Estamos de enhorabuena en Montalegre

Santa Maria de Montalegre

El día 15 de junio, acercándose el fin de las actividades antes de las vacaciones de verano, se han celebrado una serie de aniversarios ciertamente entrañables. Por un lado el rector de la iglesia Mn. Francesc Perarnau, hacía pocos días que cumplía 25 años de su ordenación sacerdotal, y Mn. Juan Marcé y el fiel colaborador de la Acción Social Jordi Campañá cumplían este año 80 años de edad! Pero lo más importante es que ambos siguen en la brecha, tanto en la  iglesia como en la acción social. También, aunque no estaban presentes, celebrábamos los cumpleaños de las ordenaciones sacerdotales de Mn. Manuel, 25 años, y del Mn. Julián, 50 años.

Con estas referencias el rector iniciaba la Santa Misa: Todo hizo pensar que era bueno celebrarlo con una misa de acción de gracias con todas aquellas personas que habitualmente colaboran. Fue concelebrada con Mn. Marcé,  y entonó los cantos y condujo el órgano el buen amigo de la Casa, José Masabeu.

En la homilía, el rector dijo que era una tradición muy antigua celebrar las buenas cosechas, porque eso significaba no pasar hambre, y se hacía dando gracias a Dios. Aquí Montalegre hemos recogido la cosecha, cerramos el curso y nos reunimos para dar gracias por todo lo que hemos hecho y hemos recibido. A continuación fue repasando  las actividades que se desarrollan en la pastoral de la iglesia y en  la acción social, expresando la gratitud a  los colaboradores y colaboradoras, haciendo especial mención a los que por un motivo u otro no estaban presentes, colaboradores en tiempo y dedicación así como en donativos. Dio las gracias por el esfuerzo de todos ya que de todo ello se han beneficiado muchas personas, más allá de las que conocemos. Además, esta labor conlleva evangelización, y se hizo eco de las palabras de San Pablo: Ay! de mí si no anunciara el Evangelio … añadiendo que La Eucaristía, que quiere decir Acción de Gracias, es la oración cristiana por excelencia para dar gracias a Dios por todos los dones recibidos, y el mayor es la posibilidad de la vida eterna.

Acabada la misa fuimos invitados a un piscolabis de verano, en la sala polivalente, donde pudimos intercambiar las experiencias del curso, y sobre todo conocernos entre nosotros ya que la diversidad de horarios y actividades nunca hace posible un encuentro fraterno como éste.

Isabel Hernández Esteban

Shalom! Israel

Crónica de nuestra peregrinación a Tierra Santa, del 17 al 24 de mayo del año 2011

Terminal 1 BCN

 

Al año justo después de regresar de nuestra peregrinación a Fátima, nos volvimos a encontrar casi todo aquel grupo y unos cuantos peregrinos más en la Terminal 1 del aeropuerto de Barcelona. El entusiasmo de los 35 peregrinos era evidente, entre los cuales el Rector de la iglesia, que celebró cada día la Santa Misa en los santos lugares. Habíamos sorteado todos los obstáculos que a lo largo de  un año habíamos encontrado por el camino. Nuestra ilusión era pisar y ver todos aquellos lugares que tantas veces  habíamos leído y oído con fe. Íbamos a vivir el Evangelio experimentándolo cada uno de nosotros, en la individualidad de nuestra alma, pero juntos en pequeña comunidad cristiana, ese es el sentido de una peregrinación, y nosotros íbamos, por fin, de peregrinación a Tierra Santa, donde Jesús nació, vivió, trabajó, predicó, murió y resucitó para el perdón de los pecados, los nuestros y los de todo el mundo. Éramos los pioneros de Montalegre en ese destino. Las experiencias vividas en todos los lugares han sido impresionantes y muy particulares, pues cada alma es única, todo ello mezclado con las tres formas de vivir de las tres religiones que conviven en este país de Israel, la cristiana, la musulmana y la judía, en un estado de convivencia más real y natural de lo que vemos habitualmente en los medios de comunicación, que difunden muchas veces informaciones, deliberadamente tergiversadas.

De Tel-Aviv a Galilea

A  lo largo de los siete días de peregrinación hemos recorrido todos aquellos lugares que se visitan por primera vez, empezando por Nazareth y acabando en Jerusalem. El primer día fue dedicado al viaje. Desembarcamos en el aeropuerto de Ben Gurion, en Tel-Aviv y nos dirigimos hacia Tiberiades, una población turística, que también le da el nombre al Lago, aunque su nombre propio es Lago Kineret; también Lago Genetsaret, o Mar de Galilea, según si lo reconocemos con su nombre original antes de que naciera Jesucristo en Belén o con los nombres bíblicos y del Evangelio. Nos acompañó durante tres días un nublado rojo producido por el polvo del desierto del Sahara y el de Arabia Saudí, pues en aquel territorio confluyen diferentes vientos que incluso provocan olas en el Lago.

Mar de Galilea

El centro de cada jornada fue siempre la Santa Misa. Parecía que, en el segundo día de peregrinación, después de aquel revivir de nuestra alma en Nazareth en la misma gruta donde la Virgen Santísima fue visitada por el Ángel no iba ser posible sentir algo mejor. Allí celebramos la primera misa.  Pero  solo era el preámbulo  de un acercamiento cada vez mayor al corazón de la Virgen, a la Palabra de Dios y a la predicación de Nuestro Señor Jesucristo. Visitamos la ciudad, convertida hoy en una de las más populosas del país; por la tarde nos dirigimos al Monte Carmelo en lo alto de la ciudad de Haifa, una de las ciudades más extensas y con un tráfico tremendo, y que por otra parte la vimos con ojos de tristeza pues nos costó más de dos horas atravesarla, cosa que nos impidió hacer más cosas en esa jornada.

El tercer día de peregrinación fue una delicia, fuimos primero a Cafarnaun, estuvimos en la casa de Pedro, paseamos por la sinagoga, y rezamos un ratito en la iglesia de construcción moderna que allí se ha erigido. En la paz de la sinagoga de Cafarnaum, te parecía sentir la tertulia y la polémica de los hombres de entonces, que se sabían de memoria la Sagrada Escritura, y que por ello plateaban abiertamente sus dudas, y cómo Jesús aclaraba los textos, haciéndolos más entendibles. Seguimos hacia el Monte de las Bienaventuranzas con la Santa Misa, al aire libre teniendo al fondo el Lago, allí donde Jesucristo hizo tantos milagros,  lugar  que al verlo  se entiende que fuera a predicar Jesús en más de una ocasión. Seguidamente en el Mensa Christi disfrutamos del Lago con el agua hasta las rodillas recogiendo conchas y caracolillos como auténticos mariscadores;  y sin dilación seguimos la ruta hasta el paseo en barca, en medio de aquel mar tranquilo, sin ruidos de ninguna clase. Te llevaba la imaginación al surcar de aquellas mismas aguas junto a Jesús, pensando que  lo hiciera de la misma manera, pues aquel paisaje no ha variado en nada, solo el transcurso de los años. Vimos con nuestros  ojos la otra riba…. los montes del Golán

Mensa Chisti

Por la tarde los 11 matrimonios que participamos en la peregrinación tendríamos una celebración: renovamos nuestras promesas matrimoniales en Caná de Galilea, muy cerca de Natzareth. La celebración fue especial no solo por el lugar sino por la peculiaridad de que éramos muchos matrimonios celebrando lo mismo al mismo tiempo. No importaba el tiempo pasado ni las fechas, todos queríamos renovar nuestra fidelidad y nuestro amor a nuestro esposo o esposa, ante Dios. Fue un acto feliz pues experimentamos nervios, emociones muy diversas, también hubo lágrimas…  teniendo en cuenta que el matrimonio más joven solo había cumplido su 33 aniversario…. Acabada la celebración en la iglesia, erigida en el mismo lugar donde se celebraron las Bodas de Caná, degustamos unos dulces dulcísimos! de aquella región.

El cuarto día nos iba a crecer en emociones pues  se trataba de subir al mismo lugar donde Jesús mostró su divinidad en lo alto del monte Tabor, allí se puede contemplar todo el Valle de Armagedón, el valle que daba paso a todas las caravanas, un valle lleno de riqueza natural, donde se producen tres recolecciones anuales de frutas y hortalizas de todas clases, allí donde antes era un desierto, hoy se ha convertido en un vergel, y donde puedes comprender que Moisés al ver aquel lugar, dijera que aquella tierra era la tierra prometida por Dios a su pueblo. Continuamos hacia el sur, siguiendo el río Jordán, y nos paramos casi en el punto donde sale del Lago, una zona en la que tradicionalmente muchos peregrinos renuevan sus promesas bautismales por inmersión en sus aguas, aunque no se tratase del mismo sitio donde Jesús recibió el bautismo de Juan. A continuación nos dirigimos hasta el desierto de Qumram. Durante muchos kilómetros pudimos ver las miles y miles de palmeras replantadas que producen millones y millones de deliciosos dátiles, que desde tiempo inmemorial alimentaron a Israel, pues se trata de una fruta que tarda un año en descomponerse. El sol de justicia en el desierto era abrasador, a pesar de que estábamos en primavera. Por la tarde, el que quiso experimentó algo nuevo en el Mar Muerto, todo un balneario natural. Estabas en un lugar que no distinguías entender si era un trocito del Ganges, o realmente estabas en medio de un mar de lodo por el que patinabas con el riesgo evidente de caerte y probar sin duda aquellas aguas saturadas de sal. Se dice de ellas, ya desde tiempos muy antiguos, que son muy curativas, en especial de enfermedades de la piel. Después de flotar o hundirse, se trataba de frotarse y embadurnarse con aquel lodo y recuperar la belleza y la salud de años atrás… Luego a la vista de todos y uno de tras de otro íbamos pasando por las duchas al sol  para deshacernos de todo el fango y miserias.

Jerusalem y Betlem

Entrada a Jerusalem

Dejando atrás aquel mar que recibe el  nombre de muerto pues no vive ningún ser vegetal o animal  en él,  íbamos a tener una gran sorpresa: de repente  nuestros ojos contemplaron la entrada a Jerusalem. En un punto estratégico, la visión de la ciudad, que tantas ganas teníamos de pisar, estaba a nuestros pies. Allí brindamos con un poquito de vino israelí y comimos un trocito de pan ácimo. Vimos allí el atardecer del día 20 de mayo. Por sorpresa nos vino a saludar el sacerdote Mn. Santiago Quemada que vive en Jerusalem desde hace bastantes años, y al que le entrevistamos unas semanas antes de ir a aquel país *. Estuvimos todos los peregrinos con él, en animada tertulia después de cenar; nos explicó cómo se desarrolla la labor del Opus Dei en Israel y nos situó en la realidad de las relaciones con el pueblo Palestino.

El quinto día de peregrinación, lo empezamos temprano para alcanzar el Huerto de los Olivos, Getsemaní, el lugar de la Ascensión del Señor, el Dominus Flevit,  la Iglesia del Pater Noster, donde puedes leer en todos los idiomas del mundo la oración que nos enseñó Jesucristo cuando le pidieron sus discípulos “enséñanos a orar”. Todos estos lugares estaban muy concurridos de peregrinos y de turistas y de vendedores ambulantes, especialmente árabes musulmanes, que vendían todo tipo de objetos religiosos  con el método que conocemos del regateo, cosa que fuimos perfeccionando a lo largo de todo el viaje. Llevábamos consigo el pasaporte pues a continuación nos desplazamos a Belén, población que está en la zona Palestina de Israel. En la frontera cambiamos por unas horas de autocar, de chofer y de guía. La Santa Misa la oímos en la gruta, a pocos metros del mismo lugar donde nació Jesús; después allí hicimos más de una hora de cola pero valió la pena tocar y estar tan cerca del primer lugar en el que estuvo Jesús en la tierra; estuvimos también en la iglesia de Santa Catalina y en el Campo de los Pastores. Y de vuelta a Jerusalem pues el domingo 22 de mayo iba a marcar un antes y un después, en nuestra vida cristiana.

En el calvario

Camino del Calvario

Era ya el sexto día, estaba empezando a amanecer. Iniciamos el Via Crucis a les 5.30 h de la mañana, toda la subida al Calvario por aquellas callejuelas nos sobrecogía el corazón, cada peregrino leyó una a una las catorce estaciones del Via Crucis de San Josemaria, todas las tiendas estaban cerradas, apenas pasaba gente, algún vehículo, solo nosotros, nuestra fe, aquella comunidad cristiana iba rezando con devoción. Vimos el color rosado del cielo, cómo despuntaba el alba, en silencio, solo oíamos las voces de los lectores y rezadores, impresionante!. Llegamos al Calvario. El altar donde se celebró la misa también estaba a poquísimos metros del lugar que se venera como el punto donde estuvo clavada la cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Los peregrinos nos mantuvimos de pie o de rodillas sobre aquellas alfombras tan pisadas, muy cerca del sacerdote, pues era un lugar de paso y de veneración. No podremos olvidar nunca cómo allí notamos la remisión de nuestros pecados. 

Jornada cultural

Habíamos salido casi en ayunas, de manera que con aquella alegría pascual nos volvimos al hotel a desayunar pues la jornada no había hecho más que empezar. Estábamos en Israel por lo que también íbamos a conocer la cultura y la historia de este pueblo. Visitamos el Museo del Holocausto que el estado de Israel ha dedicado a cada una de las víctimas del holocausto nazi de la Segunda Guerra Mundial, un museo hecho con mucho cariño, respeto, esmero y cuidado que no deja a nadie indiferente. Paseamos por todo el Memorial, fuimos a ver la Maqueta de la Jerusalem Antigua y el Museo del Pergamino. Y después de descansar por la tarde, nos esperaba la salida nocturna. Durante tres horas vimos la Jerusalem de noche, con sus zonas comerciales, terrazas, tiendas, barrios cerrados y oscuros, y con separaciones naturales según la religión que se practique; vimos los museos referidos iluminados y lo más impresionante el Knesset Menorah de bronze (el Candelabro de los Siete Brazos). También bajamos al Muro de las lamentaciones, y rezamos en privado junto a judíos, que todos los días y horas del año, de día y de noche, en todo tiempo van a rezar allí.

El último día

Nos quedaba el último día para conocer más cosas de Jerusalem, y lo aprovechamos aunque sintiéramos cansancio físico o emocional. Quedaba poco y no era cuestión de medrarse. En primer lugar,  paseamos por la explanada del Templo y nos dimos cuenta que realmente era muy grande a la idea que teníamos del Evangelio, fuimos a la Piscina Probática. No podíamos entretenernos, teníamos que llegar a la hora prevista a la Santa Misa en Aïn Karem, donde nació Juan el Bautista. A la hora del almuerzo, la organización de la peregrinación y la agencia de viajes que habíamos contratado, tuvo varios detalles y recuerdos con los peregrinos. Todos estábamos muy felices y contentos. Quedaba despedirnos de la Virgen Santísima, con ella iniciamos la peregrinación y a ella nos íbamos a dirigir, pasamos antes por el entorno del Rey David y el Cenáculo, espacios sin culto pues no están bajo la custodia de los franciscanos. Nos despedimos de Nuestra Señora en la iglesia de la Adormición, allí dejamos todas las flores con las que las señoras habíamos sido obsequiadas en el almuerzo de despedida. Pero la despedida de la peregrinación la hizo el Rector de Montalegre, en el hotel, dando gracias a todos los peregrinos por su colaboración haciendo un pequeño repaso de los lugares y agradeciendo al equipo organizador todo el trabajo dedicado.

Shalom! Paz!

A las pocas horas de descanso, salimos en la madrugada del día 24 de mayo hacia el aeropuerto de Ben Gurión, llevábamos kilos de rosarios y objetos religiosos que bendijo el sacerdote para repartir entre nuestros familiares y amigos, y sobre todo una experiencia inolvidable. Todo ello no hubiera sido posible sin la colaboración de todos los peregrinos que en todo momento hicieron piña y confraternizaron. También aquí no podemos olvidar a nuestro guía Damián que nos obsequió con muchísimas explicaciones de todos los lugares por donde pasamos, tanto históricas como bíblicas, con una paciencia y cariño exquisitos, desde el primer día hasta pasar parte de los controles policiales de regreso a casa. Y al conductor Nuriel que llevó el autocar como una seda incluso en momentos de gran dificultad en el tráfico o por carreteras ciertamente difíciles. Y aunque fue por breve tiempo sin duda no podemos olvidar al guía de Belén, Jordis Y aunque no haya mencionado ni los restaurantes de los almuerzos, cada día en un sitio diferente, ni los dos hoteles, también es necesario decir que estuvimos muy cómodamente atendidos.

Los peregrinos no solo rezamos, no solo nos emocionamos y lloramos con unas lágrimas llenas de gozo y de alegría sana y cristiana, no solo nos sentimos atrapados dentro del Evangelio como un personaje más, sino que nos sentimos como nunca hijos de Dios, redimidos por la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, al paso del vía crucis,  al besar el sepulcro, al vivir con intensidad las santas misas, con el rezo del santo rosario en los trayectos o en cualquier lugar… Notamos y palpamos todo el Evangelio, sin lugar a dudas.

*https://www.montalegre.org/es/2011/04/nos-vamos-a-tierra-santa/

Isabel Hernández Esteban

«El continente asiático constituye un gran desafío para la evangelización»

«Aperite plene portas Christo!»
El lema episcopal de Mons. José Luis Mumbiela son las palabras del beato Juan Pablo II que ponían de manifiesto su gran deseo al inicio de su pontificado y que fueron repetidas, y asumidas, por Benedicto XVI al final de su homilía también en el inicio de su servicio en la cátedra de Pedro: «Aperite plene portas Christo!» (iAbrid de par en par las puertas a Cristo!).

                                       Mons. José Luis Mumbiela, nuevo obispo de Almaty, en Kazajistán

 
El pasado 8 de mayo, justo una semana después de la subida a los altares de Juan Pablo II, era consagrado como obispo de Almaty, en Kazajistán, el joven sacerdote de Monzón José Luis Mumbiela, hasta ahora rector del Seminario Interdiocesano de Karaganda. Del nuevo Papa beato ha elegido Mons. Mumbiela su lema episcopal: «iAbrid de par en par las puertas a Cristo!» Éste será su gran desafío como pastor en medio de las estepas kazajas, una tierra a la que llegó hace 13 años y que poco a poco se ha ido convirtiendo en la «niña de sus ojos».
Con sólo 41 años, ¿cómo ha vivido su nombramiento como obispo de Almaty, una de las ciudades más importantes de Kazajistán? ¿Qué se le pasa a uno por la cabeza y por el corazón en esos momentos?
He de reconocer que los rumores que corrían antes del nombramiento no me entusiasmaban lo más mínimo, pero cuando la Iglesia te pide un servicio no se lo puedes negar, aunque al inicio te cueste mucho asimilarlo. Con el tiempo, uno se acostumbra a hacer lo que no le apetece cuando Dios se lo pide; y además, descubres, pasado un tiempo, que Él tenía razón. Curiosamente siempre es así: el camino para tu felicidad pasa por el cumplimiento de su voluntad.
¿Con qué expectativas afronta el desafío pastoral que el Papa ahora le propone?
Con la convicción de que sólo con la ayuda de Dios se podrá sacar adelante la misión encomendada. Junto a eso, da alegría saber que Él suele poner al lado los colaboradores necesarios (sacerdotes, religiosas y laicos) para que la obra sea totalmente de Él y como Él quiere. Lo nuestro es procurar «estorbar» lo menos posible.
¿Qué se siente llamado a aportar como pastor diocesano?
Es difícil adivinarlo al inicio del camino, aunque bien me gustaría resumirlo, como deseo, en las palabras de la famosa oración «haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz», poniendo perdón, reconciliación, vida, esperanza, optimismo, fe…, en definitiva «Amor donde no hay amor».
Muchos se preguntarán: ¿qué hace un sacerdote de Monzón en las estepas kazajas? ¿Podría describirnos brevemente su particular «historia de amor» con un pueblo tan distinto al suyo de origen y en el que lleva ya más de 13 años?
Aunque nunca tuve entre mis proyectos y deseos el irme a misiones, sí que tenía claro que el ministerio sacerdotal de un cura diocesano no se agota en los límites geográficos de la propia diócesis, sino que has de tener el corazón y la disponibilidad tan amplios como los horizontes de las necesidades de la Iglesia. Por eso la «historia de amor» arranca de los inicios de mi propia vocación, amándolos antes de conocerlos, deseando servirles antes de saber que un día estaría junto a ellos. Y una vez aquí fue hermoso descubrir las grandes cualidades humanas de estas gentes, su profundo sentido de respeto hacia lo sagrado. No dudo de que el hecho de haber vivido en un seminario internacional durante mi preparación al sacerdocio haya sido un buen «campo de entrenamiento» para estar acostumbrado a convivir con personas muy distintas a mi cultura y lengua. Por otro lado, esta capacidad de convivencia con gente diversa creo que está insertada, o al menos lo debería, en el alma de todo sacerdote, de todo pastor.
¿Qué nos puede decir de la Iglesia y del pueblo que ahora le toca guiar como pastor? ¿Se sienten bien integrados y reconocidos en el contexto de pluralismo religioso que se vive en el país?
Los católicos gozan en la actualidad de una libertad de culto con la que sólo se podía soñar décadas atrás. A nivel oficial la Iglesia católica es considerada una de las religiones «tradicionales» del país, junto con el islam y la iglesia ortodoxa rusa. Este hecho, teniendo en cuenta el pequeño número de creyentes católicos en comparación con el resto, no deja de ser un detalle de gran distinción.
La Iglesia católica afronta en estos tiempos un período de transformación. La imagen (incluso manifestada en las facciones de los rostros según las nacionalidades) de la Iglesia en épocas soviéticas y en los años noventa, está adquiriendo una mayor variedad. La mentalidad de la gente también cambia, así como la situación sociopolítica. Respecto a esto último, de cara al futuro siempre se generan interrogantes, debido a la constante corriente de emigración y a la incógnita acerca de la estabilidad de un sistema que de momento da buenos resultados, pero no sabes cuánto puede durar.
Usted será obispo de Almaty…
La diócesis de Almaty, al sur del país, es la zona donde los kazajos (mayoría de la población) suelen guardar con más afán sus tradiciones, entre ellas la religión islámica. Con todo, se nota la distinta mentalidad de la gente de Almaty (capital económica del país con dos millones de habitantes) del resto de las poblaciones. En Almaty se advierte un carácter más abierto, cosmopolita.
Como pastor de una Iglesia en minoría, ¿cuáles serán sus prioridades al frente de la diócesis de Almaty?
Ante todo, cuidar con más esmero del «pequeño rebaño» a mí encomendado. En primer lugar, del clero y las religiosas. La sal, aunque sea pequeña en comparación con el resto de la comida, ha de tener ese sabor especial que la convierte en imprescindible. La sociedad de Kazajistán necesita que esta pequeña «minoría» dé todo el sabor que es capaz de dar. La belleza de nuestra fe atrae por el testimonio gozoso de quienes la compartimos, y los no católicos están, consciente o inconscientemente, esperando la manifestación de una vida según el mensaje de Jesús de Nazaret, una vida que les haga salir de las cadenas que tan frecuentemente les atan a un callejón sin salida en el egoísmo, la venganza, la corrupción, la desesperanza, etc.
Y, evidentemente, la «niña de mis ojos» será la pastoral vocacional. Después de cinco años trabajando en el único seminario para el Asia Central, uno adquiere con más nitidez si cabe la urgente e imperiosa necesidad de que la Iglesia católica en Kazajistán tenga, como pastores, sacerdotes nacidos en estas mismas estepas. Lo mismo cabría decir respecto a las religiosas y otros modos de entrega a Dios en la vida laical.
La imagen de la estepa kazaja, tan inhóspita como gélida, ¿se corresponde con la realidad eclesial de un país fuertemente marcado por su herencia comunista?
Personalmente, contemplando la inmensidad de la estepa en los múltiples viajes que me toca hacer, lo que me impresiona es la serenidad que aporta al espíritu. Sus amplios horizontes invitan a expandir el alma, y la cercanía de la bóveda celeste, que parece que te envuelve, no deja de ser un recuerdo de lo cerca que el «cielo» está de la tierra. No obstante, el comunismo ha dejado ciertamente un sello profundo en el espíritu de estas gentes. En algunas cosas para bien… y en otras no tanto. De todos modos, la rápida evolución política, social y cultural que está viviendo este país desde la disolución de la Unión Soviética lo lleva a un «no se sabe dónde» por lo impredecible del futuro del país.
¿Cómo se vive la fe en Kazajistán?
La fe en Kazajistán… me imagino que se vive como en otros lugares: entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios. Es una Iglesia en minoría y joven, que tiene que abrirse paso, y crecer, sin esos grandes apoyos «humanos» que son las tradiciones sociales, culturales o incluso familiares en las que la fe cristiana, o más estrictamente católica, se recibe, comparte y transmite de un modo casi connatural. Tal vez por eso Dios nos da una alegría y ayuda especial para disfrutar de nuestra fe; une fe, por otro lado, que, al carecer de esos recursos «sociales», se hace más sencilla, teniendo tal vez la oportunidad de acceder de un modo más directo a lo esencial, al encuentro personal con Él, sin quedarse en lo meramente tradicional, cultural o social, aunque evidentemente estos elementos también constituyen parte importante e irrenunciable de nuestra vivencia de la fe.
¿Cree usted que Asia constituye hoy un continente de gran esperanza para la Iglesia universal?
No sé si sería mejor decir que es precisamente la Iglesia quien se presenta como la garante de la auténtica esperanza para Asia. El continente asiático constituye hasta el momento un gran desafío para la evangelización; una evangelización que comportará, para estos pueblos que están viviendo un período de gran desarrollo (pensemos también en China, la India,…), la oportunidad de encontrarse con unos valores alternativos que les hagan descubrir la riqueza no sólo basada en el petróleo o el comercio, sino en el pleno desarrollo de cada persona humana a la luz del Evangelio. De momento, Asia está necesitada en gran parte por la ayuda de misioneros.
En un contexto como el suyo, con tanta presencia musulmana, así como ortodoxa, ¿cómo se plantean el reto de la evangelización?
Nosotros no jugamos «contra» nadie. Debemos procurar ante todo esforzarnos por adquirir en plenitud el gran tesoro escondido que tenemos en casa, es decir, desarrollar todos los «talentos» de nuestra fe. Lo demás, como dijo Jesús, vendrá por añadidura. La acción evangelizadora ha de ser la consecuencia de una sobreabundancia de esfuerzo personal, con la ayuda de la gracia de Dios, por vivir en plenitud nuestra vocación cristiana. Después, como gustaba repetir Juan Pablo II, la verdad se impone por sí misma.
Marchó en 1998 a Kazajistán por un período inicial de 3 años, pero parece que la cosa se va a alargar bastante más… ¿Qué le ha aportado esta tierra y esta experiencia a su propia vida de fe?
El sentido de mi vida es la vocación sacerdotal a la que Dios me llamó como sacerdote diocesano y en la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz; y el Señor ha querido que el sentido de mi vocación lo encuentre en estas tierras, entre estas gentes. Fácil es comprender, por tanto, que lo que me está aportando el vivir y servir en Kazajistán es precisamente el sentido de mi vida. ¿Verdad que no es poco? ¿Verdad que es para estar agradecido tanto a Dios como a este país?
 
Samuel Gutiérrez – Catalunya Cristiana 15-05-2011

El Prelado del Opus Dei escribe sobre Juan Pablo II

Ante el evento de la próxima beatificación de SS Juan Pablo II, el próximo domingo 1 de mayo en Roma, el prelado del lOpus Dei, Javier Echevarria, hace unas reflexiones sobre su pontificado evangelizador, en un artículo que fue publicado el 24 de abril de este año en el diario ABC.

“ El caminar terreno de Juan Pablo II ha sido una copia ejemplar de ese Señor que acoge en su Corazón a todos los hombres y mujeres, derrochando amor y misericordia con cada uno, con un acento especial para los enfermos y desvalidos»

Desde hace años se escuchan testimonios de jóvenes y menos jóvenes, que se han sentido atraídos por Cristo gracias a las palabras, al ejemplo y a la cercanía de Juan Pablo II. Con la ayuda de Dios, unos han emprendido un camino de búsqueda de la santidad sin cambiar de estado, en la vida matrimonial o en el celibato; otros, en el sacerdocio o en la vida religiosa. Se cuentan por muchos millares, y a veces se les denomina “la generación de Juan Pablo II”.

      ¿Cuál fue el secreto de la eficacia evangelizadora de este extraordinario Pontífice? Es evidente que Karol Wojtyla fue un incansable defensor de la dignidad humana, un pastor solícito, un comunicador creíble de la verdad y un padre, tanto para creyentes como para no creyentes; pero el Papa que nos ha guiado en el paso del segundo al tercer milenio ha sido, ante todo, un hombre enamorado de Jesucristo e identificado con Él.

      «Para saber quién es Juan Pablo II hay que verlo rezar, sobre todo en la intimidad de su oratorio privado», escribió uno de los biógrafos de este santo Pontífice. Y así es, en efecto. Una de las últimas fotografías de su caminar terreno lo retrata en su capilla privada mientras sigue, a través de una pantalla de televisión, el rezo del Vía Crucis que tenía lugar en el Coliseo. Aquel Viernes Santo de 2005, Juan Pablo II no pudo presidir el acto con su presencia física, como en los años anteriores: ya no era capaz ni de hablar ni de caminar. Pero en esa imagen se aprecia la intensidad del momento que estaba viviendo. Aferrado a un gran crucifijo de madera, el Papa abraza a Jesús en la Cruz, aproxima a su corazón al Crucificado y lo besa. La imagen de Juan Pablo II, anciano y enfermo, unido a la Cruz, es un discurso tan elocuente como el de sus palabras vigorosas o el de sus extenuantes viajes.

      El nuevo beato ha llevado a cabo con generosidad heroica el mandato de Cristo a sus discípulos: «Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16, 15). Con su afán de llegar hasta el último rincón de África, de América, de Asia, de Europa y de Oceanía, Juan Pablo II no pensaba en sí mismo: le empujaba el deseo de gastar su vida en servicio de los demás, el ansia de mostrar la dignidad del ser humano —creado a imagen y semejanza de Dios y redimido por Cristo— y de transmitir el mensaje del Evangelio.

      En una ocasión, a última hora de la tarde, acompañé a monseñor Álvaro del Portillo —entonces prelado del Opus Dei— al apartamento pontificio. Mientras esperábamos la llegada del Papa, oímos unos pasos cansados, como de alguien que arrastra los pies, que se acercaban por un pasillo: era Juan Pablo II, muy fatigado. Monseñor del Portillo exclamó: «Santo Padre, ¡qué cansado está!». El Papa lo miró y, con voz amable, explicó: «Si a estas horas yo no estuviera cansado, sería señal de que no habría cumplido mi deber».

      El celo por las almas le movía a desplazarse hasta el último rincón de la tierra para llevar el mensaje de Cristo. ¿Hay alguien en el mundo que haya estrechado más manos en su vida, o haya cruzado su mirada con la de tantas personas? Ese esfuerzo, también humano, era otro modo de abrazarse y unirse al Crucificado.

      La universalidad del corazón de Juan Pablo II no sólo le conducía a una actividad que podríamos llamar exterior: también en su interior latía operativamente este espíritu, con el que hacía propias las ansias de todo el mundo. A diario, desde su capilla privada en el Vaticano, recorría el orbe. Por eso fue natural la respuesta que dio a un periodista, que quería saber cómo rezaba: la oración del Papa —respondió— es un «peregrinar por el mundo entero rezando con el pensamiento y con el corazón». En su oración —explicaba— emerge «la geografía de las comunidades, de las Iglesias, de las sociedades y también de los problemas que angustian al mundo contemporáneo»; y, de este modo, el Papa «expone ante Dios todas las alegrías y las esperanzas y, al mismo tiempo, las tristezas y preocupaciones que la Iglesia comparte con la humanidad contemporánea».

      Ese corazón universal y ese empuje misionero le llevaron a dialogar con personas de toda clase. Así se hizo patente durante el Jubileo del año 2000: quiso encontrarse con niños, jóvenes, adultos y ancianos; con deportistas, artistas, gobernantes, políticos, policías y militares; con trabajadores del campo, universitarios, presos y enfermos; con familias, personas del mundo del espectáculo, emigrantes e itinerantes…

      La misma biografía de Karol Wojtyla puede “leerse” como un continuo llevar el Evangelio a los más variados sectores de la sociedad humana: a las familias, a la escuela y a la fábrica, al teatro y a la literatura, a las ciudades de rascacielos y a las barriadas de chabolas. Su propia historia le condujo a percibir con claridad que es posible hacer presente a Cristo en todas las circunstancias, también en los momentos trágicos de la guerra mundial y de las dominaciones totalitarias que imperaron en su tierra natal. En los escenarios más diversos de la modernidad, Juan Pablo II fue portador de la luz de Jesucristo a la humanidad entera. Con su existencia nos enseña a descubrir a Dios en las circunstancias en que nos toca vivir.

      En uno de sus escritos, San Josemaría Escrivá de Balaguer contempla a Jesús en la Cruz como Sacerdote Eterno, que«abre sus brazos a la humanidad entera». Pienso que el caminar terreno de Juan Pablo II ha sido una copia ejemplar de ese Señor que acoge en su Corazón a todos los hombres y mujeres, derrochando amor y misericordia con cada uno, con un acento especial para los enfermos y desvalidos.

      La vida del cristiano no es otra cosa que tratar de configurarse con Cristo; y Juan Pablo II lo ha cumplido de modo sobresaliente: por su heroica correspondencia a la gracia, por su alegría de hijo de Dios, personas de toda raza y condición han visto brillar en él el rostro del Resucitado.

      La fotografía a la que me refería al inicio de estas reflexiones me parece una síntesis gráfica de la vida de Juan Pablo II: un Pontífice fatigado por el prolongado tiempo de servicio a las almas, que orienta la mirada del mundo hacia Jesús en la Cruz, para facilitar que cada uno y cada una encuentre allí respuestas a sus interrogantes más profundos. La vida del nuevo beato es, pues, un ejemplo de transparencia cristiana: hacer visible, a través de la propia vida, el rostro y los sentimientos misericordiosos de Jesús. Pienso que ésa es la razón y el secreto de su eficacia evangelizadora. Y estoy convencido —así se lo pido a Dios— de que su elevación a los altares provocará en el mundo y en la Iglesia una oleada de fe y de amor, de deseos de servicio a los demás, de agradecimiento a Nuestro Señor.

      El 1 de mayo de 2011, en la Plaza de San Pedro, bajo la mirada cariñosa de la Madre de la Iglesia, podremos unirnos a Benedicto XVI y decir una vez más: «Queremos expresar nuestra profunda gratitud al Señor por el don de Juan Pablo II y queremos también dar gracias a este Papa por todo lo que hizo y sufrió» (Audiencia general, 18 de mayo de 2005). A quienes le conocimos en vida, nos corresponde ahora el gustoso deber de darlo a conocer a las generaciones futuras.”

 Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei

 Servicios Informativos Montalegre

Danos Señor sacerdotes santos

Santo Cura de Ars

En este Jueves Santo se celebró la misa In Coena Domini con toda la solemnidad de la fiesta. La concelebraron cinco presbíteros de Montalegre, presidida por el Rector, Mn. Francesc Perarnau, y como maestro de ceremonias, Mn Joan Juventeny. Toda la iglesia estaba llena, incluso una parte de las gradas. Colaboraron también fieles habituales en las lecturas, en la procesión hasta el Monumento, y al órgano. 

En la homilía el rector distinguió las tres cosas importantes del día: el Mandamiento de la Caridad, las instituciones de la Eucaristía y la del sacerdocio. En esta ocasión explicó ampliamente cómo aquellos apóstoles fueron capacitados por Jesucristo para impartir todos los medios de santidad. Se entiende que al pensarlo, después del transcurso de más de dos mil años, resulte impresionante, pues todos los días de todos los años y siglos desde entonces se ha ido repitiendo en todo el mundo el sacrificio de la misa. 

Siguió diciendo que el sacerdocio es un don y los sacerdotes son un instrumento de Dios, pues el pueblo ha ser cuidado, guiado y protegido. Para que sea posible el sacerdote también ha de ocuparse de ser santo, si es así, los frutos de su santidad serán enormes: un hombre santo tiene un gran influjo en la Iglesia, como el Santo Cura de Ars. Pero la santidad de los sacerdotes no solo depende de ellos, depende del pueblo cristiano, es decir, depende de la oración de todos. Y como Santa Teresa, podemos decir “Danos Señor sacerdotes santos”. 

Isabel Hernández Esteban

Nos vamos a Tierra Santa!

Mn. Quemada i SS Benet XVI

En la cuarta semana de Pascua, un numeroso grupo de peregrinos de Montalegre inicia su primera peregrinación a Tierra Santa. Si Dios quiere, volaremos en Israel el próximo 17 de mayo y volveremos el día 24. Por este motivo hemos querido hablar ampliamente con el Mn. Santiago Quemada* que vive en Jerusalén desde el año 2006, y gracias a su amabilidad y la red telemática hemos podido tener una conversación muy interesante a medianos de este mes de abril, la publicamos literalmente: 

Mn. Santiago Quemada, nos place entrevistarle pues nos sentimos entusiasmados con nuestra peregrinación a Tierra Santa. La mayoría de nosotros vamos por primera vez y usted que hace tantos años que vive en la misma capital de la cristiandad queremos que nos transporte con sus palabras a la Tierra de Jesucristo. 

Tenemos un plan de viaje básico empezando por Galilea y acabando en Jerusalén, ¿Qué no debemos dejar de visitar?

Los lugares santos fundamentales se encuentran en Galilea y Jerusalén. Se entiende que al estar en Galilea visitaréis la Basílica de la Anunciación en Nazaret, y el monte Tabor, que se encuentra cerca de esta población. Los lugares más importantes para visitar alrededor del lago de Tiberiades son: el monte de las bienaventuranzas, Tabga o multiplicación de los panes y de los peces, el lugar del primado de Pedro y Cafarnaum. En Jerusalén diría que de los muchos sitios que se pueden visitar los imprescindibles son: la Basílica del Santo Sepulcro, la via dolorosa y el lugar de la flagelación, Getsemaní y el Cenáculo.

 ¿De qué nos vamos a sorprender?

Eso depende de cada uno. Creo que impresionan mucho los lugares que permanecen como los vio el Señor cuando pasó por esta tierra: me refiero sobre todo al mar de Galilea, la vista desde el lugar de las bienaventuranzas, el monte Tabor. En Jerusalén sobre todo el huerto de los olivos y el valle del Cedrón. 

¿Qué nos puede decepcionar?

Quizá de la falta de cuidado material de algunos lugares santos. Y también al comprobar en ocasiones el poco recogimiento –ruido, voces- en personas que los visitan. Hay peregrinos, pero también mucho turista de distintos países que no sabe bien donde está. 

¿Qué veremos en nuestro corazón, qué sentiremos?

Lo importante es no quedarse en lo externo sino interiorizar. Por eso ayuda tanto leer el Evangelio en los lugares Santos para poder imaginarse lo que allí sucedió y contemplar la escena y a Jesucristo en ese momento concreto. Si cada uno busca con sinceridad en su corazón podrá ver la voluntad de Dios. 

Cómo hemos de ir predispuestos?

Lo importante es ir a esos sitios con la disposición de hacer oración, y de ir a tener un encuentro personal con el Señor. Por eso siempre recomiendo una buena confesión antes de salir. Así el alma está bien limpia y preparada para vivir esos momentos con el Señor en su tierra.

¿Es tan emocionante como dicen casi todos los católicos cuando regresan?

Hay que tener en cuenta que hay mucha gracia de Dios en estos sitios. Son los lugares donde ha vivido el Señor y donde ha dado su vida por nosotros. Lugares especialmente emocionantes son el Calvario, Getsemaní y la Tumba del Señor. A veces al visitar tantos sitios impresionantes y con cierta prisa, no da tiempo a asimilar bien todo. Esa labor se va haciendo posteriormente poco a poco, al volver a casa.  Desde el momento en que se ha visitado Tierra Santa ya no se lee el Evangelio de la misma manera. Cuando lo lees te sitúas mucho más, lo ves con otros ojos, con una claridad y nitidez nuevas. 

¿Cómo se vive el respeto interreligioso?

Depende de las religiones. Entre los cristianos hay respeto mutuo. Con judíos y musulmanes a veces hay falta de entendimiento Creo que a todos les debe llamar positivamente la atención cómo tratan de bien los franciscanos a todos los que se acercan a los lugares Santos custodiados por ellos. 

Mn. Quemada y detrás el Monte Tabor

 Hemos leído que hay iglesias relativamente recientes, del siglo pasado, ¿qué ocurrió en el siglo XX para que se produjera la reconstrucción de templos católicos?
Hubo un empeño, sobre todo por parte de los franciscanos, para reconstruir y mejorar los lugares Santos. Consiguieron personas y países que ayudaron económicamente, y el resultado fueron iglesias preciosas, como la Basílica de la Anunciación o la de Getsemaní. También descubrieron lugares importantes que estaban ocultos como es el caso de Cafarnaum. 

 

El tema de la seguridad, en relación a los muchos conflictos que en el mundo árabe se han producido en los últimos meses, ha producido impacto, incluso miedo, ¿los peregrinos podemos sentirnos tranquilos?

Efectivamente hay preocupación por parte de los peregrinos antes de venir. Es lógico por las noticias que llegan. Pero al estar aquí se puede comprobar que no hay motivos para alarmarse, pues la seguridad en Tierra Santa es grande.

 Hay muchas ciudades en el mundo como Nueva York o Londres donde las cámaras de seguridad son familiares y muchos hombres armados hasta los dientes protegen muchos lugares, ¿qué veremos en ese sentido en Tierra Santa?

En Tierra Santa se ven muchos militares, normalmente gente joven. Están haciendo el ejército que dura 3 años –las mujeres 2 años-, y se trasladan de un lado para otro con su arma. También se ve mucha policía patrullando. En ese sentido, yo diría que eso favorece a la seguridad. 

En el Calvario

Hemos leído en su blog * que el Opus Dei también está en Jerusalén ¿cómo ha entendido un israelí que la santidad es un camino que se puede realizar en la vida ordinaria?

La verdad es que a los israelíes cuando les explicamos la espiritualidad del Opus Dei les parece muy interesante. Tienen tradición de trabajar mucho y bien. Y el espíritu del Opus Dei es santificarse realizando el trabajo de la mejor forma posible, y ofrecido a Dios. Eso les atrae, les parece sugestivo. Aunque sobre todo me estoy refiriendo a los judíos ortodoxos, o a los que no creen. Con los ultra ortodoxos de aquí no hay mucho diálogo. A los que no creen les llama la atención que personas laicas, como ellos, puedan hablar con Dios y ofrecerle las cosas más normales. Esas personas a menudo piensan que o se es ultra ortodoxo, y por tanto se viven todos los preceptos de la Torá, o no se es creyente. 

La película “Encontrarás Dragones” de Rolan Joffé que relata episodios de la vida San Josemaria Escrivá, en España ya es hoy la segunda película española más vista desde el día de su estreno el pasado 25 de marzo, y próximamente se estrena en Estados Unidos  ¿ha sido ya estrenada en Jerusalén? ¿le ha llegado algún eco al respecto?

Todavía no se ha estrenado en Jerusalén. Estamos ilusionados con el hecho de que se pueda llegar a estrenar aquí, para que muchos judíos y árabes conozcan a san Josemaría y oigan hablar del Opus Dei. Pienso que depende mucho del éxito que llegue a tener en Estados Unidos. Además, en la película sale una escena de san Josemaría con un judío que ayudaría y gustaría a muchos hebreos.

 Por último, me da la sensación que con ir una vez, la sed de ir a Tierra Santa no se sacia, ¿es cierto esto?

Todos los que vienen desean volver. Sobre todo al venir la primera vez te sueles quedar con la sensación de que te hubiera gustado estar y rezar en los lugares Santos con más calma. De hecho hay mucha gente que vuelve, una vez ha visto todo en su primer viaje, con la idea de estar en menos sitios pero más tiempo. 

* http://unsacerdoteentierrasanta.blogspot.com/

 Isabel Hernández Esteban

La Verdad es Cristo

D. Alvaro y el Cardenal J. Ratzinger

En el diecisiete aniversario del traspaso de D. Álvaro del Portillo, el primer sucesor de San Josemaria como el prelado del Opus Dei, se  celebró en la iglesia la misa por el sufragio de  su alma. Fue concelebrada, presidida por el vicario de la delegación a Cataluña del Opus Dei, Dr. Antoni Pujals, como va siendo habitual en los últimos años. Al inicio de la celebración recordó que a pesar del tiempo que ha pasado, desde aquel 23 de marzo de 1994, sigue estando presente entre nosotros con su ayuda constante.

La misa correspondía al segundo miércoles de cuaresma, y en la homilía nos situó en el camino de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo… “se burlaban de él”. Y la Pasión se sigue repitiendo en muchos lugares donde vivimos viendo como la doctrina cristiana se pretende apartar de la sociedad, de las familias, en el momento de la muerte sin administrar el sacramento de la unción, aquí també podemos ver a Jesús crucificado,  se vive como si  Dios no existiese. 

También nos invitó a rezar la estampa del siervo de Dios, D. Álvaro, haciendo relieve en lo que en ella se dice, que fue un Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia. Ya en el 1985 en una carta secundó al que era entonces SS, Juan Pablo II, diciendo “Es el momento de servir a la Iglesia como  precio del rescate de  nuestros pecados”.    

Vicario de la Delegación del Opus Dei de Cataluña

El Dr. Pujals nos dijo, por último, que hemos de utilizar todos los talentos que Dios nos ha dado y ponerlos en práctica por la nueva evangelización, hemos de ser contemplativos en medio del mundo y dar a conocer a Jesús, hemos de anunciarlo, y que todo el mundo oiga  sienta su eco, hemos de transformar el mundo con la Veridad de Cristo. 

Apunte biográfico * 

Monseñor Álvaro del Portillo nació en Madrid (España) el 11 de marzo de 1914, fue el tercero de ocho hermanos, en una familia de honda raigambre cristiana. Era Doctor Ingeniero de Caminos y Doctor en Filosofía y en Derecho Canónico. Fue fiel colaborador de san Josemaría fue, además, su primer sucesor al frente del Opus Dei. Sacerdote ejemplar, sirvió a la Iglesia en todo momento. Colaboró en los trabajos del Concilio Vaticano II. Recibió la ordenación episcopal en 1991 de manos de Juan Pablo II.  

* http://www.opusdei.cat/

Isabel Hernández Esteban

Restaurando y armonizando los colores

Els primers dies de la rehabilitació

El 23 de febrero se  inició la tercera fase de la rehabilitación de las pinturas de la iglesia, a cargo del maestro pintor de Terrassa Sr. Antonio Luque Castro, fiel colaborador, el cual realizó los primeros trabajos en el mes de marzo de 2009 con la rehabilitación de las cenefas de la nave central. Este año y siguiendo la planificación inicial, se ha tratado de ir substituyendo el verde agua de las paredes del fondo del templo, por la entrada del Pati Manning  y el de la capilla de los confesionarios, donde está ubicada la imagen de San Josemaria del escultor japonés, Sr.Etsuro Soto. 

El Sr. Luque es un profesional de la pintura ya jubilado pero la su vena artística es imparable, y más ahora que tiene más tiempo. Conoce palmo a palmo las montañas más altas de Catalunya, y es  especialmente un enamorado de la comarca de la Garrotxa, y gracias a sus capacidades excursionistas, encaramarse a los andamios, o doblarse bajo los techos más bajos no le provoca ningún problema. 

–         ¿Cual ha sido en esta ocasión el criterio para decidir por donde continuar la rehabilitación?

–         A.L.: Ha estado la claridad, ganar luz, para realzar estos cuadros y el santo Cristo, de esta manera se ven con más detalle, y también el artesonado, en el que he hecho un pequeño arreglo  pero no es apreciable.

–  ¿Por qué escogisteis el color crema?

El color crema fa destacar els quadros

–  A.L. Hemos hecho varias pruebas de colores, siempre hago mezclas hasta crear aquel tono que mejor combine con los colores que hay en la iglesia y que son los originales, siempre con la idea de ir suprimiendo el color verde. Fíjate en los colores crema y rojo inglés del cimborio como se adecuan más al crema que acabamos de poner. 

Cuando hicimos la entrevista, el andamio ya estaba situado en la capella de los confesionarios, la imagen estaba totalmente cubierta por un plástico para no dañarla. Me sorprendió el color escogido para aquella zona, el salmón. El andamio parecía desordenado, lleno de escaleras que para un profano no tenía ninguna explicación sino solo una especie de andamio complicado para poder trabajar. 

– A.L. No es ninguna complicación, me he de encaramar de manera que sobrepase todo el entorno de la imagen sin  tocar la hornacina que la rodea y por lo tanto he de colocar un tablón y hacer contrapeso con las escaleras cruzadas para evitar la caída. 

El Sr. Luque en l'entrevista

En cualquier caso, en esta escalada el Sr. Luque tiene a los Ángeles custodios haciendo horas extras…. pensé.  Subido arriba del todo, le izan como si fuere agua de un pozo, en una lata vacía de pintura, todos los instrumentos de trabajo: la pintura, los pinceles, y otras cosas útiles como las gafas, la luz, la madera de medir para tirar la ralla, entre otras. 

–   ¿Y el salmón, qué?

–   A.L. Es un color que no desdice del color dorado de la hornacina, al principio puede parecer un color sorprendente pero cuando esté todo acabado observarás una mejora notable del conjunto.

–    ¿Habrá más rehabilitaciones?

–   A.L. es muy probable que sí, además es necesario hacerlas, hay paredes donde se aprecia el paso del tiempo, y la lluvia… no obstante para ello hace falta un mecenas  pues la obra será de gran magnitud. 

Hablamos también de la capilla de la Milagrosa. Allí el Sr. Luque, en el otoño del año pasado y en un solo día! restauró todos los soportes de los capiteles. Los 12 capiteles originariamente eran dorados pero en el año 1986 los  repintaron de gris, igual que los arcos, oscureciendo así  su presencia. Ahora, la pintura acrílica con oro, haciendo relieves de metal, le da una apariencia como si fueran de hierro dorado; también aprovechó la ocasión para hacer unos pequeños arreglos en el mármol rosa de les paredes. 

Capitell de la Miraculosa

Dejé al maestro pintor ejerciendo, encaramado arriba del todo, casi tocando el cielo, pintando con la mano derecha y con la mano izquierda, con un pulso firme.  Entonces me vino a la memoria que aquel día 23 en el que se instaló el andamio  La Teresa miraba como yo hacia el techo y me comentaba “está igual, las vigas están bien, no hay ninguna rota…”. Se refería al artesonado situado al final del templo. Ella  entró en la Casa de La Caridad en el año 1942 cuando tenía 9 años y  salió los 21, para ir a servir, como muchas jóvenes de aquella época. Y tiene la costumbre de venir a Montalegre el día 23 de cada mes para rezar por el alma de una persona que le fue muy benefactora. Ella, como muchos fieles de la iglesia, tiene una parte de su  vida ligada a esta Casa; y La Teresa cuando vuelva a venir la verá mejorada, más bonita, a fuerza de la dedicación y amor de muchas personas que trabajan sin que se note. 

Isabel Hernández Esteban

Los peregrinajes son como oasis para los cristianos

Peregrins en Lourdes, febrer 2009

En el año 2008 iniciamos un recorrido de peregrinaciones a los lugares donde la Virgen Santísima se la siente vivamente, donde su presencia es tangible. Así y en estos días se cumplen ya dos años de  nuestra primera peregrinación al santuario de la Virgen de Lourdes (Francia), fuimos un grupo numeroso de entusiastas, en autocar y durante tres días. Allí en pleno invierno sentimos el abrigo de la Nuestra Madre del cielo. Posteriormente, en el mes de mayo del 2009, pasamos un día de excursión en el santuario de la Nuestra Señora de Montserrat y sus alrededores; y más recientemente en el mes mayo del 2010, siguiendo los pasos del Santo Padre, Benedicto XVI, fuimos a Fátima (Portugal). Aquellos santuarios han sido y son islas u oasis para los cristianos, como así lo dice el Santo Padre en la entrevista de Peter Seewald:

“Realmente necesitamos en cierta manera islas donde vivan e irradien la fe en Dios y la sencillez interior del cristianismo; oasis, arcas de Noé en las que el hombre pueda refugiarse siempre de nuevo. Los espacios de la liturgia son espacios de refugio. Pero también lo son las diferentes comunidades y los diferentes movimientos, las parroquias, las celebraciones de los sacramentos, las practicas de piedad, los peregrinajes, etcétera.” (La luz de mundo. Editorial Herder, último párrafo del capítulo 17).

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La Candelaria, en el punto medio entre el invierno y la primavera

 

Presentación del Niño Jesús en el Templo

El 2 de febrero, a cuarenta días de la Navidad, se celebra la Presentación del Niño Jesús en el templo y la Purificación de la Virgen María, y de esta manera cumplir con la prescripción de la ley de la Antigua Alianza, recogida en el texto bíblico del Levítico. El nombre de Candelaria proviene de otro más antiguo ya que a esta fiesta la llamaban la fiesta de la luz, refiriéndose a que Cristo es la Luz del mundo; todo ello se representa actualmente con unas velas que se encienden en muchas de las celebraciones litúrgicas de aquel día. 

En el mundo cristiano esta fiesta se ha ido arraigando e integrándose en las culturas y tradiciones de  países, regiones y pueblos, con sus  características propias. Sus orígenes más conocidos provienen de las Islas Canarias des del año 1497, pasando al otro lado del Atlántico a México, Perú, Chile, Cuba, San Salvador, etc.; en otros lugares de España ha arraigado especialmente en diversas poblaciones andaluzas donde encienden grandes hogueras. 

En el actual 2011, se celebran las fiestas Decenales en Valls 

En Catalunya, en Valls, capital de la  comarca de Alt Camp, se celebra esta fiesta ya que la Virgen de la Candelaria es su protectora desde el siglo XIV, cuando el crecimiento de la población se interrumpió de golpe a causa de una epidemia de peste. Esta epidemia se  repitió de forma muy virulenta  entre los años 1333 y 1348. Esta devoción de raíz cristiana se incrementó con la fundación de les Fiestas Decenales, debido al legado del beneficiario de la comunidad de los presbíteros de la   parroquia de San Joan, Josep Perellada Salabert, que se hizo efectivo a su muerte en el año 1788. Su albacea  Pau Baldrich i Martí  fue quien materializó su última voluntad.

Así, el día 28 de enero de  1791, pocos días antes de la fiesta de la Virgen, en casa del notario vallense Ignasi Casas, se reunieron una representación de la comunidad de presbíteros, presidida por el Dr. Jaume Cessat, el Dr. Pau Baldrich y los regidores del ayuntamiento de Valls. Se firmó  el documento que estipulaba que cada diez años se haría una solemne procesión votiva en honor de la Virgen de la Candelaria. La imagen  tendría que ser porteada por cuatro presbíteros de la ciudad, tendrían que asistir todos los sacerdotes de la localidad y el ayuntamiento procuraría que participasen todas las cofradías vallenses. Desde entonces, de diez en diez años, la ciudad de Valls ha reafirmado su voto comunitario. Durante las Fiestas Decenales la ciudad se viste de gala y numerosos actos culturales y lúdicos acompañan a los más estrictamente religiosos.

Patrimonio nacional

Las Festes Decennals de la Mare de Déu de la Candela de Valls el 5 de junio de 1991 fueron declaradas Fiesta Tradicional de Interés Nacional  y el 4 de diciembre de  2010 fueron declaradas   Fiesta Patromonial de Interés Nacional,  por parte del Gobierno de la  Generalitat de Catalunya. 

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