50 años de servicio en el Raval

El sábado 3 de junio celebramos una Misa de acción de gracias por los cincuenta años de labor pastoral en esta Iglesia de Santa María de Montalegre, desde que se reabrió al culto a finales del mes de junio de 1967.

Quiero dirigir, junto a todos, nuestro agradecimiento a Dios, por estos cincuenta años de servicio a la Iglesia de Barcelona y a toda la Iglesia universal, por todos los beneficios espirituales y materiales que han llegado a tanta gente durante estos años.

También agradecemos al Cardenal Arzobispo de Barcelona por habernos acompañado en la celebración y por sus palabras, que serán fuente de estímulo para seguir trabajando al servicio de Dios, de su Iglesia y de todas las almas, especialmente de las más necesitadas. Queremos seguir iluminando con nuestra fe, confianza y anuncio de la Palabra de Dios.

En este aniversario, quiero destacar la gran tarea que realizan las distintas entidades, de carácter social, surgidas de la labor pastoral realizada en Montalegre. Como bien sabéis, me refiero a la Acción social Montalegre, al Braval y al Terral. Gracias a tantos colaboradores son una realidad viva y eficaz al servicio de los habitantes del Raval.

Y, ahora, dirigimos nuestro agradecimiento a la Virgen María. Ella despliega su manto sobre todos nosotros y nos empuja a llevar la auténtica esperanza a todos aquellos que tenemos a nuestro alrededor. A través de Ella nos han llegado y continúan llegando innumerables dones espirituales y materiales. ¡Cuántos hemos encontrado en Montalegre el consuelo, el perdón y la gracia de Dios de la mano de María!

Mn Xavier Argelich

Pequeñas novedades en la iglesia

En este mes de junio hemos estrenado unos muebles y barandas. El aumento de publicaciones, hojas informativas, estampas, y el pequeño espacio que se le había dedicado, hasta la fecha, al Siervo de Dios José María Hernández Garnica, hacía necesario un cambio de muebles para favorecer la difusión de la documentación referida. Los muebles actuales se han hecho a medida y adecuados a tal fin. Además, facilita la dispensación de las estampas, y el aspecto en su conjunto es de más orden.

La libreta de intenciones dirigidas a la intercesión Siervo de Dios José María Hernández Garnica, no ha cambiado de sitio, sigue en la mesita de la capilla del Santísimo. Fieles con devoción le piden cosas, y pasan cosas…Hay que seguir pidiéndole.

Otra novedad, son las barandas de acceso desde el vestíbulo a las oficinas y a los servicios higiénicos. De momento, el edificio de Montalegre no dispone de ascensor, pero las escaleras de mármol ahora son más seguras.

Igualmente, para animar un poco más a la piedad cristiana, en la capilla del Santísimo desde el año pasado se exponen imágenes que van cambiando. En el mes de diciembre se expuso en una peana de madera una imagen de la Inmaculada Concepción de María y después la del Niño Jesús; en el mes de marzo, San José; en el mes de mayo la Virgen y el Niño; y ahora en junio, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Son pequeñas cosas que nos hacen recordar hacia donde podemos enfocar nuestras oraciones en comunión con toda la Iglesia Universal.

Isabel Hernández Esteban

Aniversario de los 50 años de culto en Montalegre

En la tarde del sábado 3 de junio de 2017, la Iglesia de Santa María de Montalegre celebró los 50 años de servicio en el Raval. La celebración tuvo dos partes principales. Por un lado, en el templo se celebró una Eucaristía solemne presidida por el arzobispo de la diócesis de Barcelona, Mons. Juan José Omella, concelebrada junto al vicario del Opus Dei en Catalunya, Mn. Ignacio Font, el actual rector, algunos de los anteriores rectores, vivos, de Montalegre, y el secretario de Mns. Omella. En la celebración recibieron el sacramento de la confirmación 8 jóvenes del Raval.

Por otro lado, la segunda parte de la celebración, consistió en un refrigerio ofrecido en el Patio Manning gracias a la generosidad de muchas personas. Tanto los mini bocadillos, los canapés, dulces, refrescos, cava, cervezas, las almendras tostadas, cocas, etc. fueron donativos de colaboradores importantes. Igualmente, un equipo de 20 personas ofreció su tiempo y esfuerzo para que el refrigerio fuera bien servido y fresco.

El eco que nos ha llegado de esta celebración ha sido espléndido. Supimos que habían venido algunas de aquellas personas que en la década de los años 60 del siglo XX habían participado en las primeras sesiones de limpieza y arreglo de este templo centenario. Fue un honor poder charlar con ellas.

 

Vídeo del Arzobispado

El arzobispado de Barcelona ha editado un vídeo de la celebración, destacando la labor social en el barrio del Raval de Barcelona, por la Acció Social Montalegre. Ha sido publicado en su web y también en la web del Opus Dei en catalán.

Celebración de los 50 años de servicio en el Raval

 

Referencias históricas

A partir de esa fecha del 3 de junio, está a disposición de todos fieles y visitantes un folleto informativo sobre la historia, la atención pastoral y la Acció Social Montalegre. Igualmente, en los mueblecitos de estampas e informaciones podemos encontrar una estampa del aniversario.

El arzobispado de Barcelona confió la iglesia de la Casa de la Caridad al Opus Dei en el año 1967, después de que la Casa de la Caridad se trasladase a Llars Mundet. El 29 de junio de 1967, fiesta de San Pedro y San Pablo, en la misa vespertina del día anterior, el Opus Dei tomó posesión de la iglesia y se restableció el culto. Por decisión del arzobispo quedó bajo el patrocinio de la Mare de Déu de Montalegre. Su fiesta se celebra el 31 de mayo, fiesta de la Visitación de la Virgen Santísima.

Fotos de la celebración de los 50 años

 

Isabel Hernández Esteban

Con el Señor, soñar es posible

El Vicario del Opus Dei en España, Mn. Ramon Herrando Prat de la Ribaha estado en Barcelona. Con motivo de celebrarse la festividad del beato Álvaro del Portillo, el primer sucesor del fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá, el día 12 de mayo de 2017 presidió en Montalegre la misa solemne de las 12 del mediodía, junto al rector de la Iglesia de santa María de Montalegre y el vicario del Opus Dei en Cataluña. Antes, Mn. Herrando estuvo rezando muy cerquita del sepulcro de José María Hernández Garnica.

En la homilía Mn. Herrando recordó la persona del beato Álvaro, sus virtudes y su paz permanente. Su vida, dijo, siempre estuvo a la luz de san Josemaría, pero por el “Conducto reglamentario”, como le gustaba decir. Sus cualidades como buen pastor fue hacer de Cireneo ayudando al prójimo a llevar la cruz de cada día. Para ello, nos decía, hemos de prepararnos para la misa diaria y recibir a Cristo cada día. Es importante cómo recibimos a Cristo en la comunión, con qué detalles de amor nos preparamos. El mejor detalle es acudir al sacramento del perdón y la misericordia, y también invitar a parientes y amigos, los cuales saldrán muy gozosos del confesionario.

Mn. Herrando también explicó diversas actividades apostólicas de los últimos tiempos antes del traspaso del beato Álvaro, el cual decía “Fiémonos siempre del Señor, con Él todos los sueños serán posibles”.

Equipo de Comunicación Montalegre

La Palabra habla de la Madre

Las Sagradas Escrituras presentan la acción de Dios, acto de Amor, encaminada a la salvación del hombre. Se sirve del mismo hombre para hacernos llegar sus designios de Padre, y especialmente a través de su Hijo, el Verbo hecho hombre. Una Virgen dará a luz un varón, nos anuncia el profeta Isaías. Y el ángel Gabriel se presenta a una joven llamada María: Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. María se turba ante estas palabras. Después de responder al ángel se apresura para ir a ayudar a su prima Isabel, que la saluda con unas palabras que repetimos con frecuencia: ¡Bendita tu eres entre todas las mujeres! Y cuando el Hijo oye la alabanza hecha a su Madre, responde con otra de mayor profundidad: ¡bienaventurados más bien los que oye la Palabra de Dios y la ponen por obra! Es la biografía completa de María. Pero, las últimas palabras del Hijo son las que manifiestan su voluntad eterna para su Madre y que perpetúan la unión de María en la misión redentora y salvífica del Hijo: ¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!, y dirigiéndose al discípulo amado dice: ¡Aquí tienes a tu Madre!

Pocas palabras referentes a María, pero de una gran profundidad teológica y espiritual, a la vez que son de una sencillez y comprensión inigualables. Manifiestan el Amor inmenso del Hijo a la Madre y a todos nosotros. Sabernos hijos e hijas de María, acogerla en muestra casa como Madre, es garantía de que cumpliremos la voluntad de Dios a lo largo de nuestra vida. Junto a María encontraremos el camino que nos conduce a Dios, y con Ella, sabremos reencontrarlo si en alguna ocasión nos despistamos y perdemos o nos desviamos del camino. Como afirmaba san Josemaría, ¡A Jesús se va y se vuelve por María! Procuremos tratarla como lo que es: Madre de Dios y Madre nuestra.

El mes de mayo, mes de María, ha de suponer para cada uno de nosotros un crecimiento del deseo de amar a Dios de la mano de María. Si amamos a la Madre, amaremos al Hijo. Así lo comprobaron los pastorcillos de Fátima. Como decía Jacinta: “Me gusta mucho decirle a Jesús que lo amo”.

Mn. Xavier Argelich

Arte sacro en Montalegre

El patrimonio histórico y cultural que contiene la Iglesia de Santa María de Montalegre es ciertamente importante. En ella se pueden contemplar obras artísticas de autores del siglo XX, alguno de ellos discípulo directo de Antoni Gaudí o contemporáneo a él.

Constantemente entran en el templo visitantes y turistas y se quedan asombrados por las dimensiones de la nave central, el baldaquino del altar mayor, el sagrario y los ángeles de la capilla del Santísimo y por la belleza de la capilla de la Virgen de la Medalla Milagrosa, entre las obras más destacadas.

En ese sentido, se ha editado un tríptico informativo que describe las obras más preciadas y una reseña histórica de la iglesia. Se han editado en catalán, castellano e inglés, los cuales, de momento, están en el mueblecito de las estampas. Próximamente se ubicará un expositor para los trípticos en el vestíbulo de la entrada de la iglesia por la calle Valldonzella.

Comunicación Montalegre

El dolor de la Semana Santa y el gozo pascual

Estamos celebrando la Octava de Pascua como si fuera un único día, el de la Pascua de Resurrección. Pero hace pocos días iniciábamos la Semana Santa con la entrada de Jesús en Jerusalén con toda su gloria, el 9 de abril de 2017. Jesús montado en un pollino entró en la ciudad a vítores de palmas y pasando por encima de los mantos de los muchos que habían visto sus prodigios y que los habían colocado en el camino para que Él pasara en toda su majestad.

La bendición de los ramos y palmas en el Patio Manning

En Montalegre, como cada año, la ceremonia de la bendición se celebró en el atrio del templo, en el Patio Manning. En la escalinata, el rector, junto a otros sacerdotes y ministros de la ceremonia, leyó las lecturas propias. A continuación, aspergió abundante agua bendita sobre los fieles, los ramos y las palmas. Prosiguió la procesión entonando todos los asistentes “Victoria, Tú reinarás” y otros cantos de alabanzas a Jesús triunfante. Finalmente, la comitiva entró en el templo y se inició la santa misa solemne.

La lectura de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, según San Mateo, fue dialogada. El rector leyó los textos en los que hablaba Jesús; un laico hizo de cronista y una laica, el resto de los personajes, ambos lectores son los habituales de la misa solemne de los domingos. En la homilía, Mn. Xavier Argelich nos dijo que Jesús entró voluntariamente en Jerusalén para redimirnos. Y nos invitó a rezar interiormente y en silencio, junto a Jesús, en los próximos días de dolor de la Semana Santa que comenzábamos: Vemos muchos personajes en el relato de la Pasión que acabamos de leer… podemos pensar qué podemos hacer para acompañar al Señor teniendo en cuenta cada uno sus capacidades y posibilidades para poder decir como aquellos soldados “Verdaderamente éste es el Hijo de Dios”.

 

Inicio de Tridu Pascual: el Jueves Santo
En Montalegre, transcurridos los primeros días de la Semana Santa, en el Jueves Santo, el 13 de abril de 2017, celebramos, entre el gozo y el dolor, la Cena del Señor. El color de las vestiduras de los sacerdotes no era ni el morado de la Cuaresma ni el rojo de la pasión y martirio, propio del Domingo de Ramos. Era el blanco pues es el día en qué Jesús instituyó el sacramento de la Eucaristía y el del Orden o Sacerdocio. También Jesús instituyó el mandamiento de la Caridad para que amemos a Dios y al prójimo. Excepcionalmente, delante del altar lucía un centro de flores blancas y amarillas, al igual que en el llamado Monumento que se había creado al entorno del sagrario de la capilla del Santísimo de Montalegre. En ese lugar, las alfombras, ropajes, flores, ramos de laurel, palmones, y muchas velas encendidas hacían lucir todavía más aquel sagrario que vemos cada día en la capilla cuando pasamos a saludar al Señor o vamos a la santa misa, pero el Jueves Santo lo merece cada año y en cada sagrario de cualquier lugar del mundo, el cual se adorna y se hace lucir según la costumbre.

La Cena del Señor fue concelebrada por siete presbíteros, presidida por el rector, la mayoría de ellos de la Iglesia de Montalegre y también antiguos colaboradores de la Casa.

La lectura del Evangelio según San Juan nos situó en aquellas horas previas a la pasión de Nuestro Señor Jesucristo. En la homilía, Mn. Xavier Argelich dijo: Es la hora en la que el Hijo de Dios se entrega libremente por nosotros…  con esta misa se inicia el Tridu Pascual Nos hemos preparado durante la Cuaresma con más intensidad y con intención penitencial y de purificación…  Ahora ya estamos en condiciones de presentarnos para la Redención…Todas las cosas y las circunstancias nos llevan al Cenáculo, con Jesús y sus discípulos, con los gestos y las palabras que conocemos por medio de la Palabra de Dios… Lo ha recomendado el Papa Francisco para el presente año, escuchar y leer más la Palabra de Dios… Él nos dice “¿Lo entendéis? Hemos de saber ponerla en práctica… Recemos por las vocaciones sacerdotales, … y para que seamos santos.

En el ofertorio se incensó el altar, los celebrantes, los ministros laicos y los fieles. Se consagró suficiente comunión para dos días pues en el Viernes Santo Nuestro Señor Jesucristo queda en el sepulcro hasta el amanecer del Domingo de Pascua. Una vez finalizada la Cena del Señor, el rector, en procesión, por la nave del templo de Montalegre, llevó al Señor, con toda reverencia y ceremonial, hasta dejarlo en el interior de la reserva. Se mantuvo abierto unos instantes en los que rezamos con toda intensidad, y con el incienso nos elevábamos espiritualmente al cielo. El vicario de Montalegre cerró la reserva y le entregó la llave al rector para que la custodiara. Se inició así el tiempo de la contemplación de la reserva del monumento hasta el inicio del Oficio de la Pasión de Cristo, en el Viernes Santo, el 14 de abril de 2017.

Aquí tenéis a vuestro Rey

Al entrar en Montalegre ya percibimos con los sentidos que había ocurrido lo que Jesús nos había anunciado. La imagen del crucifijo que cuelga del baldaquino del presbiterio estaba cubierta con un lienzo morado, la capilla del Santísimo, a oscuras, el altar despojado de flores: Jesús estaba en el sepulcro de José de Arimatea.

El Oficio del Viernes Santo se vivió con mucho recogimiento y piedad. Los celebrantes, revestidos del color de la sangre y del martirio, al inicio de la celebración se postraron en el suelo, en oración y los fieles estuvimos reclinados de rodillas. El Oficio de ese día no iba a ser una misa pues el centro de la santa misa es la transubstanciación, es decir, la consagración, y esto no podía producirse pues en aquellas horas Jesús ya había sido maltratado, humillado y finalmente había muerto en la Cruz. Fue, entonces, cuando descendió a los infiernos para realizar nuestra redención permanente.

El Oficio tendría tres partes: el relato de la Pasión, la adoración a la Cruz y la sagrada comunión, que estaba en la reserva. La lectura de la Pasión, también en esta ocasión, fue dialogada. Mn. Nubiola fue el cronista de los hechos; los diversos personajes del relato fueron a cargo de Mn. Mallol y la voz de Jesús, Mn. Argelich.

En la homilía el rector nos situó en aquel momento que era igual a todos los oficios que se estaban celebrando o se iban a celebrar en cualquier rincón del mundo donde hubiese cristianos. ¡Tantos cristianos rezando en todas partes, acompañando al Señor!… Todo en Jesús es Palabra, hecha palabra humana para poder escucharla… No se trata de palabras muy elocuentes… Él todo es Palabra por ello hemos de meditar el Evangelio… Sus gestos, palabras y expresiones son de amor sereno y fuerte, incluso el silencio… Y nos impelió: ¿Qué podemos aprender de ti, Señor?… Todo está cumplido, Cristo ha pagado por la deuda contraída del pecado original y por nuestros pecados personales… Jesús tiene sed… tiene el deseo de salvarnos para pagarlo todo… ¡Padre, perdónales que no sabe lo que hacen!… Sepamos acoger el perdón gratuito.

La colecta de la limosna del Viernes Santo, los fieles la depositamos después de la adoración a la Cruz que, como es habitual en ese día, se destina para sufragar los gastos de mantenimiento de los lugares santos en Tierra Santa que están custodiados por los Hermanos Franciscanos.

Al acabar el oficio, se cerró el templo. Jesús estaba muerto y sepultado. Se mantuvo cerrado hasta el caer de la tarde del Sábado Santo, hora en la íbamos a celebrar, con cierto adelanto, el amanecer de la Resurrección de Cristo.

 

La Vigilia Pascual y tres sacramentos

Se inició la Vigilia Pascual con la ceremonia del fuego y la bendición del Cirio Pascual en el pequeño atrio de la nave central de la puerta principal que da al Patio Manning. El rector junto a celebrantes y ministros laicos prosiguieron en procesión repartiendo la Luz de Cristo para encadenar el encendido de las velitas de los fieles asistentes: Lumen Christi… Deo gratias.

Las lecturas y salmos fueron precedidos de un Cántico. Los textos escogidos entre diversas posibilidades del Antiguo Testamento fueron sobre la creación de mundo y del hombre; la alianza establecida entre Dios, Abraham y su descendencia; y el éxodo del pueblo de Israel que huye de la opresión de Egipto hacia la tierra prometida. A continuación, se prendieron las velas del altar con la luz del Cirio Pascual, se cantó el Gloria y siguieron las lecturas del día, del Nuevo Testamento y Evangelio. En la homilía, el rector nos transmitió la alegría de Cristo resucitado: Hemos encontrado a Cristo en el Cirio Pascual… Qué alegría la de aquellas mujeres que encontraron el sepulcro vació … Mantengamos esa alegría en nuestro corazón.

Iba a ser una Vigilia muy especial, dos chicas jóvenes fueron bautizadas, Zacairi y Noémi, las cuales habían recibido la catequesis en la entidad social para mujeres TERRAL. Una vez neófitas, Zacairi recibiría el sacramento de la confirmación y ambas la Primera Comunión.

Renovamos las promesas del bautismo con nuestras velitas, encendidas de nuevo con la Luz Pascual; recibimos la aspersión del agua bendita; y el incienso, después de haber incensado el Cirio, el Cristo del altar, la imagen de Santa María de Montalegre, los celebrantes y los ministros laicos.

La alegría de los cristianos allí presentes, ante tantos dones recibidos, era indudable, y seguimos alegres.

¡Felices Pascuas!,  Isabel Hernández Esteban

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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