Nos vemos en Madrid, adiós Santo Padre!

Hacía siete meses que se había anunciado que el Santo Padre venía a España. Y las 32 horas de su estancia las hemos absorbido profundamente, cosa que será muy difícil de olvidar. La TV3 apostó fuerte a nivel tecnológico y verdaderamente la retransmisión de la Dedicación de la Sagrada Familia fue impresionante. No obstante desde el canal de Intereconomia más de 10 millones de televisores del Estado español  captaron todo, absolutamente todo, minuto a minuto donde estaba el Santo Padre, cosa que no hicieron otros canales de televisión, ni públicas ni privadas. 

Yo también  lo  vi! 

Pero no todos nos conformamos estar sentados ante el televisor, o  simplemente nos decíamos hasta donde los pies me lleven. Así que unos ya lo recibieron a las nueve de la noche del sábado en el aeropuerto de Barcelona; otros con dos horas de anticipación ya estaban situados frente a las barreras que habían instalado a lo largo de la avenida de la Catedral, mirando el reloj con insistencia,  clavados como estatuas y con suerte vieron como una flecha un Mercedes negro, blindado, de cristales oscuros, o simplemente sus luces. Los gritos de los que estábamos allí empezaron a subir de tono a límites insospechados, como un grupo de fans frente a su ídolo musical del que están enamorados. Así recibimos al Santo Padre en el Palacio Episcopal. La emoción se desató cuando salió al balcón para saludar. La señal del movió desapareció, todos se enviaban llamadas o mensajes: “Lo he visto!” 

La marea azul, esta es la juventud del Papa 

La noche sería corta ya que de buena mañana la ciudad hizo un cordón desde el Palacio Episcopal hasta todo alrededor de la Sagrada Familia. Los voluntarios que habían sido convocados el sábado por la mañana en el cruce de  Provença/Marina, donde recibieron las instrucciones, ya sabían lo que tenían que hacer. Sin duda fueron un suporte muy importante para toda la organización. Los que teníamos la entrada del exterior del templo, cuando pudimos acceder a nuestros asientos, nos dieron un pin identificativo y en nuestra silla teníamos el misal completo de la celebración. Aquellos voluntarios y voluntarias iban con un impermeable azul, estaban  por todas partes, pendientes de sus obligaciones, fueran las que fuesen. Era como una marea azul. Un momento muy bonito e irrepetible fue cuando acompañaron a los 300 sacerdotes con la Sagrada Comunión, y para identificarse de lejos, iban con  paraguas, también azules; todos ellos se escamparon por  todas aquellas calles, tan indiferentes hasta esa fecha, Provença, Marina, Avinguda Gaudí, Rosselló, Sardenya…. calles por donde el Señor se paseó y nos vió uno a uno, a cada uno de  nosotros. 

Una de les consignas que oímos en las horas que el Santo Padre estuvo en Barcelona  ha sido “Esta es la juventud del Papa!” y sin duda la marea de voluntarios era segura y fuerte, así como muchos más que no paraban de gritar, dando apoyo incondicional a Benedicto XVI en todo momento, mostrándose una juventud revolucionaria y contracorriente que quiere llevar la bandera de Cristo, de color universal.

Voluntad de servicio

Un rostro muy fotogénico en todos los actos ha sido el  del Secretario personal del Santo Padre, Monseñor Georg Gänswein, el cual ha captado la atención mediática de todas las retransmisiones, como ya va siendo habitual en los viajes de Benedicto XVI. No es un simple personaje que le ayuda a subir escaleras, o le acerca los textos de los discursos, le facilita las gafas, o le acompaña  en el papamóvil. Es alemán, nacido en el año 1956, y desde el 2003 es el asistente personal del entonces Cardenal Joseph Razintger; fue ordenado sacerdote en el año 1984. Recibió el Doctorado en Derecho Canónico por la Universitada de Ludwiig Maximilians en Munich en 1993. En aquel mismo año llegó a Roma y en 1995 se convirtió en oficial de la Congregación para el Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos. En 1996 fue transferido a la Congregación para  la Doctrina de la Fe por petición de Ratzinger, y  obtuvo una cátedra de derecho canónico por la Universidad Pontifica de la Santa Cruz y del Opus Dei. Recibió el titulo de prelado de honor de SS Benedicto XVI en marzo de 2006. 

Un voluntario de la Acción Social de Montalegre

Un momento especialmente entrañable para  nosotros fue cuando Fernando Sánchez Costa leyó la segunda lectura de la celebración de la Dedicación a templo de Dios. No dudó, leyó con claridad  y con seguridad. Él es un hombre sencillo y afable, licenciado por la Universidad Internacional de Catalunya; en la actualidad es profesor universitario, está preparando su tesis doctoral, y además colabora en  la Acción Social de la Església de Santa Maria de Montalegre; entre otras cosas visita habitualmente a varias familias del Raval de Barcelona, dándoles amor y confianza. También forma parte del consejo pastoral de la Església Sant Gregori Taumaturg de Barcelona. 

Hasta pronto!

Barcelona ha sido por unas horas, entre el 6 y 7 de noviembre de 2010, el punto visual de más de 150 millones de personas de todo el mundo, con unos beneficios económicos incontables, todavía, para aquellos que hacen este tipo de cálculos. No obstante lo más importante es que a todos, de una manera o de otra, nos ha golpeado en el corazón una vibración nueva. Este Santo Padre, de 83 años, ha llegado a todos, pequeños, jóvenes y mayores, creyentes o gentiles, en un marco único e incomparable como lo es La Sagrada Familia de Antoni Gaudí. Y Benedicto XVI lo supo. Así en el hangar del Aeropuerto de El Prat se le veía feliz, sonriente. En  su discurso final, la última palabra que pronunció fue “Adiós” pronunciada  como la dice un amigo, como un padre.

Gracias! Santo Padre, nos veremos en Madrid en la JMJ, del 16 al 21 de agosto del 2011. 

Isabel Hernández Esteban

Un texto para recordar siempre, la homilía del Santo Padre en Barcelona

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CONSAGRACIÓN DE LA IGLESIA DE LA SAGRADA FAMILIA Y DEL ALTAR

HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Barcelona
Domingo 7 de noviembre de 2010

En catalán:

Estimats germans i germanes en el Senyor:

«La diada d’avui és santa, dedicada a Déu, nostre Senyor; no us entristiu ni ploreu… El goig del Senyor sarà la vostra força» (Ne 8, 9-11). Amb aquestes paraules de la primera lectura que hem proclamat vull saludar-vos a tots els qui us trobeu aquí presents participant en aquesta celebració. Adreço una salutació afectuosa a Ses Majestats els Reis d’Espanya, que han volgut acompanyar-nos cordialment. La meva salutació agraïda al Senyor Cardenal Lluís Martínez Sistach, Arquebisbe de Barcelona, per les seves paraules de benvinguda i la seva invitació a dedicar aquesta Església de la Sagrada Família, suma admirable de tècnica, d’art i de fe. Saludo també al Cardenal Ricard Maria Carles Gordó, Arquebisbe emèrit de Barcelona, als altres Senyors Cardenals i Germans en l’Episcopat, especialment, al Bisbe auxiliar d’aquesta Església particular, com també als nombrosos sacerdots, diaques, seminaristes, religiosos i fidels que participen en aquesta solemne cerimònia. També adreço la meva deferent salutació a totes les Autoritats Nacionals, Autonòmiques i Locals, com també als membres d’altres comunitats cristianes, que s’han unit al nostre goig i a la nostra lloança agraïda a Déu.

[Amadísimos Hermanos y Hermanas en el Señor:

«Hoy es un día consagrado a nuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis… El gozo en el Señor es vuestra fortaleza» (Neh 8,9-11). Con estas palabras de la primera lectura que hemos proclamado quiero saludaros a todos los que estáis aquí presentes participando en esta celebración. Dirijo un afectuoso saludo a Sus Majestades los Reyes de España, que han querido cordialmente acompañarnos. Vaya mi saludo agradecido al Señor Cardenal Lluís Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona, por sus palabras de bienvenida y su invitación para la dedicación de esta Iglesia de la Sagrada Familia, admirable suma de técnica, de arte y de fe. Saludo igualmente al Cardenal Ricardo María Carles Gordó, Arzobispo emérito de Barcelona, a los demás Señores Cardenales y Hermanos en el Episcopado, en especial, al Obispo auxiliar de esta Iglesia particular, así como a los numerosos sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos y fieles que participan en esta solemne ceremonia. Asimismo, dirijo mi deferente saludo a las Autoridades Nacionales, Autonómicas y Locales, así como a los miembros de otras comunidades cristianas, que se unen a nuestra alegría y alabanza agradecida a Dios.]

Este día es un punto significativo en una larga historia de ilusión, de trabajo y de generosidad, que dura más de un siglo. En estos momentos, quisiera recordar a todos y a cada uno de los que han hecho posible el gozo que a todos nos embarga hoy, desde los promotores hasta los ejecutores de la obra; desde los arquitectos y albañiles de la misma, a todos aquellos que han ofrecido, de una u otra forma, su inestimable aportación para hacer posible la progresión de este edificio. Y recordamos, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta. Este acto es también, de algún modo, el punto cumbre y la desembocadura de una historia de esta tierra catalana que, sobre todo desde finales del siglo XIX, dio una pléyade de santos y de fundadores, de mártires y de poetas cristianos. Historia de santidad, de creación artística y poética, nacidas de la fe, que hoy recogemos y presentamos como ofrenda a Dios en esta Eucaristía.

La alegría que siento de poder presidir esta ceremonia se ha visto incrementada cuando he sabido que este templo, desde sus orígenes, ha estado muy vinculado a la figura de san José. Me ha conmovido especialmente la seguridad con la que Gaudí, ante las innumerables dificultades que tuvo que afrontar, exclamaba lleno de confianza en la divina Providencia: «San José acabará el templo». Por eso ahora, no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa cuyo nombre de pila es José.

¿Qué hacemos al dedicar este templo? En el corazón del mundo, ante la mirada de Dios y de los hombres, en un humilde y gozoso acto de fe, levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana, constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma.

En este recinto, Gaudí quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia. Así unió la realidad del mundo y la historia de la salvación, tal como nos es narrada en la Biblia y actualizada en la Liturgia. Introdujo piedras, árboles y vida humana dentro del templo, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina, pero al mismo tiempo sacó los retablos afuera, para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. De este modo, colaboró genialmente a la edificación de la conciencia humana anclada en el mundo, abierta a Dios, iluminada y santificada por Cristo. E hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó Antoni Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres. Y es que la belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo.

Hemos dedicado este espacio sagrado a Dios, que se nos ha revelado y entregado en Cristo para ser definitivamente Dios con los hombres. La Palabra revelada, la humanidad de Cristo y su Iglesia son las tres expresiones máximas de su manifestación y entrega a los hombres. «Mire cada cual cómo construye. Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, que es Jesucristo» (1 Co 3,10-11), dice San Pablo en la segunda lectura. El Señor Jesús es la piedra que soporta el peso del mundo, que mantiene la cohesión de la Iglesia y que recoge en unidad final todas las conquistas de la humanidad. En Él tenemos la Palabra y la presencia de Dios, y de Él recibe la Iglesia su vida, su doctrina y su misión. La Iglesia no tiene consistencia por sí misma; está llamada a ser signo e instrumento  de Cristo, en pura docilidad a su autoridad y en total servicio a su mandato. El único Cristo funda la única Iglesia; Él es la roca sobre la que se cimienta nuestra fe. Apoyados en esa fe, busquemos juntos mostrar al mundo el rostro de Dios, que es amor y el único que puede responder al anhelo de plenitud del hombre. Ésa es la gran tarea, mostrar a todos que Dios es Dios de paz y no de violencia, de libertad y no de coacción, de concordia y no de discordia. En este sentido, pienso que la dedicación de este templo de la Sagrada Familia, en una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle, resulta un hecho de gran significado. Gaudí, con su obra, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre. Que el secreto de la auténtica originalidad está, como decía él, en volver al origen que es Dios. Él mismo, abriendo así su espíritu a Dios ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma. Así expresaba el arquitecto sus sentimientos: «Un templo [es] la única cosa digna de representar el sentir de un pueblo, ya que la religión es la cosa más elevada en el hombre».

Esa afirmación de Dios lleva consigo la suprema afirmación y tutela de la dignidad de cada hombre y de todos los hombres: «¿No sabéis que sois templo de Dios?… El templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros» (1 Co 3,16-17). He aquí unidas la verdad y dignidad de Dios con la verdad y la dignidad del hombre. Al consagrar el altar de este templo, considerando a Cristo como su fundamento, estamos presentando ante el mundo a Dios que es amigo de los hombres e invitando a los hombres a ser amigos de Dios. Como enseña el caso de Zaqueo, del que se habla en el Evangelio de hoy (cf. Lc 19,1-10), si el hombre deja entrar a Dios en su vida y en su mundo, si deja que Cristo viva en su corazón, no se arrepentirá, sino que experimentará la alegría de compartir su misma vida siendo objeto de su amor infinito.

La iniciativa de este templo se debe a la Asociación de amigos de San José, quienes quisieron dedicarlo a la Sagrada Familia de Nazaret. Desde siempre, el hogar formado por Jesús, María y José ha sido considerado como escuela de amor, oración y trabajo. Los patrocinadores de este templo querían mostrar al mundo el amor, el trabajo y el servicio vividos ante Dios, tal como los vivió la Sagrada Familia de Nazaret. Las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales. No podemos contentarnos con estos progresos. Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar.

Al contemplar admirado este recinto santo de asombrosa belleza, con tanta historia de fe, pido a Dios que en esta tierra catalana se multipliquen y consoliden nuevos testimonios de santidad, que presten al mundo el gran servicio que la Iglesia puede y debe prestar a la humanidad: ser icono de la belleza divina, llama ardiente de caridad, cauce para que el mundo crea en Aquel que Dios ha enviado (cf. Jn 6,29).

Queridos hermanos, al dedicar este espléndido templo, suplico igualmente al Señor de nuestras vidas que de este altar, que ahora va a ser ungido con óleo santo y sobre el que se consumará el sacrificio de amor de Cristo, brote un río constante de gracia y caridad sobre esta ciudad de Barcelona y sus gentes, y sobre el mundo entero. Que estas aguas fecundas llenen de fe y vitalidad apostólica a esta Iglesia archidiocesana, a sus pastores y fieles.

En catalán:

Desitjo, finalment, confiar a l’amorosa protecció de la Mare de Déu, Maria Santissima, Rosa d’abril, Mare de la Mercè, tots els aquí presents, i tots aquells que amb paraules i obres, silenci o pregària, han fet possible aquest miracle arquitectònic. Que Ella presenti al seu diví Fill les joies i les penes de tots els qui vinguin en aquest lloc sagrat en el futur, perquè, com prega l’Església en la dedicació dels temples, els pobres trobin misericòrdia, els oprimits assoleixin la llibertat veritable i tots els homes es revesteixin de la dignitat dels fills de Déu. Amén.

[Deseo, finalmente, confiar a la amorosa protección de la Madre de Dios, María Santísima, Rosa de abril, Madre de la Merced, a todos los que estáis aquí, y a todos los que con palabras y obras, silencio u oración, han hecho posible este milagro arquitectónico. Que Ella presente también a su divino Hijo las alegrías y las penas de todos los que lleguen a este lugar sagrado en el futuro, para que, como reza la Iglesia al dedicar los templos, los pobres puedan encontrar misericordia, los oprimidos alcanzar la libertad verdadera y todos los hombres se revistan de la dignidad de hijos de Dios. Amén.]

© Copyright 2010 – Libreria Editrice Vaticana

 

Noviembre: El Papa en Barcelona

Noviembre: El Papa en Barcelona

El mes de noviembre del año 2010 quedará, sin duda, señalado como un momento importante para la historia de la ciudad y de Cataluña debido a la visita que los días 6 y 7 nos hará el Papa Benedicto XVI.

La Sagrada Familia, la obra mas emblemática del genial arquitecto Antonio Gaudí, y probablemente la mas famosa obra religiosa que en estos momentos se está realizando en el mundo, y que es visitada anualmente por millones de personas, será dedicada por la máxima autoridad en la Iglesia.

Somos muchos miles los habitantes de Barcelona y en general de Cataluña que estamos muy orgullosos de la Sagrada Familia y, por supuesto de que sea el Papa el que haya tenido el detalle de venir personalmente a dedicarla. No tengo ninguna duda de que Benedicto XVI será recibido con todo el afecto por los ciudadanos de Barcelona. Pero es muy importante que a la manifestación exterior del sentimiento, que sin duda se dará, la acompañe una actitud interior de atención a la palabra y de oración por la persona e intenciones de quien es el sucesor de Pedro al frente de la Iglesia.

Noviembre: Oración por los difuntos

Por otra parte recordamos que el mes de noviembre es, tradicionalmente el mes de los difuntos. Se nos recuerda en este mes una de las verdades de nuestra fe: la existencia de un periodo de purificación después de la muerte, que llamamos el Purgatorio. Con los sufragios que ofrecemos por las almas de los difuntos podemos ayudarles en este proceso de purificación. La oración por los difuntos es una manifestación evidente de la caridad cristiana.

No podemos olvidar tampoco que las almas del purgatorio son grandes intercesoras. Nos dice San Josemaría:

Las ánimas benditas del purgatorio. -Por caridad, por justicia, y por un egoísmo disculpable -¡pueden tanto delante de Dios!- tenlas muy en cuenta en tus sacrificios y en tu oración.

Ojalá, cuando las nombres, puedas decir: “Mis buenas amigas las almas del purgatorio…” (Camino 571)

 

Mn Francesc

NOVEDADES!!! Ampliación del itinerario del papamóvil por Barcelona

El recorrido que el Santo Padre hará a lo largo de la ciudad de Barcelona, el día 7 de noviembre, en el conocido papamóvil, que ya hace unos días que llegó a Barcelona en avión, se ha ampliado en lo que se refiere al regreso al Arzobispado después de la celebración de la Dedicación de la Sagrada Familia y el Ángelus.

 Recordemos que a la ida saldrá a las 9 horas del Arzobispado, subirá por la Via Laietana, seguirá por Pau Claris hasta la calle de La Diputació, después todo recto hasta la calle Marina donde girará a la izquierda, pasando por delante de la fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia, rodeando el templo por  la calle Provença, después bajará por la calle Sardenya pasando por delante de la fachada de la Pasión, girará por la izquierda para ir por la calle Mallorca, para entrar por el nuevo acceso del templo, de la fachada de la Gloria, a las 9.30 h de la mañana. 

La novedad está en que se ha establecido el regreso  por las mismas calles que a la ida. Una vez acabados los actos a las 12.45 h. saldrá por la calle Mallorca, por la fachada de la Gloria, seguirá por Sardenya hacia arriba, por la fachada de la Pasión, girará a la derecha por Provença, bajará y pasará de nuevo por la fachada del Nacimiento, seguirá hacia abajo,  por la calle Marina hasta la calle de La Diputació, girará a la izquierda por Pau Claris en sentido mar, seguirá por Via Laietana, girará en la Catedral y a las 13 h. ya será en el Arzobispado donde almorzará con los obispos y sacerdotes invitados, y el séquito papal. 

Servicios Informativos Montalegre

 

Gaudí podría ser beatificado en los alrededores del 2016

Por Temes d’avui-Montalegre

La asociación impulsora confía que la visita del Papa acelere la causa

 La asociación civil pro-beatificación de Antoni Gaudí convocó el pasado 27 de octubre a la prensa para explicar la situación del proceso. En el marco de la cripta del templo de la Sagrada Familia, donde se encuentra la tumba de Gaudí, sus responsables detallaron sus intenciones a corto y largo plazo sin olvidar la importancia de la próxima visita de Benedicto XVI.

 

 
 
 
 
 

 

«La inminente visita del Santo Padre no acelera las cosas para que se convierta en beato pero sí puede influir en el Vaticano». Los miembros que trabajan en este largo camino desvelaron que ellos sí barajan una fecha hipotética, el 2016. «Calculamos que el arquitecto podría ser beatificado por el Vaticano el 10 de junio de 2016, después de que la asociación presente en Roma una biografía de 1.200 páginas la próxima primavera». Esta fecha coincidiría con el 90 aniversario de su muerte.

Recordemos que el 13 de mayo de 2003. El Cardenal-arzobispo clausuró el proceso realizado en Barcelona, y la Asociación pro Beatificación de Antonio Gaudí entregó las actas del proceso (1.024 hojas y un disquete) a la Congregación de las causas de los santos, organismo de la Santa Sede encargado de estos asuntos.

Paralelamente, sería necesario efectuar otro procedimiento jurídico para la aprobación de la existencia de un milagros atribuido a la intercesión de Gaudí, y finalmente, el Santo Padre, si lo considera oportuno, beatificará a Gaudí.

Por lo que se ve, para que todo llegue a puerto se necesita mucha paciencia y mucho trabajo, y es precisamente una de las piezas claves de este camino la publicación de una biografía de la vida y obra de Gaudí. El autor de esta biografía, Josep Maria Tarragona, se sumó a la rueda de prensa y concretó que en base a este documento los cardenales reunidos en torno a la Congregación de las Causas Santas deberán decidir si la devoción cristiana de Gaudí y los milagros protagonizados por éste son suficientes para su beatificación.

Dos milagros

Respecto a los milagros, hasta la fecha se habla de dos milagros uno de los cuales ya ha sido desestimado por la Iglesia. La asociación ha llevado ante el Vaticano la curación de unas úlceras de un vecino de Canet de Mar que, supuestamente, desaparecieron gracias a Gaudí, pero el hecho no ha pasado los filtros de la Congregación de las Causas Santas.

El otro milagro es el de una mujer de Reus que perdió la vista pero la recuperó rezando a Gaudí. Éste lo están estudiando pues requiere de un examen médico y de fundamentación teológica

La biografía

El autor de esta biografía, Josep Maria Tarragona defiende que la vida de Gaudí es «heroica» en base a su mayor símbolo, la Sagrada Familia, así como por su vida «santa e inimitable». De hecho, estas 1.200 páginas en defensa de Gaudí se están escribiendo, en parte, con testigos que conocieron al arquitecto.

Ofrecemos un enlace de la entrevista con Josep Maria Tarragona que Els matins de tv3 ofrecieron el pasado 27 de octubre, y una reseña de su publicación del año 2000:

Reseña del libro “Gaudí. Biografía de l´artista” de Josep Maria Tarragona i Clarasó.

(Anuario de Historia de la Iglesia, año/vol. IX Universidad de Navarra, pp. 692-693)

Josep Maria Tarragona (Barcelona. 1957) nos ofrece una biografía en catalán de Antoni Gaudí (1852-1926), fruto del creciente interés que despierta el genial arquitecto. El autor, experto «gaudinista», sabe combinar sus labores docentes con frecuentes incursiones en el campo de la historia, como en esta biografía gaudiniana.

Su opúsculo sobre Gaudí está estructurado en capítulos muy cortos, introducidos por unas frases de Gaudí tomadas de sus escritos o de algunas entrevistas que concedió, que dan la medida de la faceta que se va a tratar. En lugar del tradicional recorrido cronológico, ya de las obras, ya de la vida, de uso más común en el género biográfico, Tarragona prefiere honrar al artista ordenando la vida de Gaudí en torno a su personalidad polifacética: el urbanista, el medievalista, el expositor, el amigo, el escultor, el enfermo, etc. Todo está relatado con un lenguaje propio y preciso. En el epílogo se recogen algunas poesías contemporáneas dedicadas al arquitecto y a algunas de sus obras más conocidas. Es de notar tanto la exhaustiva cronología de la vida de Gaudí como el elenco de los personajes que intervienen en la biografía que cierra el libro. En su interior, un abundante repertorio de fotografías ilustra el suceder de los acontecimientos.

Por medio de anécdotas reveladoras, iluminantes, se delinea una figura de difícil parangón, que destaca aún más por la profunda humanidad y sentir cristiano que transmite: su marcado carácter, su sensibilidad por la naturaleza, su acendrada espiritualidad. El autor no olvida los aspectos técnicos e innovadores de su concepción arquitectónica: y, aunque es ingeniero y conoce bien las técnicas de la construcción no entra a fondo en las innovaciones artísticas y constructivas del arquitecto catalán. No hay que olvidar que la exposición del Gaudí arquitecto ya ha sido llevada a cabo por otros estudiosos como Bassegoda.

La integración dentro del marco histórico-político-sociológico de la Cataluña del siglo XIX, aunque no sólo de ella, es otro aspecto destacable del libro. Logra, al hilo del relato, trazar una semblanza muy verosímil del ambiente político y religioso de la época así como de sus principales representantes. El autor conoce bien los entresijos de la sociedad catalana: Gaudí, en efecto, vivió con gran intensidad la Semana Trágica, los años del pistolerismo y la represión de la Dictadura, tiempos que coinciden con la maduración de su personalidad humana y artística.

En definitiva, la excepcionalidad artística y personal del arquitecto catalán, dentro de su cotidianeidad, requería una monografía que pusiera al descubierto la riqueza humana de Gaudí, de quien se ha abierto el proceso de beatificación. Creemos que ello se ha conseguido con esta biografía diferente: tal como refleja el subtítulo del libro. Añadamos, finalmente, el interés indudable de la cuidada y extensa bibliografía gaudiniana que se recoge al final de este libro.

S. Casas

Un Papa resistente

Por Alessandra Nucci 

Desde que fue elegido en abril de 2005, los medios de comunicación han estado esperando que el Papa Benedicto XVI tropezara y fuera rechazado por las masas que acudían a Juan Pablo II, su carismático predecesor. Pero no ha sucedido así.
De hecho, en los primeros años de su papado, posiblemente como consecuencia de la popularidad de Juan Pablo II en todo el mundo, Benedicto XVI atrajo más aún a la multitud de lo que lo hizo Karol Woytjla. Las multitudes han disminuido un poco, pero una y otra vez, el Papa Benedicto XVI ha avanzado, saltando ileso a través de aros de fuego y en medio de trampas y emboscadas.
Josef Ratzinger siempre ha convertido los problemas en triunfos. la Convención de la Iglesia en Italia, que se celebró en Verona en 2005, cuando los medios de comunicación auguraban que podría estallar la burbuja de las divisiones existentes dentro de la Iglesia. Y siguió luego con la controversia sobre el discurso en Ratisbona, que terminó en reuniones al más alto nivel de diálogo interreligioso.
Sus viajes a América del Norte, Australia, Francia y más recientemente el Reino Unido, fueron precedidos por meses de graves problemas e incluso de provocaciones. Los activistas del ateísmo llegaron incluso a pedir su detención a su llegada a Gran Bretaña. Pero cada disputa, cada viaje, ha terminado con el aplauso de la gente, de las autoridades y -lo más milagroso- de los medios de comunicación.
El escándalo sexual sacerdotal se convirtió en un boomerang cuando se reveló que había sido nada menos que el cardenal Ratzinger quien había insistido en la rigurosa limpieza de la casa en cuanto los abusos salieron a la luz. Irónicamente, de no haber insistido parte de la prensa en colgarle a él el peso de la culpa, tal vez nunca habría salido a la luz el hecho de que fuera él, con su autoridad en la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien había prevalecido sobre las políticas más leves.
Un ejemplo divertido de la reversión misteriosa de las trampas fue visualizado en marzo de 2009 a través de tres de los canales de la RAI, la televisión estatal italiana. En su programa de domingo por la tarde “En media hora”, la presentadora Lucia Annunziata, ex presidente de la RAI, se entrevistó con el jesuita norteamericano Thomas J. Reese. Fue presentado como un sacerdote que había renunciado a ser editor en jefe del “America Magazine” cuando el cardenal Ratzinger fue elegido Papa.
Annunziata, que había entrevistado recientemente a un teólogo rebelde como Hans Kung, presentó a su invitado como “enormemente importante”, “de alto calibre” y “con un inmenso prestigio”. Ella esperaba sin duda que el P. Reese haría temblar el asiento del Papa.
Pero su plan fracasó. No sólo el P. Reese no atacó al Papa, sino que de hecho dio plena validez a cada una de sus posiciones doctrinales. Sus críticas se limitaron a reflejar que el Santo Padre debía rodearse de personas más expertas en la relación con los medios de comunicación.
Nerviosa, Annunziata abordó un tema tras otro en un tono cada vez más insinuante: “Sin duda usted debe de estar en desacuerdo con el Papa en esta materia”. “Y usted debe estar dispuesto por lo menos a admitir que hoy en día no todo el mundo está de acuerdo el Papa”. Reese esquivaba sonriente cada embestida.
Finalmente, se jugó su carta de triunfo: “¿Y qué me dice de la niña de Brasil que fue violada por su padrastro? ¿Apoya usted incluso la decisión de excomulgar a la familia que la llevó a una clínica abortiva?”
Pero Reese se echó a reír divertido y señaló: “Yo no soy un enemigo del Papa. Creo que tiene razón en todos estos temas que usted ha mencionado” Y entonces, el golpe mortal: “A mí me gusta el Papa”. (Ver enlace al programa: RAI-tv)
Así, una entrevista potencialmente desastrosa -y en horario de máxima audiencia- se convirtió en una publicidad inesperada para el Papa, gracias a la habilidad de un sacerdote honesto, que supo dejar a un lado las diferencias del pasado y estar hombro con hombro con él. Por supuesto, los ataques no se detendrán. Pero en los cinco años y medio de Pontificado de Benedicto XVI, todos estos ataques han dado lugar a un aumento en el prestigio de la Iglesia Católica.
En una ironía final, el hombre que fue tildado del “rottweiler de Dios”, y de intelectual severo y distante, conecta con la gente, atrayendo a multitudes de todas las edades, orígenes y estilo de vida. En sus estancias tradicionales de verano en Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVI regresa muy a menudo a Roma para las audiencias de los miércoles, porque la plaza no puede dar cabida a todas las personas que allí acuden.
Lejos de marcar su desaparición, bajo la autoridad de Joseph Ratzinger, la Iglesia Católica ha ido recuperando su reputación y, con ello, la capacidad de difundir su mensaje. ¿Quien hubiera pensado que este intelectual por excelencia, de 83 en camino de los 84, reescribiría los libros de texto de las relaciones públicas?
 
 
Alessandra Nucci es una escritora y periodista independiente italiana. En 2007 ganó Golden Florin en el sector de ensayo del Premio Firenze, por su libro acerca del feminismo de género como instrumento de la lucha de clases: “La donna a una dimensione”, publicado por Marietti 1820.

 

 

Mercatornet, 16.10.2010
Traducción: Temes d´avui-Montalegre
 

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