de la Universidad Internacional de Catalunya (UIC).  

Isabel Hernández Esteban

Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor

Exterior de la Iglesia Gallicantus de Jerusalen

 

Y tocaron las doce de la noche del día 24 de diciembre del 2010, preludio de otras noches muy frías, del inicio de un invierno que se prevé auténtico, a pesar del tan comentado calentamiento de la tierra. Aquí en la iglesia de Montalegre nos congregamos familias, amigos y vecinos del barrio del Raval, porque todos juntos queríamos celebrar esa Noche Santa, llena de luz. En aquella hora se inició la Misa del Gallo, con toda la solemnidad requerida y con la alegría que reporta la propia fiesta porque “Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor” .

En la homilía el rector, Mn. Francesc Perarnau, nos explicó su significado mesiánico. Dios entra en la historia humana, se hace hombre, nace en el sí de una familia, y entra a formar parte de la sociedad. La luz que sorprende a los pastores con el anuncio del Ángel del Señor es el símbolo, pues Dios se ha hecho hombre para iluminar  nuestra vida y dar sentido a nuestro dolor, a nuestros sufrimientos, injusticias, enfermedades, etc. Con esta Luz tenemos respuestas, porque Jesucristo es la respuesta. Por último añadió, que en estos días es más fácil rezar pues cantar un villancico delante del pesebre, el mismo que tenemos en casa, ya es hacer oración;  allí le podemos pedir cosas y poco a poco iremos creciendo en vida interior. Además hemos de rezar por las personas que sufren, por problemas económicos, o de salud o porque tienen la familia muy lejos y no pueden reunirse, ya que siempre la oración produce consuelo. 

Los cantos los dirigió la soprano Sra. Patrícia Sendra, la cual colabora forma habitual en la misa solemne de los domingos: Les dotze van tocant, El noi de la Mare, Santa Nit i Adeste Fideles, en la adoración al Niño Jesús. Al órgano, el Sr. Josep Masabeu, también muy conocido en la iglesia ya que, entre otras cosas, y con ocasión del centenario escribió el libro “Santa Maria de Montalegre, Església de l’antiga Casa de la Caritat, Centenari 1902-2002”, del cual se puede leer un extracto en esta web. 

Una vez acabada la adoración al Niño Jesús, el rector invitó a todos los fieles a seguir la celebración cantando más villancicos en la sala polivalente. Allí fuimos obsequiados con un dulce y salado resopón, y con cava brindamos que por siempre gocemos de una Navidad llena de amor y paz.

 Isabel Hernández Esteban

La Coral Canigó nos obsequió con una veintena de villancicos

Detalle del pesebre de Montalegre

 

En el XII concierto ofrecido en la iglesia, un año más la Coral Canigó nos hizo sentir, y en algunos casos emocionar, una Navidad llena de música. En la noche del 18 de diciembre tres cuartas partes de la nave central se llenó de entusiastas del canto coral y de familias, y todos aprovecharon para contemplar el pesebre de Montalegre que hacía poco que se había instalado. El programa fue como siempre muy variado *, a base de canciones populares y tradicionales procedentes de diferentes países o regiones, interpretadas en diferentes idiomas. Participaron treintena de voces, siendo el director y organista José Antonio Mur Sasé y como director colaborador, Horacio de Paz.

La Coral Canigó se creó hace más de veinte años, inicialmente con padres y madres del Colegio Canigó; posteriormente se han ido incorporando alumnas del referido colegio, produciéndose así una renovación generacional de las voces.

En esta ocasión el conjunto de la coral salió de la sacristía, y se situó en el presbiterio. Destacaron las voces solistas de Maite Alonso, Maite Fabregat y especialmente de Laura Domènech. A lo largo de una hora cuarto de concierto pudimos ver como los cantantes cantaban felices sonriendo en todo momento. En el villancico El Rabadà la Coral nos dio una sorpresa: se incorporaron 13 voces de niñas y niños que lo hicieron muy bien! Una vez acabado el programa oficial la Coral Canigó, debido a la insistencia y los aplausos del público, nos obsequió con dos vises: Las Joticas al Niño Jesús y Campanas de la Mezquita.

Col·legi Canigó de Barcelona

Programa *

1. Adornad vuestra Morada. (Deck the hall). Tradicional. Old Welsh.
2. Transeamus. Schnabel
3. Aclarida. Popular de Sicilia. I. Heim
4. Oh arbre sant. Popular alemanya. Ll. Farreny
5. Gloria in excelsis Deo. Hac Nocte. J. Cagliero
6. Cantique de Nöel. Adolfhe Adam.
7. Entonad con vos de júbilo. San Juan Bosco
8. Aquell primer Nadal. Melodia francesa del segle XVIII
9. El cant dels ocells. Tradicional catalana. Pau Casals
10. Campanas de la mezquita. E. Medina
11. Alegría en esta noche. Sor Carmen Gracia. FMA
12. Vals de Navidad. Tradicional. Styne/Cahn
13. Joticas al Niño Jesús. Aires populares Navarros.
14. Gloria. Antonio Vivaldi. N 1, Gloria in Excelsis Deo.
15. Adeste fideles. Tradicional. R.F. Ynera
16. Santa Nit. Franz Grüber. Tradicional. A.Martorell
17. El Rabadà. Popular catalana.
18. Bones festes de Nadal. (Canon) Mozart.

Isabel Hernández Esteban

La raíz cristiana es la base de la acción humanitaria en el mundo

sala polivalent de l'església

El día 17 de diciembre se  celebró en la iglesia el Día del Voluntario de la Acción Social de Montalegre. Una cincuentena de voluntarios y voluntarias se reunieron en la misa de las 13 h. El Rector que la  celebró destacó que la acción humanitaria que desarrollan hace Iglesia, ya que el edificio intelectual de los derechos y deberes humanos ha crecido en países de substrato cristiano. Y en aquellos donde todavía  no se ha producido la evangelización es muy difícil la implantación de estos derechos y deberes a pesar de los Compromisos y Acuerdos que se hayan firmado. Y en aquellos otros donde la raíz cristiana se ha arrancado, como si se tratara de un árbol, al suprimir la fuente de su vida, va muriendo poco a poco, creándose situaciones tan contradictorias como que al mismo tiempo se luche por salvar la vida de un recién nacido prematuro y se practique el aborto.  La labor humanitaria que desarrollan muchas instituciones y organizaciones es muy buena, les mueven motivos humanos de pena y lástima, en definitiva de misericordia, pero como decía la Beata Teresa de Calcuta lo que hago tampoco lo haría por todo el oro del mundo sino por algo  más grande “Todo lo hacemos por Jesús”.  

A continuación, en la sala polivalente de la iglesia se degustó un lunch muy apetitoso, presidido por un gran pesebre, ocasión estupenda para desearnos todos  una Feliz Navidad! 

Isabel Hernández Esteban

En la misa por el sufragio del alma del Siervo de Dios, José Maria Hernández Garnica

vestíbulo de la iglesia a la salida de la celebración

Fue evidente el incremento de la devoción privada a este Siervo de Dios debido a la presencia de un notable número de fieles en la santa misa que se celebró en la Esglèsia de Santa Maria de Montalegre el pasado 9 de diciembre a las 19 h. Su rector en la homilía explicó los motivos por los que por tercer año consecutivo, y con intención de continuidad, se ofrecía la misa en sufragio del alma de José Maria Hernández Garnica: Estamos plenamente convencidos de que es un santo y queremos sea un personaje más conocido, y por el bien de la Iglesia que esté en los altares, porque los santos son nuestros referentes, nuestros modelos de vida. 

En la Exhortación Apostólica Verbum Domini* SS Benedicto XVI le dedica un apartado a la santidad. Va refiriendo diversos santos de altar, los cuales a lo largo de sus vidas han fundado congregaciones o instituciones inspiradas en la Sagrada Escritura, desde San Antonio Abad, a San Juan Bosco, San Juan Maria Vianey, San Pío de Pietreclina, entre otros, así como San Josemaria Escrivá y su predicación a la llamada universal de la santidad, referencia que nos alegró a muchos de nosotros, dijo Mn. Perarnau, y citando textualmente al Santo Padre añadió: “Cada santo es como un rayo de luz que sale de la Palabra de Dios”. 

A continuación explicó el deseo latente de que los restos mortales de José Maria Hernández Garnica, que ahora reposan en el cementerio de Montjuic, puedan ser trasladados, si la autoridad eclesiástica lo considera oportuno, a nuestra Iglesia de Montalegre y así hacer más fácil que todos los que le tienen devoción privada pueda acudir a rezar. Esto es una ilusión que va creciendo, pero añadió, “Depende de nosotros, nosotros somos los protagonistas de esta posibilidad”. Es necesario que destaque esta devoción, que se note de verdad, que recemos nosotros primero para poder transmitirlo después a otras personas, que acudamos a su intercesión, y que lo hagamos asiduamente. A continuación será necesario escribirlo con nuestros datos personales, ya que el hecho de escribirlo es muy importante, tiene mucha fuerza. Explicó que existe un equipo de seguimiento de la devoción que es quien ha impulsado todas las actividades que últimamente se han realizado: la misa anual, el encuentro con el postulador de la causa del santo y la presentación de su libro, las publicaciones, la recogida de datos, el blog en la web, las estampas. Destacó especialmente que las estampas salen a centenares, cosa que es un buen síntoma del crecimiento de la devoción. 

Finalmente, Mn. Francesc Perarnau insistió en que no nos quedemos como meros espectadores de todo esto, que nos hemos de implicar y conseguir testimonios de la santidad de este Siervo de Dios, y “así José Maria Hernández Garnica se implicará también desde el cielo… Y si rezamos, si hacemos rezar y lo difundimos mucho probablemente lo  tendremos aquí”. 

                                                                    

Dirigió los cantos y su interpretación al órgano el Sr. Pep Masabeu. Antes de la celebración como a la salida, miembros  de la Comisión impulsora de la devoción privada pudieron recoger los datos de personas que empezaban a implicarse, también a vender el libro “Abriendo Horizontes” y el DVD, a distribuir los últimos boletines informativos y a facilitar los datos de la Comisión para contactar con ellos. 

El Siervo de Dios traspasó en Barcelona el 7 de diciembre de 1972 y está enterrado en el Cementerio de Montjuic de la ciudad. 

* Exhortación Apostólica Postsinodal Verbum Domini de SS Benedicto XVI, sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia, de 30 de septiembre de 2010. Apartado 48 (Los santos y la interpretación de la Escritura). 

Isabel Hernández Esteban

 

Nos vemos en Madrid, adiós Santo Padre!

Hacía siete meses que se había anunciado que el Santo Padre venía a España. Y las 32 horas de su estancia las hemos absorbido profundamente, cosa que será muy difícil de olvidar. La TV3 apostó fuerte a nivel tecnológico y verdaderamente la retransmisión de la Dedicación de la Sagrada Familia fue impresionante. No obstante desde el canal de Intereconomia más de 10 millones de televisores del Estado español  captaron todo, absolutamente todo, minuto a minuto donde estaba el Santo Padre, cosa que no hicieron otros canales de televisión, ni públicas ni privadas. 

Yo también  lo  vi! 

Pero no todos nos conformamos estar sentados ante el televisor, o  simplemente nos decíamos hasta donde los pies me lleven. Así que unos ya lo recibieron a las nueve de la noche del sábado en el aeropuerto de Barcelona; otros con dos horas de anticipación ya estaban situados frente a las barreras que habían instalado a lo largo de la avenida de la Catedral, mirando el reloj con insistencia,  clavados como estatuas y con suerte vieron como una flecha un Mercedes negro, blindado, de cristales oscuros, o simplemente sus luces. Los gritos de los que estábamos allí empezaron a subir de tono a límites insospechados, como un grupo de fans frente a su ídolo musical del que están enamorados. Así recibimos al Santo Padre en el Palacio Episcopal. La emoción se desató cuando salió al balcón para saludar. La señal del movió desapareció, todos se enviaban llamadas o mensajes: “Lo he visto!” 

La marea azul, esta es la juventud del Papa 

La noche sería corta ya que de buena mañana la ciudad hizo un cordón desde el Palacio Episcopal hasta todo alrededor de la Sagrada Familia. Los voluntarios que habían sido convocados el sábado por la mañana en el cruce de  Provença/Marina, donde recibieron las instrucciones, ya sabían lo que tenían que hacer. Sin duda fueron un suporte muy importante para toda la organización. Los que teníamos la entrada del exterior del templo, cuando pudimos acceder a nuestros asientos, nos dieron un pin identificativo y en nuestra silla teníamos el misal completo de la celebración. Aquellos voluntarios y voluntarias iban con un impermeable azul, estaban  por todas partes, pendientes de sus obligaciones, fueran las que fuesen. Era como una marea azul. Un momento muy bonito e irrepetible fue cuando acompañaron a los 300 sacerdotes con la Sagrada Comunión, y para identificarse de lejos, iban con  paraguas, también azules; todos ellos se escamparon por  todas aquellas calles, tan indiferentes hasta esa fecha, Provença, Marina, Avinguda Gaudí, Rosselló, Sardenya…. calles por donde el Señor se paseó y nos vió uno a uno, a cada uno de  nosotros. 

Una de les consignas que oímos en las horas que el Santo Padre estuvo en Barcelona  ha sido “Esta es la juventud del Papa!” y sin duda la marea de voluntarios era segura y fuerte, así como muchos más que no paraban de gritar, dando apoyo incondicional a Benedicto XVI en todo momento, mostrándose una juventud revolucionaria y contracorriente que quiere llevar la bandera de Cristo, de color universal.

Voluntad de servicio

Un rostro muy fotogénico en todos los actos ha sido el  del Secretario personal del Santo Padre, Monseñor Georg Gänswein, el cual ha captado la atención mediática de todas las retransmisiones, como ya va siendo habitual en los viajes de Benedicto XVI. No es un simple personaje que le ayuda a subir escaleras, o le acerca los textos de los discursos, le facilita las gafas, o le acompaña  en el papamóvil. Es alemán, nacido en el año 1956, y desde el 2003 es el asistente personal del entonces Cardenal Joseph Razintger; fue ordenado sacerdote en el año 1984. Recibió el Doctorado en Derecho Canónico por la Universitada de Ludwiig Maximilians en Munich en 1993. En aquel mismo año llegó a Roma y en 1995 se convirtió en oficial de la Congregación para el Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos. En 1996 fue transferido a la Congregación para  la Doctrina de la Fe por petición de Ratzinger, y  obtuvo una cátedra de derecho canónico por la Universidad Pontifica de la Santa Cruz y del Opus Dei. Recibió el titulo de prelado de honor de SS Benedicto XVI en marzo de 2006. 

Un voluntario de la Acción Social de Montalegre

Un momento especialmente entrañable para  nosotros fue cuando Fernando Sánchez Costa leyó la segunda lectura de la celebración de la Dedicación a templo de Dios. No dudó, leyó con claridad  y con seguridad. Él es un hombre sencillo y afable, licenciado por la Universidad Internacional de Catalunya; en la actualidad es profesor universitario, está preparando su tesis doctoral, y además colabora en  la Acción Social de la Església de Santa Maria de Montalegre; entre otras cosas visita habitualmente a varias familias del Raval de Barcelona, dándoles amor y confianza. También forma parte del consejo pastoral de la Església Sant Gregori Taumaturg de Barcelona. 

Hasta pronto!

Barcelona ha sido por unas horas, entre el 6 y 7 de noviembre de 2010, el punto visual de más de 150 millones de personas de todo el mundo, con unos beneficios económicos incontables, todavía, para aquellos que hacen este tipo de cálculos. No obstante lo más importante es que a todos, de una manera o de otra, nos ha golpeado en el corazón una vibración nueva. Este Santo Padre, de 83 años, ha llegado a todos, pequeños, jóvenes y mayores, creyentes o gentiles, en un marco único e incomparable como lo es La Sagrada Familia de Antoni Gaudí. Y Benedicto XVI lo supo. Así en el hangar del Aeropuerto de El Prat se le veía feliz, sonriente. En  su discurso final, la última palabra que pronunció fue “Adiós” pronunciada  como la dice un amigo, como un padre.

Gracias! Santo Padre, nos veremos en Madrid en la JMJ, del 16 al 21 de agosto del 2011. 

Isabel Hernández Esteban

Un texto para recordar siempre, la homilía del Santo Padre en Barcelona

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CONSAGRACIÓN DE LA IGLESIA DE LA SAGRADA FAMILIA Y DEL ALTAR

HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Barcelona
Domingo 7 de noviembre de 2010

En catalán:

Estimats germans i germanes en el Senyor:

«La diada d’avui és santa, dedicada a Déu, nostre Senyor; no us entristiu ni ploreu… El goig del Senyor sarà la vostra força» (Ne 8, 9-11). Amb aquestes paraules de la primera lectura que hem proclamat vull saludar-vos a tots els qui us trobeu aquí presents participant en aquesta celebració. Adreço una salutació afectuosa a Ses Majestats els Reis d’Espanya, que han volgut acompanyar-nos cordialment. La meva salutació agraïda al Senyor Cardenal Lluís Martínez Sistach, Arquebisbe de Barcelona, per les seves paraules de benvinguda i la seva invitació a dedicar aquesta Església de la Sagrada Família, suma admirable de tècnica, d’art i de fe. Saludo també al Cardenal Ricard Maria Carles Gordó, Arquebisbe emèrit de Barcelona, als altres Senyors Cardenals i Germans en l’Episcopat, especialment, al Bisbe auxiliar d’aquesta Església particular, com també als nombrosos sacerdots, diaques, seminaristes, religiosos i fidels que participen en aquesta solemne cerimònia. També adreço la meva deferent salutació a totes les Autoritats Nacionals, Autonòmiques i Locals, com també als membres d’altres comunitats cristianes, que s’han unit al nostre goig i a la nostra lloança agraïda a Déu.

[Amadísimos Hermanos y Hermanas en el Señor:

«Hoy es un día consagrado a nuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis… El gozo en el Señor es vuestra fortaleza» (Neh 8,9-11). Con estas palabras de la primera lectura que hemos proclamado quiero saludaros a todos los que estáis aquí presentes participando en esta celebración. Dirijo un afectuoso saludo a Sus Majestades los Reyes de España, que han querido cordialmente acompañarnos. Vaya mi saludo agradecido al Señor Cardenal Lluís Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona, por sus palabras de bienvenida y su invitación para la dedicación de esta Iglesia de la Sagrada Familia, admirable suma de técnica, de arte y de fe. Saludo igualmente al Cardenal Ricardo María Carles Gordó, Arzobispo emérito de Barcelona, a los demás Señores Cardenales y Hermanos en el Episcopado, en especial, al Obispo auxiliar de esta Iglesia particular, así como a los numerosos sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos y fieles que participan en esta solemne ceremonia. Asimismo, dirijo mi deferente saludo a las Autoridades Nacionales, Autonómicas y Locales, así como a los miembros de otras comunidades cristianas, que se unen a nuestra alegría y alabanza agradecida a Dios.]

Este día es un punto significativo en una larga historia de ilusión, de trabajo y de generosidad, que dura más de un siglo. En estos momentos, quisiera recordar a todos y a cada uno de los que han hecho posible el gozo que a todos nos embarga hoy, desde los promotores hasta los ejecutores de la obra; desde los arquitectos y albañiles de la misma, a todos aquellos que han ofrecido, de una u otra forma, su inestimable aportación para hacer posible la progresión de este edificio. Y recordamos, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta. Este acto es también, de algún modo, el punto cumbre y la desembocadura de una historia de esta tierra catalana que, sobre todo desde finales del siglo XIX, dio una pléyade de santos y de fundadores, de mártires y de poetas cristianos. Historia de santidad, de creación artística y poética, nacidas de la fe, que hoy recogemos y presentamos como ofrenda a Dios en esta Eucaristía.

La alegría que siento de poder presidir esta ceremonia se ha visto incrementada cuando he sabido que este templo, desde sus orígenes, ha estado muy vinculado a la figura de san José. Me ha conmovido especialmente la seguridad con la que Gaudí, ante las innumerables dificultades que tuvo que afrontar, exclamaba lleno de confianza en la divina Providencia: «San José acabará el templo». Por eso ahora, no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa cuyo nombre de pila es José.

¿Qué hacemos al dedicar este templo? En el corazón del mundo, ante la mirada de Dios y de los hombres, en un humilde y gozoso acto de fe, levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana, constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma.

En este recinto, Gaudí quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia. Así unió la realidad del mundo y la historia de la salvación, tal como nos es narrada en la Biblia y actualizada en la Liturgia. Introdujo piedras, árboles y vida humana dentro del templo, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina, pero al mismo tiempo sacó los retablos afuera, para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. De este modo, colaboró genialmente a la edificación de la conciencia humana anclada en el mundo, abierta a Dios, iluminada y santificada por Cristo. E hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó Antoni Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres. Y es que la belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo.

Hemos dedicado este espacio sagrado a Dios, que se nos ha revelado y entregado en Cristo para ser definitivamente Dios con los hombres. La Palabra revelada, la humanidad de Cristo y su Iglesia son las tres expresiones máximas de su manifestación y entrega a los hombres. «Mire cada cual cómo construye. Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, que es Jesucristo» (1 Co 3,10-11), dice San Pablo en la segunda lectura. El Señor Jesús es la piedra que soporta el peso del mundo, que mantiene la cohesión de la Iglesia y que recoge en unidad final todas las conquistas de la humanidad. En Él tenemos la Palabra y la presencia de Dios, y de Él recibe la Iglesia su vida, su doctrina y su misión. La Iglesia no tiene consistencia por sí misma; está llamada a ser signo e instrumento  de Cristo, en pura docilidad a su autoridad y en total servicio a su mandato. El único Cristo funda la única Iglesia; Él es la roca sobre la que se cimienta nuestra fe. Apoyados en esa fe, busquemos juntos mostrar al mundo el rostro de Dios, que es amor y el único que puede responder al anhelo de plenitud del hombre. Ésa es la gran tarea, mostrar a todos que Dios es Dios de paz y no de violencia, de libertad y no de coacción, de concordia y no de discordia. En este sentido, pienso que la dedicación de este templo de la Sagrada Familia, en una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle, resulta un hecho de gran significado. Gaudí, con su obra, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre. Que el secreto de la auténtica originalidad está, como decía él, en volver al origen que es Dios. Él mismo, abriendo así su espíritu a Dios ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma. Así expresaba el arquitecto sus sentimientos: «Un templo [es] la única cosa digna de representar el sentir de un pueblo, ya que la religión es la cosa más elevada en el hombre».

Esa afirmación de Dios lleva consigo la suprema afirmación y tutela de la dignidad de cada hombre y de todos los hombres: «¿No sabéis que sois templo de Dios?… El templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros» (1 Co 3,16-17). He aquí unidas la verdad y dignidad de Dios con la verdad y la dignidad del hombre. Al consagrar el altar de este templo, considerando a Cristo como su fundamento, estamos presentando ante el mundo a Dios que es amigo de los hombres e invitando a los hombres a ser amigos de Dios. Como enseña el caso de Zaqueo, del que se habla en el Evangelio de hoy (cf. Lc 19,1-10), si el hombre deja entrar a Dios en su vida y en su mundo, si deja que Cristo viva en su corazón, no se arrepentirá, sino que experimentará la alegría de compartir su misma vida siendo objeto de su amor infinito.

La iniciativa de este templo se debe a la Asociación de amigos de San José, quienes quisieron dedicarlo a la Sagrada Familia de Nazaret. Desde siempre, el hogar formado por Jesús, María y José ha sido considerado como escuela de amor, oración y trabajo. Los patrocinadores de este templo querían mostrar al mundo el amor, el trabajo y el servicio vividos ante Dios, tal como los vivió la Sagrada Familia de Nazaret. Las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales. No podemos contentarnos con estos progresos. Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar.

Al contemplar admirado este recinto santo de asombrosa belleza, con tanta historia de fe, pido a Dios que en esta tierra catalana se multipliquen y consoliden nuevos testimonios de santidad, que presten al mundo el gran servicio que la Iglesia puede y debe prestar a la humanidad: ser icono de la belleza divina, llama ardiente de caridad, cauce para que el mundo crea en Aquel que Dios ha enviado (cf. Jn 6,29).

Queridos hermanos, al dedicar este espléndido templo, suplico igualmente al Señor de nuestras vidas que de este altar, que ahora va a ser ungido con óleo santo y sobre el que se consumará el sacrificio de amor de Cristo, brote un río constante de gracia y caridad sobre esta ciudad de Barcelona y sus gentes, y sobre el mundo entero. Que estas aguas fecundas llenen de fe y vitalidad apostólica a esta Iglesia archidiocesana, a sus pastores y fieles.

En catalán:

Desitjo, finalment, confiar a l’amorosa protecció de la Mare de Déu, Maria Santissima, Rosa d’abril, Mare de la Mercè, tots els aquí presents, i tots aquells que amb paraules i obres, silenci o pregària, han fet possible aquest miracle arquitectònic. Que Ella presenti al seu diví Fill les joies i les penes de tots els qui vinguin en aquest lloc sagrat en el futur, perquè, com prega l’Església en la dedicació dels temples, els pobres trobin misericòrdia, els oprimits assoleixin la llibertat veritable i tots els homes es revesteixin de la dignitat dels fills de Déu. Amén.

[Deseo, finalmente, confiar a la amorosa protección de la Madre de Dios, María Santísima, Rosa de abril, Madre de la Merced, a todos los que estáis aquí, y a todos los que con palabras y obras, silencio u oración, han hecho posible este milagro arquitectónico. Que Ella presente también a su divino Hijo las alegrías y las penas de todos los que lleguen a este lugar sagrado en el futuro, para que, como reza la Iglesia al dedicar los templos, los pobres puedan encontrar misericordia, los oprimidos alcanzar la libertad verdadera y todos los hombres se revistan de la dignidad de hijos de Dios. Amén.]

© Copyright 2010 – Libreria Editrice Vaticana

 

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