Las previsiones meteorológicas presagiaban que la mañana del sábado de 22 de noviembre de
2025 en Barcelona iba a ser fría y ventosa. Y así fue. Los peregrinos de la Iglesia de Santa María de Montalegre habíamos sido convocados para la cuarta peregrinación jubilar que Montalegre había promovido en este Año Jubilar 2025, delante de la puerta principal del Real Santuario de San José de la Montaña que está ubicada en la Travessera de Dalt, de Barcelona.
Un grupo numeroso de fieles iniciamos el recorrido por los jardines del Santuario a las 10:30h, buscando zonas de sol para calentarnos un poquito. La guía del santuario que nos acompañó fue explicando los orígenes y la actualidad del trabajo humano, social y espiritual que la Congregación Madres de los Desamparados y de San José presta a niños y niñas huérfanos o abandonados por sus padres, ejerciendo la tutela legal según se le ha sido reconocida para cada menor que allí está acogido. Durante el paseo se nos pidió no hacer fotografías para preservar a los menores que pudieran estar en aquel lugar.
Una vez acabado el ascenso, nos encontramos en la esplanada con otro grupo de fieles de Montalegre que había acudido al santuario en su propio vehículo entrando por la puerta de arriba que da a la esplanada. Todos juntos entramos a la Capilla de San José de la Montaña, que tiene una capacidad para cincuenta personas, y la llenamos. Allí también la guía Sra. María Ángeles dio las explicaciones referidas a las numerosísimas peticiones que los fieles que acuden escriben a San José en unas notas preparadas para este fin, y que luego depositan en un buzón, ubicado al lado de la sacristía, las cuales periódicamente las destruyen quemándolas.
Mn. Xavier Argelich, rector de la Iglesia de Santa María de Montalegre, celebró la santa misa del día a las 11h. En la homilía, el sacerdote lo primero que nos dijo fue que estábamos ganando la gracia jubilar pues creemos en las verdades eternas, el cielo, el purgatorio y el infierno, y por fin la resurrección de los muertos. Por eso luchamos, seguimos alimentándonos de los sacramentos y la gracia jubilar unidos con la oración de toda la Iglesia. Comentó también las lecturas del día. Se refirió a que San José es un modelo de vida, un modelo de virtudes, un hombre fiel que vivió una auténtica intimidad con Dios. Pidámosle ayuda para conseguir esa intimidad con Dios también nosotros. Por otra parte, explicó que Sanjosemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, se encomendó a San José para pedirle el primer sagrario que iba a tener un centro de la Obra. Y en breve lo recibió, por ello existe la costumbre en el Opus Dei de que en todos los lugares donde la Obra tenga un sagrario, la llave que lo abra tendrá una medalla del San José.
Acabada la misa, los fieles subimos una breve escalinata y le rendimos homenaje a la imagen de San José Coronado. Otros, también, escribieron sus peticiones al santo con fe y confianza. Colaboraron en la celebración David como monaguillo, Isabelita en las lecturas y la limosna, y Noemí dirigiendo los cantos. La limosna fue enteramente para el santuario. Y ganamos el jubileo en dicho templo pues es uno de los lugares que el Cardenal de la Archidiócesis de Barcelona declaró templo jubilar.
Pero la jornada todavía no había concluido. Nos dirigimos al gran edificio que alberga el santuario con la Virgen de los Desamparados y de San José el cual lo contemplamos desde fuera pues se iniciaba una misa con enlace matrimonial. Accedimos a un comedor grande y allí un café calentito acompañado de bizcochos y madalenas nos vino muy bien a todos y caldeó el buen ambiente entre los peregrinos. A continuación, pasamos a un aula contigua para rezar el ángelus y otras oraciones e indicar las próximas actividades de Montalegre. Finalmente, regresamos a la esplanada muy contentos y llenos de júbilo, pues ganar nuevamente la indulgencia plenaria para rescatar almas que purgan en el purgatorio, para un creyente católico, es una obra de misericordia que a la vez purifica el alma de cada uno de nosotros.
Isabel Hernández Esteban
Fotos Isabelita y Núria Monterde


