La Familia, un gran bien

¿La familia está en crisis? Una visión general y algo superficial nos llevaría a contestar afirmativamente a esta pregunta, y seguramente así lo hemos hecho en más de una ocasión. Hay muchas familias realmente en crisis, pero en propiedad, la familia no está en crisis, todo lo contrario, la familia es y será siempre un gran bien. Es más, la familia es la solución a esa supuesta crisis, y por eso los cristianos debemos mostrar la fuerza, la belleza y el bien de la institución familiar.

La familia es un don precioso de Dios. En ella nacemos, crecemos, aprendemos y nos sentimos protegidos, a pesar de los pesares. Debemos valorar mucho nuestra propia familia, sea como sea, porque es la nuestra. En la medida en que la aceptemos y la amemos como es, nos será más fácil apreciarla, estar agradecidos y ayudar a mejorarla.

Todos necesitamos una familia y sentirnos parte de la misma. Cuando es así, es muy fácil reconocer el gran bien que es cada familia. Y cuando no es así, nos falta algo muy importante y básico para nuestro desarrollo integral. Es entonces, cuando debemos darnos cuenta de que la Iglesia es una gran familia capaz de acogernos a todos, sea cual sea nuestra situación personal, porque Dios es Familia y ha querido que el hombre y la mujer vivan en familia y lo mismo su Iglesia.

Preguntémonos cada uno qué puedo hacer para ensalzar el valor de mi familia, cómo puedo contribuir a que realmente refleje más la imagen de la Santísima Trinidad, siguiendo el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret. Vale la pena el esfuerzo y el empeño por revalorizar el papel que juega la familia en nuestras vidas y en la sociedad entera. Cuando la familia va bien nos sentimos bien y afrontamos las dificultades con mayor optimismo y esperanza, Empecemos por rezar más por los miembros de nuestra familia y por la Iglesia entera.

Mn. Xavier Argelich

Camino de la Pasqua

Empezamos el tiempo litúrgico Ordinario con una llamada del Señor y una respuesta contundente: Habla Señor que tu siervo te escucha. Esa es la actitud de humildad que Dios espera de nosotros, buscar la llamada de Dios y discernir lo que Él nos pide. Pero siempre en sosiego pues la llamada es de paz, no es de pánico. En cambio, nos exige responsabilidad y correspondencia.

Sabiendo lo que nos pide el Señor, seguiremos avanzando, sea como fuere a cómo nos vayan las cosas. Y, sobre todo, dando muchas gracias a Dios por todo, por lo que nos gusta y por lo que no, glorificando con nuestro cuerpo con una vida de moral cristiana.

En breve hemos celebrado el Sexto Domingo del Tiempo Ordinario. En el Evangelio del día, nos pide el Señor que nos acerquemos a Él con actitud de fe y de confianza, como la de aquel leproso que le dijo a Jesús: Si quieres puedes limpiarme. Lo tocó y quedó limpio. Y lo que nos puede pedir el Señor en esta Cuaresma es que deseemos limpieza y purificación de nuestros pecados.

Para la limpieza de nuestra alma hemos de conocer realmente la significación de pecado. El catecismo de la Iglesia Católica nos dice que el pecado es una ofensa a Dios. ¿Cuántas veces lo hemos ofendido? La Iglesia nos va ayudar en esa limpieza. Con actitud penitente y de humildad, y sobre todo con confianza en el Señor, podemos acudir a un sacerdote católico para confesarnos, él nos aclarará nuestras dudas, o si eso o lo otro es o no pecado.

En estas semanas de Cuaresma que nos preparan para la Pascua de Resurrección del Señor, el centro vital de la doctrina cristiana, también sería interesante leer el mensaje cuaresmal para el año 2018 del Papa Francisco.

Puedes hacer clic a continuación papa-francesco_20171101_messaggio-quaresima2018

 

Comunicación Montalegre

Año nuevo: Familia y llamada

Al iniciar un nuevo año formulamos nuestros buenos propósitos de mejorar en todos, o al menos en buena parte, de los distintos aspectos que conforman nuestra vida. Y es bueno que lo hagamos así, ya que supone un buen estímulo para seguir progresando como personas. Significa, también, que afrontamos nuestra existencia con ilusión y esperanza, avanzando hacia una meta concreta y definitiva, que nos interpela constantemente y nos muestra el camino a seguir, porque Él, Cristo, también lo ha recorrido, tal como hemos vuelto a revivir en estos días navideños.

Este año me propongo dedicar estas editoriales a reflexionar sobre dos aspectos de gran relevancia para la vida de la Iglesia y de la sociedad: la Familia y la llamada de Dios al servicio de su Iglesia y de todos. Son dos aspectos en los que el magisterio del Papa Francisco ha profundizado de manera especial y preferente. Y continuará haciéndolo, ya que sin la familia y sin vocaciones la transmisión de la fe no es posible. Para llevar el mensaje de Jesucristo al mundo entero se requiere que la institución familiar sea fuerte y que de ella surjan abundantes apóstoles, dispuestos a anunciar la Buena Nueva inaugurada con el nacimiento del Hijo de Dios.

Nos facilitará esta tarea la relectura de la Exhortación Apostólica “Amoris Laetiae”, la Alegría del Amor, así como los documentos preparatorios del próximo Sínodo de Obispos sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Empecemos el año con el propósito de rezar más por la familia y por los jóvenes. Tanto el relato del Génesis de la creación del hombre y la mujer, como el relato evangélico de la elección de los apóstoles se encuadran en un clima de oración y, a la vez, de cierta solemnidad. Por eso, la principal actitud de los que tenemos fe, frente a la familia y las vocaciones, es la oración y la consciencia de la trascendencia de ambas realidades, que son inseparables, para la vida del hombre y la mujer en la tierra.

Dios es familia, el Hijo de Dios nace en una familia, Dios llama al hombre y a la mujer a formar una familia y Cristo funda la Iglesia como familia y le otorga una misión bien precisa. Empezamos el 2018, y deseamos ser hombres y mujeres de fe a imitación de María, modelo de madre de familia y de correspondencia a la llamada de Dios. A ella acudimos confiados, especialmente el primer día del año, celebrando su Maternidad divina.

Mn. Xavier Argelich

De la Novena a la Navidad

Iniciamos el último mes de 2017 con la novena a la Inmaculada, 9 días rezando algo especial dirigido a la Virgen, y hemos aprendido a rezar mejor, a ser más castos, más puros, más… El Ángel del Señor saluda a la Virgen y se turba, pero ¿quién no se hubiera sorprendido? Toda su vida había sido vivida sin pecado ¡Alégrate llena de gracia! No temas. Pues sí, no hay que temer nada pues las cosas de Dios son cosas de paz y la ayuda de la Virgen no nos faltará nunca. El día de la Inmaculada los sacerdotes de Montalegre estrenaron la casulla azul, a la que nos referimos en otra noticia, que fue donativo de unos feligreses habituales de Montalegre.

Siguió el tiempo de Adviento, tiempo de espera y alegría, pero sin el canto del Gloria. Velar, velar, estar atentos pues después se desbordará la alegría de la Navidad, un tiempo en el que nos han invitado a meditar la Palabra, un tiempo de renovación interior.

En esa espera, el 12 de diciembre de 2017, día de la Virgen de Guadalupe, celebramos el primer aniversario del traspaso al cielo de Javier Echevarría, el anterior prelado del Opus Dei, con una misa en sufragio de su alma. Fue presidida por el Vicario del Opus Dei en Cataluña, Mn. Ignasi Font. Concelebraron el rector de Montalegre y otros sacerdotes de la prelatura. En la homilía, Mn. Font se refirió al tiempo litúrgico y al Padre Javier, del cual dijo que estuvo al frente del Opus Dei durante 22 años, en ellos se impulsó la Obra en 16 países más. Fue un pastor comprensivo y exigente. Siempre alentaba a acudir al sacramento de la confesión con alegría, en todas sus expresiones manifestaba una confianza total en los designios divinos, y nos invitaba a que en cualquier situación colaboremos en la Redención.

En el tercer domingo de Adviento, domingo de la Alegría, en el que los sacerdotes pueden revestirse con la casulla de color rosa, en Montalegre se celebró el aniversario de los 25 años de la Hermandad de la Virgen de la Puerta del Perú, muy ligada a Montalegre desde sus inicios. La misa solemne de ese domingo contó con la asistencia de muchos ciudadanos peruanos. En esta ocasión, representó a la comunidad peruana la señora Cónsul del Perú en Barcelona.

Y después de la mañana del cuarto domingo de Adviento se ha dado paso a la Navidad, porque en ese día por la tarde ya celebramos la vigilia de Navidad, y a las 11 de la noche la misa del Gallo y después el resopón.

Todo el equipo de Comunicación de Montalegre os desea especialmente unas felices y santas fiestas, junto al Señor y la Virgen.

¡Feliz Navidad!

Isabel Hernández Esteban

 

 

 

 

La Palabra se hizo carne

Iniciamos el año litúrgico con el tiempo de Adviento, en el que los cristianos nos preparamos para el nuevo advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo al final de los tiempos y para celebrar su nacimiento, al llegar la plenitud de los tiempos, en Belén.

El amor de Dios a los hombres es tan grande que se hace uno de nosotros: el Verbo de Dios, la Palabra, se encarna en el seno virginal de María. Dios, que nunca ha abandonado a sus criaturas, viene a nuestro encuentro. Él, que ha hecho todo mediante su Palabra, envía a su Hijo al mundo para que nosotros podamos encontrarlo, escucharlo y volver a Él una vez hayamos aceptado su Palabra, sus designios amorosos para con nosotros.

La Encarnación y el Nacimiento del Verbo suponen un antes y un después para toda la humanidad. Que la celebración de la Navidad, precedida del Adviento, suponga un nuevo impulso a nuestra vida cristiana. Dispongámonos a escuchar y meditar de nuevo los acontecimientos que serán proclamados desde el ambón: el anuncio del Ángel a María, las deliberaciones de san José, el gozo de Isabel, el nacimiento en un portal de Belén, el anuncio a los pastores, el canto de los Ángeles, la adoración de lo Magos e, incluso, la ingratitud del género humano. Estemos dispuestos a escuchar y recibir en nuestro corazón la buena nueva de Navidad, la alegría de la venida del Hijo de Dios, que nos trae sus Palabras de vida y salvación.

Alimentemos, en estos días, nuestra vida espiritual con los textos sagrados que la liturgia nos presenta y fomentemos la ilusión de la venida de Cristo a la tierra. Vivamos esta espera alegre cuidando de manera especial la Eucaristía dominical. Las velas de la corona de adviento que encenderemos cada domingo iluminarán nuestro interior para dar cabida y cobijo a la Palabra, al Niño-Dios que nacerá en Belén. ¡Feliz Navidad!

Mn. Xavier Argelich

En apoyo de los pobres

El santo padre Francisco en un mensaje del 13 de junio de 2017 inauguró la I Jornada Mundial de los Pobres, la cual se celebraría este año el 19 de noviembre de 2017, en el domingo de la XXXIII semana del tiempo ordinario. Siguiendo este mandato en esa fecha se celebró la citada Jornada en Montalegre. Como se sabe, la Acció Social Montalegre atiende a más de 300 familias del barrio del Raval, en sintonía con los Servicios Sociales del ayuntamiento de la Ciudad. Es por ello que los voluntarios y empleados de la Acció Social de Montalegre invitaron expresamente a las personas pobres que reciben ayuda de le entidad.

El Papa Francisco pretende con esta fiesta que nuestra consciencia se despierte y nos convenzamos que compartir nuestra vida con los pobres nos permite entender en su verdad más profunda el Evangelio. De esta manera, dice el Papa, no solo amamos la Palabra sino que también la vivimos con acciones, y de verdad. La Eucaristía es un encuentro con Jesucristo, el auténtico modelo de amor y de entrega, y la fuerza para vivir en la caridad cristiana con los pobres y necesitados.

En el templo 

La iglesia se llenó de fieles, no solamente de los que acuden habitualmente a la misa solemne de los domingos, sino también de las personas que fueron invitadas, así como de un gran grupo de peruanos que celebraban una de las fiestas en honor a la Virgen de la Puerta. En las plegarias se hizo especial hincapié en las necesidades materiales y espirituales de las personas sin recursos, que viven solas, que han tenido que emigrar, que carecen de agua potable o de alimento, enfermos, que viven en la calle, etc.

Al acabar, los pobres que habían acudido, fueron invitados a la sala de actos a tomar unos dulces, que corrieron a cargo de una panadería-pastelería del barrio, acompañados de zumos y refrescos. Todos los participantes, incluidos los voluntarios se sintieron muy agradecidos.

Isabel Hernández Esteban

Para ser santo primero hay desanimarse

El 17 de noviembre de 2017, a las 7 de la tarde, se celebró la Eucaristía en sufragio del alma de José María, sacerdote, presidida por el postulador de la Causa de los santos, D. José Carlos Martín de la Hoz y concelebrada con el rector de Montalegre Mn. Xavier Argelich y Mn. Ferrán Blasi.

En la homilía, el postulador con energía y simpatía hizo referencia a las virtudes del Siervo de Dios, José María, sacerdote, del que destacó su sentido común y su buen humor pues recordó aquello que dijo: “Ni con 450 años de vida llegaremos a ser santos”. D. José Carlos Martín refirió que “Primero de todo, si queremos ser santos, hemos de desanimarnos, después hemos de sentir que no son nuestras las fuerzas que tenemos, y que por ello hemos de aprender a ser santos…  Dejar que la navegación de nuestra vida la conduzcan el Espíritu Santo, la primacía de la gracia, la obediencia y nuestra colaboración… Solo se puede llegar a ser santo con los medios sobrenaturales pues solos ¡no vamos ni a la esquina!… Hemos de ceder al realismo sobrenatural como lo hacía José María, sacerdote… Con qué fuerza tomaba el copón para la bendición del Santísimo, la consagración y al repartir la comunión… Sin el abrazo con Jesús la santidad es imposible. Y como decía el Siervo de Dios José María, sacerdote, si queremos frutos apostólicos, vocaciones “Hemos de decir a Jesús que no nos trate como santos sino como débiles”. Por último, añadió que “Los santos son eternamente agradecidos por lo que hemos de escribir los favores que recibimos para poder que sea declarado Venerable”.   D. José Carlos Martin de la Hoz, una vez acabada la celebración se dirigió con los celebrantes y los fieles a la Capilla del Santísimo donde reposan los restos de D. José María, sacerdote, desde el 11 de noviembre de 2011 y rezó un responso, aspergiendo agua bendita al sepulcro.

Ya en la sacristía, firmó una petición en el Cuaderno de Intenciones a José María Hernández Garnica que se inició en el mes de junio de 2016.

Otros datos de la celebración

La fecha escogida para la celebración eucarística del 17 de noviembre de 2017 es debido a que coincide con el aniversario del nacimiento del Siervo de Dios. La sobriedad del mes de noviembre, mes en el que la Iglesia lo dedica a los difuntos, solamente se rompió con un pequeño centro de flores que se colocó en un lado del sepulcro de José María Hernández Garnica. La nave central del templo de Montalegre se llenó de fieles. Mn. Joan Juventeny, dirigió la ceremonia y los cantos, acompañado al órgano por el Sr. Pep Masabeu, el organista de la Casa. Colaboradores habituales leyeron las lecturas y las plegarias. Y todos -sin duda- le pedimos a D. José María aquellas peticiones más personales.

Isabel Hernández Esteban

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