La Palabra se hizo carne

Iniciamos el año litúrgico con el tiempo de Adviento, en el que los cristianos nos preparamos para el nuevo advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo al final de los tiempos y para celebrar su nacimiento, al llegar la plenitud de los tiempos, en Belén.

El amor de Dios a los hombres es tan grande que se hace uno de nosotros: el Verbo de Dios, la Palabra, se encarna en el seno virginal de María. Dios, que nunca ha abandonado a sus criaturas, viene a nuestro encuentro. Él, que ha hecho todo mediante su Palabra, envía a su Hijo al mundo para que nosotros podamos encontrarlo, escucharlo y volver a Él una vez hayamos aceptado su Palabra, sus designios amorosos para con nosotros.

La Encarnación y el Nacimiento del Verbo suponen un antes y un después para toda la humanidad. Que la celebración de la Navidad, precedida del Adviento, suponga un nuevo impulso a nuestra vida cristiana. Dispongámonos a escuchar y meditar de nuevo los acontecimientos que serán proclamados desde el ambón: el anuncio del Ángel a María, las deliberaciones de san José, el gozo de Isabel, el nacimiento en un portal de Belén, el anuncio a los pastores, el canto de los Ángeles, la adoración de lo Magos e, incluso, la ingratitud del género humano. Estemos dispuestos a escuchar y recibir en nuestro corazón la buena nueva de Navidad, la alegría de la venida del Hijo de Dios, que nos trae sus Palabras de vida y salvación.

Alimentemos, en estos días, nuestra vida espiritual con los textos sagrados que la liturgia nos presenta y fomentemos la ilusión de la venida de Cristo a la tierra. Vivamos esta espera alegre cuidando de manera especial la Eucaristía dominical. Las velas de la corona de adviento que encenderemos cada domingo iluminarán nuestro interior para dar cabida y cobijo a la Palabra, al Niño-Dios que nacerá en Belén. ¡Feliz Navidad!

Mn. Xavier Argelich

En apoyo de los pobres

El santo padre Francisco en un mensaje del 13 de junio de 2017 inauguró la I Jornada Mundial de los Pobres, la cual se celebraría este año el 19 de noviembre de 2017, en el domingo de la XXXIII semana del tiempo ordinario. Siguiendo este mandato en esa fecha se celebró la citada Jornada en Montalegre. Como se sabe, la Acció Social Montalegre atiende a más de 300 familias del barrio del Raval, en sintonía con los Servicios Sociales del ayuntamiento de la Ciudad. Es por ello que los voluntarios y empleados de la Acció Social de Montalegre invitaron expresamente a las personas pobres que reciben ayuda de le entidad.

El Papa Francisco pretende con esta fiesta que nuestra consciencia se despierte y nos convenzamos que compartir nuestra vida con los pobres nos permite entender en su verdad más profunda el Evangelio. De esta manera, dice el Papa, no solo amamos la Palabra sino que también la vivimos con acciones, y de verdad. La Eucaristía es un encuentro con Jesucristo, el auténtico modelo de amor y de entrega, y la fuerza para vivir en la caridad cristiana con los pobres y necesitados.

En el templo 

La iglesia se llenó de fieles, no solamente de los que acuden habitualmente a la misa solemne de los domingos, sino también de las personas que fueron invitadas, así como de un gran grupo de peruanos que celebraban una de las fiestas en honor a la Virgen de la Puerta. En las plegarias se hizo especial hincapié en las necesidades materiales y espirituales de las personas sin recursos, que viven solas, que han tenido que emigrar, que carecen de agua potable o de alimento, enfermos, que viven en la calle, etc.

Al acabar, los pobres que habían acudido, fueron invitados a la sala de actos a tomar unos dulces, que corrieron a cargo de una panadería-pastelería del barrio, acompañados de zumos y refrescos. Todos los participantes, incluidos los voluntarios se sintieron muy agradecidos.

Isabel Hernández Esteban

Para ser santo primero hay desanimarse

El 17 de noviembre de 2017, a las 7 de la tarde, se celebró la Eucaristía en sufragio del alma de José María, sacerdote, presidida por el postulador de la Causa de los santos, D. José Carlos Martín de la Hoz y concelebrada con el rector de Montalegre Mn. Xavier Argelich y Mn. Ferrán Blasi.

En la homilía, el postulador con energía y simpatía hizo referencia a las virtudes del Siervo de Dios, José María, sacerdote, del que destacó su sentido común y su buen humor pues recordó aquello que dijo: “Ni con 450 años de vida llegaremos a ser santos”. D. José Carlos Martín refirió que “Primero de todo, si queremos ser santos, hemos de desanimarnos, después hemos de sentir que no son nuestras las fuerzas que tenemos, y que por ello hemos de aprender a ser santos…  Dejar que la navegación de nuestra vida la conduzcan el Espíritu Santo, la primacía de la gracia, la obediencia y nuestra colaboración… Solo se puede llegar a ser santo con los medios sobrenaturales pues solos ¡no vamos ni a la esquina!… Hemos de ceder al realismo sobrenatural como lo hacía José María, sacerdote… Con qué fuerza tomaba el copón para la bendición del Santísimo, la consagración y al repartir la comunión… Sin el abrazo con Jesús la santidad es imposible. Y como decía el Siervo de Dios José María, sacerdote, si queremos frutos apostólicos, vocaciones “Hemos de decir a Jesús que no nos trate como santos sino como débiles”. Por último, añadió que “Los santos son eternamente agradecidos por lo que hemos de escribir los favores que recibimos para poder que sea declarado Venerable”.   D. José Carlos Martin de la Hoz, una vez acabada la celebración se dirigió con los celebrantes y los fieles a la Capilla del Santísimo donde reposan los restos de D. José María, sacerdote, desde el 11 de noviembre de 2011 y rezó un responso, aspergiendo agua bendita al sepulcro.

Ya en la sacristía, firmó una petición en el Cuaderno de Intenciones a José María Hernández Garnica que se inició en el mes de junio de 2016.

Otros datos de la celebración

La fecha escogida para la celebración eucarística del 17 de noviembre de 2017 es debido a que coincide con el aniversario del nacimiento del Siervo de Dios. La sobriedad del mes de noviembre, mes en el que la Iglesia lo dedica a los difuntos, solamente se rompió con un pequeño centro de flores que se colocó en un lado del sepulcro de José María Hernández Garnica. La nave central del templo de Montalegre se llenó de fieles. Mn. Joan Juventeny, dirigió la ceremonia y los cantos, acompañado al órgano por el Sr. Pep Masabeu, el organista de la Casa. Colaboradores habituales leyeron las lecturas y las plegarias. Y todos -sin duda- le pedimos a D. José María aquellas peticiones más personales.

Isabel Hernández Esteban

De nuevo en Fátima, una experiencia gozosa

La peregrinación a Fátima en el año 2017, año en el que se cumple el Centenario de las Apariciones, y que ha organizado la Iglesia de Santa María de Montalegre, ha sido muy gozosa. Era la tercera vez que Montalegre iba a Fátima. Los 36 peregrinos formamos un grupo cohesionado y rezamos mucho. Hubo tiempo y momentos francamente divertidos, celebramos el amor y la unión matrimonial y retrasamos o adelantamos el reloj tres veces, pero todo discurrió on time. El librito que la Sra. María Montserrat había elaborado para los peregrinos, con la historia de las Apariciones, la oración de la Consagración individual a la Virgen de Fátima, y otras oraciones resultó muy útil y lo guardaremos como recuerdo de la peregrinación.

 

El Vía Crucis, el Mensaje de la Virgen y el Rosario de las Velas

Emprendimos viaje en avión desde Barcelona con dirección a Portugal, a primerísima hora de la mañana del día 27 de octubre de 2017. Aterrizamos en Lisboa. En el aeropuerto nos esperaba el autocarista, Sr. Lionel. Alguien tuvo que retroceder: ¡se había quedado una mochila dentro del avión! No obstante, mientras nos acomodamos en el autocar el problema se resolvió. En el trayecto hacia Fátima, Lionel nos refirió las zonas que habían sido devastadas por los recientes incendios padecidos en el país luso, y los más de 100 muertos, víctimas del fuego. Ya en Fátima, el autocar nos dejó al inicio de la Vía Sacra, el llamado Vía Crucis de los húngaros. A aquella hora de la mañana, aproximadamente las diez y media, el sol ya amenazaba calor. Todos juntos iniciamos el rezo del Vía Crucis, dirigido por Mn. Xavier. En la quinceava estación, la de la Resurrección, al pie del monumento al calvario, nos hicimos la mejor foto de grupo. Seguimos el camino por el entorno de las apariciones del Ángel de la Paz, el lugar dónde iban los tres pastorcitos, dos de ellos canonizados, Francisco y Jacinta, el pasado 13 de mayo de 2017, a pastorear las ovejas. Después del largo paseo a pleno sol, junto a otros grupos de peregrinos de diversos países, llegamos a Ajustrel, el lugar donde vivían los pastorcitos. Allí disfrutamos de agua fresca y de los productos textiles propios de la zona. De nuevo, en el autocar, en breve llegamos al hotel donde teníamos la reserva, al pie de una de las entradas laterales del Santuario.

Por la tarde, la organización tenía prevista una agenda de actividades muy apretada. Mn. Xavier se puso a confesar en la capilla de la Reconciliación, en uno de los 50 confesionarios donde los sacerdotes atienden a los fieles en muchos idiomas. Se trataba de ganar la indulgencia plenaria, si se cumplían las condiciones adecuadas. Y recibir la absolución después de una confesión contrita, era una de las condiciones dispuestas. Tuvimos tiempo para visitar la Basílica de la Santísima Trinidad, las capillas de la Muerte de Jesús y la del Santísimo Sacramento. Con tiempo, llegamos a la Capelinha de la Virgen de Fátima. Muy recogidos, rezamos. A las 19.15 horas, se inició la santa misa. Mn. Xavier participó en la concelebración, junto a 14 sacerdotes más, presidida por el obispo de Castellón-Segorbe. El obispo dio la bienvenida a todos los peregrinos, venidos de muchas partes del mundo con gozo, alegría y esperanza. Nos habló de la unidad y la paz de la Iglesia, de la sociedad y de nuestro país. Nos recordó el mensaje de Fátima, un mensaje que nos llama a la conversión constante, a la oración y a la penitencia: El Señor resucitado nos cambia el corazón y nos da fuerza para emprender nuestra misión y ser discípulos suyos, siguiendo los pasos de María.

Después de la cena en el hotel, volvimos al Santuario a participar en el Rosario de la procesión de la imagen de la Virgen de Fátima que se inició a las 21.30 horas. Se le llama El Rosario de las Velas porque miles de fieles acompañan a la imagen de la Virgen por toda la explanada con velas encendidas. Si el santo rosario es una oración universal que la Virgen Santísima agradece muchísimo, es de un gran gozo añadido para nuestra alma participar en un rosario como el de Fátima, es realmente conmovedor.

El amor matrimonial, la indulgencia y la historia de Fátima

Un buen desayuno nos preparó para seguir aprovechando la estancia en Fátima. La primera actividad del segundo día, el 28 de octubre de 2017, fue acudir juntos a la Capilla del Ángel de la Paz, la cual había sido reservada con anterioridad para el grupo de Montalegre. Se asignaron los encargos: la Sra. María Montserrat leyó las lecturas, el Sr. Armando entonó los cantos y el joven Elías ayudó a misa.

En la misa se incluyó la renovación de los votos matrimoniales, con el motivo de que el Matrimonio de los Sres. Pampliega acababa de cumplir 50 años. A dicha renovación nos sumamos los otros 6 matrimonios del grupo, dándonos el sacerdote la bendición especial para seguir en el crecimiento del amor matrimonial. En la homilía, en ocasión de la celebración de los apóstoles San Simón y San Judas, Mn. Xavier nos dijo que el Señor nos ha escogido para que seamos apóstoles y nos enseña los caminos, “El Señor se sirve de hombres y mujeres para que llegue a todos la Palabra de DiosLa Virgen Santísima escogió aquí a tres niños que tuvieron que enfrentarse y sufrir a muchos problemas y a la prisión… Ellos fueron propagadores de la fe, substituyeron el juego por las oraciones… Jesús estaba contento con sus sacrificios.” Refiriéndose a la vocación matrimonial, el rector de Montalegre nos recordó a los esposos y a esposas que a nosotros Dios nos había llamado al amor matrimonial.

Acabada la santa misa, y antes de marcharnos de la capilla, rezamos la profesión de fe, El Credo, otra de las oraciones que forman parte del pack para obtener la indulgencia plenaria del Año del Centenario de las Apariciones de Fátima.

Seguimos con el plan de la mañana. Desde la Oficina del Peregrino nos condujeron a una sala de proyecciones y vimos un video-reportaje sobre los eventos de Fátima, un documento que refiere la historia de las apariciones y la construcción del santuario, muy distante de lo que es actualmente.

A continuación, a las 12 horas teníamos la reserva del grupo para el Museo de la Luz. Primero vimos otro video-reportaje, un poco más actual que el anterior. Una religiosa filipina nos hizo de guía hablando en español a lo largo del museo, aportando muchos detalles interesantes más allá de lo que veíamos de una pasada. Después del almuerzo bufet, todo el grupo participó de una amena tertulia con burbujitas de champán portugués, promovida por el Matrimonio protagonista del día. De aquella amenidad surgió el destino de una de las próximas excursiones que promoverá Montalegre.

Por la tarde, Mn. Xavier estuvo confesando. El grupo tuvo tiempo libre para confesarse, visitar la Basílica del Santo Rosario, rezar ante los sepulcros de San Francisco, Santa Jacinta y Sor Lucía, y pasear por las calles adyacentes al santuario llenas de tiendas de souvenirs y terrazas.

Igualmente, en aquella noche estrellada participamos del Rosario de la Velas. ¡¡Nos volvimos a emocionar!!

La Misa Internacional

El tercer día de la peregrinación era domingo, el 29 de octubre de 2017, un día soleado y caluroso. La mañana iba a transcurrir un poco al aire de cada uno. Hubo quien, bien temprano, antes del desayuno ya estaba en Capelinha de la Virgen rezando. La mayoría de peregrinos participamos en la Misa Internacional presidida por el Obispo de Fátima, 3 obispos más y 50 sacerdotes de las peregrinaciones venidas de diversos lugares del mundo, Ecuador, Filipinas y de muchos países de Europa. No obstante, las familias portuguesas eran las más numerosas. El hotel nos había suministrado unas sillas plegables para poder sentarse durante la celebración, un gran detalle digno de agradecer.

Las particularidades de esta celebración son muy variadas. Se inicia con la procesión de los estandartes de los grupos de peregrinos, siguen los celebrantes y, por último, la Virgen de Fátima en volandas. En esta ocasión los porteadores eran bomberos portugueses vestidos de gala. Las lecturas se leyeron en diferentes idiomas, una de ellas fue en español. La homilía del obispo de Fátima, dicha en portugués, se centró en el Evangelio (que había sido leído en inglés): “Amémonos unos a otros, pero primero a Dios, con Él y para Él… Jesús cumplió el primero y todos los mandamientos, pues amó primero al Padre… Nuestra vida ha de estar trazada con Dios… La Virgen es nuestro modelo…. A veces nos distanciamos de Dios porque nos ocupamos mucho de las cosas…. Amemos como Dios nos ama…. Jesús nos da una fuerza inaudita para resistir un gran número de pruebas que comportan muchos sacrificios… Pidamos a Nuestra Señora de Fátima la gracia de amar a Jesús y al prójimo como a nosotros mismos”. A la hora de distribuir la sagrada comunión, además de los sacerdotes, se incorporaron laicos y religiosos autorizados, pues ¡éramos miles! en aquella explanada. Al acabar la celebración, la procesión se volvió a repetir, y lo más bonito fue cómo todos los asistentes despedíamos a la Virgen con un pañuelo blanco dándole el adiós, bajo cantos en portugués.

También se celebraron misas en las dos basílicas del santuario, a las cuales acudieron también muchas personas, como el Sr. Carlos que prefirió estar a resguardo de aquel sol sofocante, asistiendo a la misa de la Basílica de la Santísima Trinidad.

Una sobremesa de cine

Devolvimos las sillas a la recepción del hotel, y como las maletas ya estaban a punto, disfrutamos del último almuerzo bufet. El Sr. Javier, de la agencia de viajes a la cual Montalegre le había encargado la organización del viaje, nos preparó una sorpresa muy agradable para la sobremesa. Reservó el salón de proyecciones y compró la película americana de 1952, El Milagro de Fátima. Se trataba de una película que se había remasterizado, coloreado, con nuevas voces, y siendo antigua les daba más autenticidad a los acontecimientos. Entre tanto, algunos peregrinos del grupo se fueron a la Capelinha de la Virgen a echarle el último beso: Adiós Señora del Cielo, nos llevamos tu mensaje en el corazón, rezaremos el rosario cada día pidiendo por la conversión de los pecadores, por la paz y la unidad de todos los pueblos.

Lisboa, anochecida

Y se dio la hora de la marcha. Todo el equipaje se colocó en el autocar. Salimos de Fátima con muchas ganas de volver para estar con la Virgen, porque, allí, Ella se quedó para siempre. En los primeros minutos del viaje, Mn. Xavier bendijo todos los objetos religiosos que no habían sido bendecidos. También nos impuso la bendición del viaje. En el trayecto hacia el aeropuerto fuimos contemplando nuestro entorno hacia Lisboa amenizado con varios voluntarios que hicieron de guías. Hablaron Javier, Armando, Lionel y Mn. Xavier. La verdad sea dicha: nos reímos  mucho. Y como llegamos con tiempo a Lisboa, Lionel nos paseó por el centro de la ciudad. Lisboa es un ejemplo de ciudad de baja contaminación lumínica.

A la hora prevista llegamos al aeropuerto de Lisboa. Facturamos muy pocas maletas. Nos paramos a comprar en la zona libre de impuestos…. Mi marido y yo también compramos Vino de Oporto, dulces portugueses, paté de sardinas, etc. También cenamos. Al poco de llegar a la puerta de embarque, nos hicieron subir al avión con mucha rapidez. Antes de la hora de salida estaba todo el pasaje en su sitio. Y salimos volando, y volando tan rápido que llegamos a Barcelona media hora antes de lo previsto. Los peregrinos nos besamos, nos abrazamos, nos dijimos adiós a lo largo de todo el pasillo hacia la salida del aeropuerto de El Prat. Se había acabado la peregrinación.

Ya en el taxi, hacia casa, la Tour-líder respiró hondo: Todo ha ido muy bien ¡Gracias a Dios!

Isabel Hernández Esteban

 

La Palabra nos santifica

Este mes recordamos a todos aquellos que han alcanzado la Bienaventuranza, y pedimos por los que todavía se purifican antes de llegar a la gloria definitiva.

Son aquellos que han escuchado la Palabra de Dios y la han puesto en práctica (cfr. Lc. 11,28). Nos han dado ejemplo de fidelidad a la Palabra de Dios y, a la vez, de conversión y luchas, de triunfos y derrotas, pero que han sabido levantarse y mantener la esperanza y el deseo de alcanzar la meta, el premio definitivo.

Escuchar la Palabra y vivirla nos santifica. Cristo nos enseña y muestra el camino de la santidad. Fomentemos y renovemos nuestros deseos de santidad, sin miedo a ser santos de verdad.

La Iglesia proclama la llamada universal a la santidad tal como Jesucristo nos la ha anunciado. Todos, con la gracia de Dios, podemos llegar a ser santos, es más, estamos llamados a ser santos con los medios que Él nos da y que encontramos en la Iglesia, y eso, por los méritos de nuestro Señor Jesucristo.

Hagamos nuestra la Palabra de Dios, que ella oriente nuestra vida, que sea el referente para nuestras decisiones, que sea la fuente de nuestra oración y que impregne todas nuestras relaciones personales, laborables y sociales.

Y no dejemos de rezar y ofrecer sufragios por todos los difuntos.

Mn. Xavier Argelich

El anuncio de la Palabra

Dios no se impone. Y es el único que podría hacerlo sin faltar a la justicia y a la libertad. Pero no lo hace. Ha escogido darse a conocer  a través del Verbo encarnado y anunciar y revelar la venida del Reino de Dios, de la salvación, para que cada uno libremente la acepte en su corazón.

Nuestro Señor Jesucristo, antes de volver al Padre, se dirige a aquellos que le han seguido y son testigos de su resurrección y les deja sus últimas palabras: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”. Y así lo hicieron, y así debemos continuar haciéndolo todos los que creemos en Él.

La Palabra de Dios se nos ha dado para vivirla y transmitirla. Cuanto más la vivamos, más y mejor lograremos hacerla llegar a los demás hombres y mujeres.

La Iglesia y los cristianos no han dejado de hacerlo desde ese día de la Ascensión del Señor a los cielos. Ilusionémonos con el anuncio de la Palabra! Seamos verdaderos apóstoles, anunciadores del don de Dios, que sale al encuentro de todos y de cada uno de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Anunciar la Palabra de Dios es muy gratificante, ya que nos acerca más a Él y nos lleva a dar a los demás lo mejor que tenemos: Dios mismo. Anunciamos la felicidad, la alegría del Evangelio, la paz, la justicia, la verdad, la caridad, la fraternidad, etc. En definitiva, anunciamos el Amor de Dios a los hombres. Nada llena más que éste amor. Si acogemos el Amor de Dios habremos dado sentido a nuestra vida. Si, además, lo propagamos devolveremos a muchos el sentido de sus vidas. Sintamos con San Pablo ese Amor de Cristo que nos apremia y nos lleva a anunciar el Evangelio.

Mn. Xavier Argelich

Concierto de ópera por la paz

En la víspera de la festividad de Nuestra Señora de la Merced, el día 23 de setiembre de 2017, se celebró en la Iglesia de Santa María de Montalegre un concierto para rezar por las víctimas de los atentados sufridos en Barcelona los días 17 y 18 de agosto de 2017, a cargo del tenor señor Dresden Ramos y la pianista señora Marina Gómez Nagales.

El rector de Montalegre abrió el acto y nos invitó a rezar por las víctimas y por la paz dirigiéndonos a la Princesa de Barcelona, Nuestra Señora de la Merced, especialmente en los cantos dirigidos a la Virgen Santísima.

El anuncio del concierto generó mucho interés, sobre todo en el barrio del Raval, y aconteció que participó mucho público en el evento. El concierto complació más de lo esperado, tratándose de unos artistas jóvenes pero muy cultivados. Dresden Ramos cantó a pulmón abierto, sin micro, a pesar de que la sonoridad del templo no es la de una sala de conciertos. Y la pianista, con un piano pequeño y eléctrico. Con estas dificultades, propias de los comienzos, no impidieron a los artistas ofrecer a los asistentes un buen concierto, pues lo hicieron muy bien.

 

Programa

En la primera parte se interpretaron seis versiones distintas del Ave María: de Giulio Caccini (1970); de Johann Sebastian Bach y Charles Gounod; “Ellens Gesang III”, D 839, Op. 52, No.6, de Frannz Schubert (1825); Intermezzo de la ópera Cavalleria Rusticana, de Pietro Mascagni (1890); y de Francisco Santiago (1919).

En la segunda parte del programa, los artistas ofrecieron piezas de óperas: Ombra mai fu de la ópera Serse de Händel, (1738); Caro mio ben de Giordani (1783); O del mio amato ben de Donaudy (1918); Nacht und träume, D.827 de Schubert (1825); Zueignung de Richard Strauss (1885); y La Danza de Rossini (1835).

 

Apuntes profesionales

Dresden Ramos

Terminó su Master en Canto Clásico con el tenor Eduard Giménez y también el Master en Ópera en el Conservatorio Superior de Música del Liceu. Participó en Masterclasses de algunos famosos cantantes de ópera como Teresa Berganza, Raina Kabaivanska, Francisco Araiza y Javier Camarena. Su actuación de ópera reciente fue en Weimar, Alemania con “La flauta mágica” de Mozart y también actuó en algunos conciertos en algunas ciudades de dicho país con el Lyric Opera Studio Weimar. También, tuvo una gala de ópera en Copenhague, Dinamarca con el pianista Vagn Sorensen. Igualmente ha ofrecido conciertos en Barcelona, y en Montalegre en las pasadas fiestas de Navidad.

Marina Gómez Nagales

Tras graduarse en el Conservatorio Superior de Música del Liceu en Barcelona con el pianista Tensy Krismant, Marina está acabando sus estudios de Master en el conservatorio Trinity Laban en Londres, donde estudia bajo la tutela de la pianista Elena Riu. Recientemente ha recibido masterclass del famoso pianista Pascal Rogé y ha tocado en diferentes recitales como acompañante o solista tanto en Barcelona como en Londres. También en Montalegre junto a Dresden Ramos.

El broche de oro

Después de ofrecer el programa referido y recibir profusos aplausos, Dresden y Marina acabaron el concierto con una canción catalana de amor, Rossó. Escogieron el mejor final.

Isabel Hernández Esteban

Nota de la Conferencia Episcopal Tarraconense

En estos días, pedimos a todos los católicos que recen, que pidan la bendición de Dios sobre Cataluña, que vive un momento delicado de su historia.

Pedimos también a Dios por todas las personas que tienen la responsabilidad en el gobierno de las diferentes administraciones públicas, de la gestión del bien común y de la convivencia social.

La Iglesia quiere ser fermento de justicia, fraternidad y comunión, y se ofrece para ayudar en este servicio en bien de nuestro pueblo.

Animamos a todos, especialmente a los laicos cristianos, a ser responsables y comprometidos en la vida pública, para avanzar en el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto a los derechos y las instituciones y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de libertad y de paz.

Que la sensatez y el deseo de ser justos y fraternos nos guíe a todos.

 

Barcelona, 20 de septiembre de 2017

 

Fuente: Gabinet d’Informació de l’Església a Catalunya

Utilizamos cookies anónimas de terceros para analizar el tráfico web que recibimos y conocer los servicios que más os interesan. Puede cambiar las preferencias y obtener más información sobre las cookies que utilizamos en nuestra Política de cookies

Configuración de Cookies

En la parte inferior verá el tipo de cookies que utilizamos y podrá seleccionar cuales permite. Una vez seleccionadas pulse "Guardar configuración" para actualizar sus preferencias

FuncionalesNuestra web puede contener cookies funcionales que son necesarias para el correcto funcionamiento de la web.

AnalíticasUtilizamos cookies analíticas para ofrecer más contenido de su interés.

Redes SocialesPara integrar datos de nuestras redes sociales, estas redes pueden instalar cookies de terceros.

OtrasOtras cookies de webs de terceras empresas como Google Maps.